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La Generalitat de Illa refleja el nuevo PSC: nulo peso de UGT y más municipalismo
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CAMBIO DE ERA EN LOS SOCIALISTAS

La Generalitat de Illa refleja el nuevo PSC: nulo peso de UGT y más municipalismo

El partido y sus equilibrios de poder interno han cambiado desde la caída de Pere Navarro como primer secretario. Esa evolución se refleja ahora en el perfil del nuevo Ejecutivo catalán

Foto: El nuevo Govern de la Generalitat de Cataluña. (EFE/Andreu Dalmau)
El nuevo Govern de la Generalitat de Cataluña. (EFE/Andreu Dalmau)
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Salvador Illa ha configurado un gabinete monocolor que da idea de cómo ha cambiado el PSC desde el inicio del procés. La elección refleja que el partido ha mutado desde el punto de vista de poder orgánico. No hay titulares de cartera con pasado en la UGT, por ejemplo, en un momento en que una parte significativa del sindicato se decanta o por el independentismo o por el derecho a decidir. También hay más mujeres y, sobre todo, el municipalismo como gran cantera de poder.

No hay presencia de los capitanes del Baix Llobregat, otrora un poder fáctico dentro del partido, aunque estos tienen una fuerte presencia en otros entornos institucionales, como el Congreso o el Senado, por ejemplo. Los nuevos consellers representan buena parte de la cantera que formó el propio Illa cuando en 2016 fue nombrado secretario de organización. En ese momento, el ahora primer secretario rechazó ser diputado en el Parlament o ejercer cualquier otro cargo electo. Como explican fuentes del partido, en aquel momento, en pleno auge del procés, Illa defendió que lo que había que hacer era dedicarse de forma exclusiva a robustecer la estructura.

Ahora, ocho años después, Illa ha recogido la cosecha de lo sembrado entonces, cuando Miquel Iceta salvó al PSC de la desaparición y buena parte de la intelligenza del partido se pasaba a las filas del independentismo: Ernest Maragall, Marina Geli, Montserrat Tura o Antoni Castells, entre otros.

La consellera de Interior, Núria Parlon, antigua alcaldesa de Santa Coloma, es la única representante del Baix Llobregat, tanto por cuestiones geográficas, como por relaciones personales. Salvador Illa mantiene en su gabinete un equilibrio de las 15 federaciones sin que ninguna prevalezca sobre las demás.

Foto: La futura consellera de Economía Alicia Romero junto a Illa. (Europa Press)

También hay un gesto hacia el pasado, hacia el PSC que se reconstruyó en la resistencia al avance del procés. Ahí está la consellera de Educació, Esther Niubó, a la que los independentistas acusan de españolista, pero que en realidad es el vínculo con el equipo en el que se apoyó en su día Miquel Iceta. Niubó se ha forjado en el Ayuntamiento de Casteldefells, donde no ha podido ser alcaldesa porque es uno de los pocos territorios en Cataluña donde manda el PP.

Más pluralidad

La superconsellera de Territori, Silvia Paneque, proviene de otro territorio hostil para el socialismo catalán, la ciudad de Girona, la urbe de la que era alcalde Carles Puigdemont. La única plaza catalana de más 100.000 habitantes donde el independentismo sí que representa una mayoría social. Paneque ganó las elecciones municipales en esa ciudad y forzó a todos los partidos soberanistas a pactar: prefirieron entregar la alcaldía a la CUP antes que dejar que fuese regidora una candidata de origen castellanohablante.

También está representada Tarragona, tradicionalmente territorio del PSC, en la figura de Javier Villamayor, secretario del Govern y, por tanto, principal asesor legal del Ejecutivo catalán. En este equilibrio territorial también se encuentran Eva Menor (Igualdad), del Vallès Occidental, antigua alcaldesa de Badia del Vallès; o Òscar Ordeig (Agricultura), de la Seu d’Urgell, (Lleida).

La configuración del nuevo Ejecutivo catalán respeta equilibrios internos en el PSC

Queda la consellera de Economía, Alicia Romero, de Mataró, el Maresme. Salvador Illa la ascendió a número dos del grupo parlamentario socialista en la anterior legislatura y ahora se ha recogido el esfuerzo de ese trabajo encargándole una conselleria importante que debe negociar el pacto fiscal para que la Generalitat tenga un cupo equiparable al vasco. Más allá de eso, su misión es aprobar un presupuesto para 2025, que haya fondos para la promoción de viviendas y el Plan de Barrios que ha presentado el Ejecutivo.

Se trata de un equipo cohesionado, que cuenta con la confianza del president y cuyo principal problema será sumar las mayorías necesarias en el Parlament para desarrollar sus políticas. Un cambio de ciclo que será complejo.

Salvador Illa ha configurado un gabinete monocolor que da idea de cómo ha cambiado el PSC desde el inicio del procés. La elección refleja que el partido ha mutado desde el punto de vista de poder orgánico. No hay titulares de cartera con pasado en la UGT, por ejemplo, en un momento en que una parte significativa del sindicato se decanta o por el independentismo o por el derecho a decidir. También hay más mujeres y, sobre todo, el municipalismo como gran cantera de poder.

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