Puigdemont busca una crisis en el Parlament con su regreso antes de la investidura de Illa
El expresident ultima su regreso para la próxima semana. El objetivo: desatar un choque parlamentario que retrase la investidura del socialista y comprometa el papel de ERC
Carles Puigdemont busca provocar una crisis con el Parlament regresando a Cataluña antes del pleno de investidura, según explican fuentes de Junts. La formación independentista ha presionado a su líder para que retorne y convertir su vuelta y previsible detención en una situación de choque institucional y de legitimidades que complique al máximo la investidura de Salvador Illa, que cuenta ya con el apoyo de ERC y los comunes para obtener la mayoría absoluta.
En el seno de Junts y en el entorno de Waterloo todavía dudan si hacer público su regreso el próximo miércoles, cuando se prevé que sea el pleno, o que salga antes a la luz. Se está calculando cuándo se produce más daño al PSC y a ERC para que la sesión no tenga lugar o se aplace el máximo posible.
Este escenario supondría que Puigdemont tendría que estar jugando unas horas o unos días al gato y al ratón con los Mossos d'Esquadra para evitar su detención, ya que pesa sobre él una orden de busca y captura del juez del Tribunal Supremo Pablo Llarena. Los agentes tienen organizado un dispositivo solo para detener al expresident huido.
Desde Waterloo se pretende colocar al presidente del Parlament, Josep Rull, de Junts, en una posición imposible. O que no pueda convocar el pleno porque hayan detenido a Puigdemont o que se vea obligado a suspenderlo por la misma razón. En el fondo se trata de enfrentar dos legitimidades, dos derechos políticos. El de Carles Puigdemont como diputado electo a participar en el pleno del Parlament, contra el derecho de Salvador Illa a ser escogido presidente de la Generalitat si cuenta con la mayoría necesaria para ello. Y tras su acuerdo con ERC y Comuns, lo tiene.
Rull quedará en una posición difícil. Su partido espera que facilite una repetición electoral el 13 de octubre. Pero como presidente del Parlament no puede evitar que se convoque la sesión. Y menos todavía suspenderlo de manera indefinida.
Junts ha dado órdenes a sus diputados, a toda la dirección del partido y a sus militantes que estén localizables durante la próxima semana para apoyar las movilizaciones en favor del expresident. Es agosto, pero se prevén días de máxima tensión política. El lunes a las 8 de la mañana ya hay convocada una protesta por los CDR en la Estación de Francia, a 500 metros del Parlament. Todos asumen que, pase lo que pase, Puigdemont acabará detenido y teniendo que declarar ante Llarena.
Los argumentos del PSC
Pero el PSC también se ha preparado para esta compleja partida de ajedrez. Para empezar, horas antes de que Puigdemont anunciase su regreso inminente en la red X, Illa ya había anunciado a Rull que tenían la mayoría necesaria para ir a la investidura. El presidente de la Cámara ahora no puede ignorar esta comunicación.
El calendario previsto es que este lunes haya ronda de contactos en el Parlament. El martes la Diputación Permanente convocará el pleno de investidura y 24 horas después, el miércoles, será el pleno de investidura para votar a Illa como president.
El PSC facilitó el voto telemático de Puigdemont para dejarle sin argumentos legales
Rull puede aplazar la convocatoria del pleno por la detención de Puigdemont. O suspender una sesión ya convocada por el mismo motivo. Pero será complicado que mantenga esa posición muchos días, porque el PSC ya garantizó que Puigdemont pudiese votar a distancia de forma telemática. Es decir, podrá argumentar que el expresident siempre pudo ejercer su derecho a voto como diputado y que, por lo tanto, lo mismo se ha de hacer con los derechos de Salvador Illa para acceder a la presidencia de la Generalitat.
Riesgo legal
Para Junts se trata de forzar una repetición que permita cambiar la actual situación política. Les basta con que Junts gane un diputado y ERC pierda otro, una opción que sí prevén las encuestas. Y ese escenario le permitiría alargar el bloqueo institucional y una Generalitat en funciones.
El riesgo legal de forzar esta situación podría ser para Josep Rull, ya que podría considerarse que está prevaricando en caso de que prolongase la suspensión del pleno muchos días. La última jornada en la que Salvador Illa puede ser escogido presidente es el 26 de agosto. En caso contrario, se iría a repetición electoral como pretende JxCAT.
Carles Puigdemont busca provocar una crisis con el Parlament regresando a Cataluña antes del pleno de investidura, según explican fuentes de Junts. La formación independentista ha presionado a su líder para que retorne y convertir su vuelta y previsible detención en una situación de choque institucional y de legitimidades que complique al máximo la investidura de Salvador Illa, que cuenta ya con el apoyo de ERC y los comunes para obtener la mayoría absoluta.
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