Illa estrena su mandato con un apoyo cerrado a los Mossos frente a los ataques de Puigdemont

Salvador Illa ha arrancado su mandato con un apoyo cerrado a los Mossos en plena ofensiva de Carles Puigdemont tras su fuga. El presidente de la Generalitat, que ha elegido el complejo central del Cuerpo, en Sabadell, para su primer acto público, ha prometido hacer todo lo que esté en su mano para rebajar la tensión y alejar a los agentes de la "confrontación política" después de años de injerencias. Al menos en la teoría, a punto de cumplirse una semana especialmente convulsa por la enésima afrenta del líder de Junts al Estado de derecho.

El dirigente socialista ha hecho gala de un tono moderado, en clara contraposición con el expresident fugado de la Justicia. Illa ha escenificado un cierre de filas total en el complejo de Egara, con los primeros detalles de lo que será su gestión del Cuerpo. Una vez que se da por hecho el regreso de José Luis Trapero, que tendrá un cargo de mayor rango al que tuvo durante el procès, en la dirección general y con más peso político, el actual presidente de la Generalitat ha anunciado la ampliación de la plantilla hasta llegar a 22.000 nuevos agentes, con el año 2030 en el horizonte.

La prioridad a corto plazo, ha insistido Illa, es evitar la disputa política. El objetivo es que "los hombres y mujeres que forman parte del cuerpo de Mossos d'Esquadra puedan desarrollar su tarea alejados de la confrontación política". Así, el primer movimiento de su mandato está cargado de simbolismo por el contexto actual, con los agentes cuestionados por su inacción en la fuga de Puigdemont. "Hemos querido escuchar las necesidades e inquietudes de los Mossos antes de tomar las decisiones que correspondan", ha añadido.

Salvador Illa, acompañado por la nueva consellera de Interior, Núria Parlón, se ha afanado en blindar a los Mossos y garantizar un respaldo total desde la Generalitat. "Quiero mostrar mi apoyo y el de todo el Govern a la policía de Cataluña. Los 18.000 mossos son servidores públicos y tienen todo el reconocimiento del Govern", ha reiterado el dirigente socialista, desligándose por completo de la oleada de críticas de Junts.

La comparecencia de Illa, que no ha admitido preguntas de los periodistas, confirma que atajar la crisis en los Mossos es una prioridad de su mandato. Sin matices y con toda la celeridad posible. La portavoz del Ejecutivo, Silvia Paneque, ya dio pistas este martes en ese sentido.

La realidad, no obstante, es que la Generalitat es plenamente consciente de las dificultades y de las resistencias internas en el Cuerpo por los agentes que, aunque a sueldo, trabajan de forma paralela en beneficio de Carles Puigdemont. Algunos, ya detenidos, presuntamente colaboraron de forma activa en la fuga del líder de Junts.

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El nuevo Gobierno, sin embargo, basa cualquier movimiento en la prudencia y no ha entrado a valorar las palabras del comisario jefe, Eduard Sallent, que dijo durante sus explicaciones del operativo fallido que hay agentes "que no merecen vestir el uniforme". El punto de partida es no señalar a nadie y solo emplear buenas palabras. “La mayoría de la policía catalana tiene un compromiso firme”, subrayó Paneque 24 horas de la visita de Illa a Sabadell. La portavoz, como informó este diario, fue preguntada si era la mayoría o todo el Cuerpo y se limitó a señalar “la mayoría”.

Tres ejes de gestión

Salvador Illa ha destacado que la gestión de los Mossos a partir de ahora pivotará en torno a tres ejes, en línea con el espíritu que pretende impregnar en su mandato: los servicios públicos, la seguridad como "un derecho de todos" y el progreso. "Cataluña, con el nuevo Govern, ha iniciado una nueva etapa en el trayecto hacia nuestro autogobierno e iniciamos también una nueva etapa en la manera de afrontar la seguridad ciudadana en el conjunto del país", ha dicho el dirigente socialista, con alusiones implícitas a la idea de una Cataluña singular en una España "plurinacional".