Junts mira ya a su congreso para blindar a Puigdemont y apuntalar su ofensiva contra ERC
El partido, que ha adelantado su cónclave varios meses, no está preparado para romper amarras con el expresident, pero sí plantea crecer para robarle votantes a los republicanos
Carles Puigdemont junto a Laura Borrás. (Reuters/Nacho Doce)
Junts ha adelantado su Congreso Extraordinario para el 26 y 27 de octubre. El cónclave tiene tres objetivos: blindar la figura de Carles Puigdemont como líder, en especial para que asuma la presidencia del partido; reenfocar la formación para que se convierta en una versión catalana de Scottish National Party y apuntalar su ofensiva contra ERC. No en vano, han fijado la fecha para un mes antes que el de los republicanos, donde Oriol Junqueras aspira a hacerse de nuevo con las riendas de la organización.
El secretario general de Junts, Jordi Turull, auguró esta semana un papel político "muy principal" de Puigdemont tras el congreso. Pero no se trata solo de una cuestión de cargos. Se trata de reformar el partido para abrirse más allá del mundo convergente, que hasta ahora han supuesto el grueso de cargos de la formación y lograr así la hegemonía del independentismo.
La intención de Junts con este congreso es abrir las puertas a votantes "desorientados" de ERC, en palabras del propio Turull, y que confiaron su voto a los republicanos para luego tener "el efecto contrario al que pretendían", porque se acabó invistiendo a Salvador Illa presidente de la Generalitat.
Es decir, no basta con situar a Puigdemont al frente del partido y apartar a la actual presidenta Laura Borràs y sus partidarios, cada vez más minoritarios. JxCAT pretende presentar en sociedad a personalidades de ERC que se incorporen. Si los fichajes se concretan, el congreso de los republicanos, previsto para el 30 de noviembre, puede ser un funeral. De ahí que hayan adelantado la cita varios meses.
Pero esas intenciones no son fáciles. Puigdemont ya intentó la creación de un gran partido de alcance nacional con La Crida, en 2018. Y en 2020 se dio portazo al proyecto sin más explicaciones. Ahora se vuelve a plantear un relanzamiento de la organización en un nuevo intento de convertirse en la referencia para el independentismo y dejar reducidos a los republicanos a la marginalidad. "No será un congreso para repartir sillas, sino que pondrán todo el énfasis en erigir Junts en la gran alternativa al Govern españolista de Salvador Illa, investido con el apoyo de PSC, ERC y comunes", manifestó Turull en declaraciones a Catalunya Ràdio. Es decir, se trata de que Junts apalanque la tarea de oposición que se llevará a cabo desde el grupo parlamentario.
Dicotomía Madrid-Barcelona
Puigdemont preferiría seguir instalado en la radicalidad. Pero el partido quiere reubicarse y volver a recuperar una parte del millón de votos que ahora están en el abstencionismo. En JxCAT plantean su estrategia política en la dualidad Madrid–Barcelona. Mientras que en el Parlament se prepara una oposición sin fisuras, muy dura, en el Congreso de los Diputados el planteamiento es diferente. Son conscientes de que si no llegan a acuerdos con el Gobierno de Pedro Sánchez quedarán aislados, y ese es un peligro que se quiere evitar.
El nuevo Junts espera poder cerrar pactos en Madrid y hacer una oposición dura en Barcelona
El problema es qué tipo de acuerdos. No se va a dar apoyo a nada que de oxígeno a Salvador Illa, igual que se hizo con Pere Aragonès. Por tanto, se descarta respaldar el pacto para una nueva financiación autonómica, aunque suponga un cupo para Cataluña, como han acordado ERC y el PSC. Esa decisión se tiene que aprobar en una reforma de la ley de financiación autonómica en el Congreso y Junts ya tiene claro que no se contará con sus siete votos.
La ironía es que podría ser perfectamente factible que los de Míriam Nogueras acabasen apoyando en el Congreso los presupuestos generales del Estado de Pedro Sánchez, pero tumbando la nueva "financiación singular" para Cataluña.
Lejos del poder
El principal problema para los herederos de CDC es cómo levantar el nuevo partido lejos del poder institucional. Solo controlan la Diputación de Girona y el Ayuntamiento de Sant Cugat. Eso y unos centenares de consistorios, la mayoría pequeños y rurales. El nuevo Junts se marca como objetivo reactivar la movilización en las calles, ahora muy decaída. Y para eso necesitan a la ANC, ahora presidida por el cantautor Lluís Llach. Muchos frentes abiertos y el congreso extraordinario como punto de inflexión.
Junts ha adelantado su Congreso Extraordinario para el 26 y 27 de octubre. El cónclave tiene tres objetivos: blindar la figura de Carles Puigdemont como líder, en especial para que asuma la presidencia del partido; reenfocar la formación para que se convierta en una versión catalana de Scottish National Party y apuntalar su ofensiva contra ERC. No en vano, han fijado la fecha para un mes antes que el de los republicanos, donde Oriol Junqueras aspira a hacerse de nuevo con las riendas de la organización.