Salvador Illa da un toque refundacional a su mandato inspirado en Maragall y Tarradellas
El presidente de la Generalitat se ha encomendado a las dos bestias negras del pujolismo para dotar a su legislatura de un tono de nuevo comienzo, aunque sin entrar en detalles de sus planes a corto plazo
Salvador Illa ha hecho un interesante equilibrio en su primer Consell Executiu. El presidente de la Generalitat ha dado un aire de refundación, encomendándose a las dos bestias negras del pujolismo: Pasqual Maragall y Josep Tarradellas. Y a la vez le ha dado a su Gobierno un tono de continuidad con Pere Aragonès, su predecesor, manteniendo al comisionado de Cercanías que ya tenía la anterior Generalitat, el convergente Pere Macías. Así que su mandato pivota sobre dos ejes: continuidad y refundación.
Así, Illa ha entregado a todos los consellers su propio discurso de investidura y también el discurso de investidura de Josep Tarradellas, que es lo que le da el toque refundacional. La nueva portavoz, la consellera de Territori Silvia Paneque, ha destacado el papel de Tarradellas como “recuperación de las instituciones catalanas”.
El rol de Pasqual Maragall implica recuperar el plan de barrios del tripartito, que en su día fue el programa estrella del socialista como presidente de la Generalitat. Por ahora han nombrado al exsenador del PSC Carles Martí comisionado de la Ley de Barrios para reformar viviendas, incrementar el parque y mejorar los servicios públicos “de Portbou a Ripoll”, en palabras de Paneque, con lo que ha aludido a los viveros de votos de la ultraderecha en barrios populares.
Martí es un comisionado que por ahora llega sin fondos y cuyas principales partidas dependen de que se puedan aprobar nuevos presupuestos. La portavoz ha explicado que la consellera de Economía, Alicia Romero, lo presentará en el próximo Consell Executiu, previsto para el 27 de agosto.
Y si Junts y Carles Puigdemont cargan contra los Mossos, Illa se va mañana el Complejo Central de Mossos de Sabadell, acompañado de la nueva consellera Núria Parlón para “mostrar su apoyo al cuerpo”. Paneque ha evitado comprometerse más, ni siquiera valoran la explosiva rueda de prensa en la que el comisario en jefe, Eduard Sallent, afirmó que “hay agentes que no merecen vestir el uniforme del cuerpo”.
Silvia Paneque ha sido muy prudente, pero ha reconocido que Illa iba a respaldar a Mossos donde “la mayoría policía catalana tiene un compromiso firme”. Se le ha preguntado sobre si era la mayoría o era toda y se ha limitado a señalar “la mayoría”, con lo que se reconoce que dentro hay un grupo de agentes con intereses al margen de las obligaciones policiales. Los mismos que ahora está defendiendo de forma cerrada Puigdemont.
Financiación autonómica
Sobre la nueva financiación, Silvia Paneque sólo ha respondido con evasivas. No ha querido confirmar que sea un concierto económico, ni tampoco ha querido concretar si Cataluña saldría del régimen común. En esencia, no han aclarado nada. “No quiero entrar en debates terminológicos”, ha subrayado.
Paneque ha evitado polémicas o explicaciones sobre la financiación y se ha entregado al largo plazo
Paneque sí ha adelantado los planes por la falta de precipitaciones que asola Cataluña. “Esperamos preparar un decreto ómnibus para impulsar las medidas contra la sequía, que implicará más de 3.000 millones de euros de inversión”, ha dicho durante la rueda de prensa. Más allá de eso, sin embargo, muy pocos detalles concretos.
Plan a largo plazo
La nueva consellera portavoz ha pedido paciencia, “tenemos cuatro años”, sin entrar en que en el Parlament sólo hay 42 diputados del PSC para dar apoyo a este programa. Esta visión a largo plazo también se ha mostrado en la voluntad de Salvador Illa de citar a todos los consellers para el plan estratégico del Govern en un encuentro en el Monasterio Poblet el mes de septiembre y ”tener una hoja de ruta clara como gobierno por los grandes retos que tiene Cataluña”, según Paneque.
Poblet siempre ha sido el centro de religiosidad contrario al pujolismo que se ha apoyado siempre en Montserrat. El Monasterio de Poblet ha sido siempre una representación del catalanismo moderado. El recurso a los cistercienses por parte de Salvador Illa, católico practicante, es otra manera simbólica de marcar distancias con el pujolismo y dar mayor dimensión refundacional a su mandato.
Salvador Illa ha hecho un interesante equilibrio en su primer Consell Executiu. El presidente de la Generalitat ha dado un aire de refundación, encomendándose a las dos bestias negras del pujolismo: Pasqual Maragall y Josep Tarradellas. Y a la vez le ha dado a su Gobierno un tono de continuidad con Pere Aragonès, su predecesor, manteniendo al comisionado de Cercanías que ya tenía la anterior Generalitat, el convergente Pere Macías. Así que su mandato pivota sobre dos ejes: continuidad y refundación.
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