Junts no quiere ser una CUP de derechas: plan para convencer a Puigdemont
El partido quiere evitar la marginalidad en la que le colocan las acciones de su líder y volver a la institucionalidad. Eso implica hacer oposición en Barcelona y pactar en Madrid
Tras la fuga de Carles Puigdemont, Junts busca su sitio como partido político, una situación para la que hay pocos precedentes. La posición es complicada porque el votante de la formación no es el de la CUP. Y Puigdemont ha llevado a su partido a un terreno inexplorado. Por eso el partido considera que la prioridad pasar por poder salir del rincón y volver a hacer política. Pero para ello hay que convencer al expresident, que se muestra más partidario de seguir en la posición radical en la que se ha colocado tras su espectacular huida, según explican fuentes de la formación.
Hasta el líder de Junts reconoce desde Waterloo que existe el riesgo de "aislamiento y estigmatización", aunque se sacude cualquier responsabilidad y asegura que se trata de una operación mediática contra el partido. Niega que su reciente huida tenga nada que ver con el fenómeno.
Puigdemont está molesto, pero no con los Mossos por querer detenerle. Ni siquiera con el juez Pablo Llarena. El expresident considera que el PSOE le ha engañado porque en las reuniones en Suiza Santos Cerdán se había comprometido a que no habría acuerdo entre el PSC y ERC para gobernar la Generalitat. En cierto sentido, la secretaria general de los republicanos, Marta Rovira, había enviado mensajes en el mismo sentido. Pero al final, se anunció el acuerdo para investir a Illa.
Cuando el acuerdo se hizo público, Puigdemont decidió volver, según esta versión. Más una pataleta personal que un plan político. De hecho hay dudas de que su huida fuese el plan original, ya que el Honda blanco en el que escapó dio dos vueltas al Parlament antes de darse a la fuga. Parecía que en realidad quería entrar, pero no hay nada claro al respecto.
Una vez producido el incidente, en Junts no quieren convertirse en una CUP de derechas. Para ello hace falta volver a centrar el partido. Y poder retornar a la política, según las fuentes consultadas. Para ello hay tres ejes de actuación que se están debatiendo en el seno del partido. Lo primero es erigirse en la referencia del independentismo, incluso renunciando a las expresiones más radicales del octubrismo que representaría Laura Borràs, cada vez con menos apoyo dentro de la organización. En la práctica, implica aparcar la unilateralidad, aunque de ello se culparía a ERC por su pacto con los socialistas catalanes.
Oposición
En segundo término, el plan que se está cociendo pasa por aprovechar los 32 diputados en el Parlament y capitalizar la oposición a Salvador Illa. Se quiere hacer sin perder el decoro institucional. De nuevo se competirá con ERC, que también ha anunciado que pasará a la oposición, aunque cerró el acuerdo de investidura con el PSC.
Las mejores cartas de Junts son la oposición en Barcelona y los pactos en Madrid
Y mientras se hace oposición en Barcelona, se quiere seguir negociando en Madrid con el PSOE, algo que empezará con los Presupuestos Generales del Estado. El PSOE mantiene las vías abiertas pese a lo ocurrido y hay voluntad de seguir negociando, indican tanto fuentes de Junts como de los socialistas.
Se pide generosidad
La presión se extiende en diferentes cuadros de la formación. "Es necesario que Junts se convierta de verdad en el partido abierto, transversal, de lucha y de gobierno que mucha gente desea. La generosidad es la virtud del buen político. En especial, de los carismáticos", apuntó el diputado Agustí Colominas en el Parlament, en línea con las pretensiones de algunos sectores. Colominas, historiador, fue ideólogo de CDC y ha sido una de las nuevas incorporaciones en la lista que hizo Puigdemont.
El parlamentario, además, advierte que "el camino de volver a empezar no será fácil", aunque en ningún momento comenta que buena parte de la resistencia viene del propio Puigdemont. Será él quien tenga la última palabra, con el partido ya condenado a la marginalidad política.
Tras la fuga de Carles Puigdemont, Junts busca su sitio como partido político, una situación para la que hay pocos precedentes. La posición es complicada porque el votante de la formación no es el de la CUP. Y Puigdemont ha llevado a su partido a un terreno inexplorado. Por eso el partido considera que la prioridad pasar por poder salir del rincón y volver a hacer política. Pero para ello hay que convencer al expresident, que se muestra más partidario de seguir en la posición radical en la que se ha colocado tras su espectacular huida, según explican fuentes de la formación.
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