Illa y la nueva era en Cataluña: amnistía, servicios públicos y continuidad con Aragonès
El nuevo president, que usó un tono pausado y consciente de su falta de mayoría, resultó voluntariamente inconcreto cuando se refirió a temas como la ampliación del aeropuerto
Salvador Illa hizo un discurso de investidura corto. Cuarenta minutos sobre lo que será el nuevo tiempo en Cataluña. Y con cinco ejes muy claros: la reconciliación de los catalanes basada en la amnistía, el diálogo con la mayoría de los partidos políticos catalanes como núcleo de su política, la recuperación de los servicios públicos, apuesta por las infraestructuras y la continuidad con el gobierno de Pere Aragonès. “Yo vengo para construir, no para demoler. Aprovecharé todo lo que pueda de gobiernos anteriores”, aseguró el líder del PSC y ya presidente de la Generalitat.
Todo ello sobrevolado con una visión amplia de Cataluña. Tanto hacia adentro como hacia afuera. Un regreso a la Cataluña de los Juegos Olímpicos del 92. Con fuertes políticas de vivienda, de protección social a los más débiles. Al menos sobre el papel.
El método que propone Illa es la colaboración entre instituciones. En vez de enfrentarse a Madrid, colaborar con Madrid. El socialista plantea “lealtad institucional" con un autogobierno efectivo. "Eso significa mejora de las finanzas, instituciones al servicio de todos los sectores. Máxima exigencia y cooperación laboral con el resto de las administraciones públicas”, dijo. La ruptura con Madrid deja de ser una prioridad del presidente de la Generalitat. Se trata de un giro muy notable en una política catalana que solo ha vivido del agravio con el Gobierno central.
Illa dedicó poco tiempo a justificar el abandono del PSC del federalismo con el apoyo de un cupo catalán, la base de su acuerdo con ERC para llegar a la Generalitat. En su discurso, la palabra “federal”, se refiere ahora al entorno europeo. En cambio, puso el énfasis en que el nuevo modelo de financiación singular para Cataluña es un "paso adelante sustancial y necesario para nuestro autogobierno que no pone en riesgo el principio de solidaridad”. Un acuerdo que, como le recordaron desde los grupos de la oposición, no depende de la Generalitat ni del Parlament, sino de lo que se negocie en Madrid.
Así que Illa basó su discurso en dos cambios muy importantes para lo que siempre había defendido su partido: un cupo catalán para dotar a Cataluña de más recursos y una amnistía para lograr la reconciliación de todos los catalanes. ERC aceptó esta mano tendida. JxCAT la rechazó.
Servicios públicos
Un objetivo es lograr más fondos para gastarlos en una mejora de los servicios públicos, como la recuperación de la sexta hora en las escuelas públicas, un pacto con los comunes. Pero no solo ahí. Un ejemplo es la sanidad, sobre la que Illa se comprometió a “una Cataluña que garantice la mejor salud a todo el mundo". "Completaremos las infraestructuras sanitarias, haremos una apuesta por la dotación de personal sanitario y haremos una especial atención en la atención primaria”, subrayó.
Vivienda y sanidad serán las grandes apuestas sociales de la legislatura
Y otro, la vivienda, como planteó el candidato socialista: “Desplegaremos la política de vivienda más ambiciosa de la democracia: 50.000 nuevos pisos de protección. Hoy el acceso a la vivienda se ha convertido en la mayor barrera de desigualdad, especialmente entre la gente joven. Mi compromiso es garantizar que la vivienda sea para vivir, y por eso me comprometo a regular los efectos del alquiler de corta duración, así como del conjunto de pisos turísticos”.
Del mismo modo, Illa puso el acento en “la Cataluña de los niños y niñas" y de los mayores. "Merecen recibir la mejor educación pública y la protección de sus derechos. La Cataluña de la gente mayor, que la hacen tener memoria y que necesitan más atención y mayor calidad de vida”.
Socialdemocracia e infraestructuras
Si en el aspecto de los servicios públicos se puso el acento en el enfoque socialdemócrata, la apuesta por el crecimiento económico se volcó en las infraestructuras. Las de agua, sobre todo, con la memoria de la sequía muy fresca, pero también otras para las que carece de mayoría en este momento, como es la ampliación del aeropuerto, para la cual, Jèssica Albiach (Comuns) ya le advirtió de que no le darían su respaldo.
Consciente de esa debilidad, Illa fue deliberadamente vago con la referencia al aeropuerto de El Prat: “La conectividad vial, ferroviaria, portuaria, aeroportuaria y digital es esencial para la generación de prosperidad. Las mejoraremos y reforzaremos”.
Illa gobernará en minoría. El PSC solo tiene 42 diputados. Para sacar adelante proyectos como la ampliación del aeropuerto o la continuidad de la autovía de la B-40 entre Terrassa y Sabadell necesitará a Junts. No parece un reto fácil con la tensión con la que nace la legislatura por la huida de Carles Puigdemont.
Salvador Illa hizo un discurso de investidura corto. Cuarenta minutos sobre lo que será el nuevo tiempo en Cataluña. Y con cinco ejes muy claros: la reconciliación de los catalanes basada en la amnistía, el diálogo con la mayoría de los partidos políticos catalanes como núcleo de su política, la recuperación de los servicios públicos, apuesta por las infraestructuras y la continuidad con el gobierno de Pere Aragonès. “Yo vengo para construir, no para demoler. Aprovecharé todo lo que pueda de gobiernos anteriores”, aseguró el líder del PSC y ya presidente de la Generalitat.
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