La vieja Convergència, el nuevo Junts (y sonoras ausencias) en el funeral por Marta Ferrusola

No fue un funeral de Estado, como pedían algunos en redes sociales. Pero se derrochó simbolismo político. Marta Ferrusola fue despedida de este mundo en un acto que aunó a la vieja Convergència y al nuevo Junts. No hacía ni una semana que, en una cena en el Maresme, su marido Jordi Pujol y Artur Mas anunciaban que se harían militantes de JxCAT. En el funeral de ayer en el tanatorio de Sant Gervasi en Barcelona, todas esas sensibilidades estuvieron muy presentes. Tanto por la figura de la finada como por las presencias y, también, por las ausencias.

No estuvo, por ejemplo, Miquel Roca, antiguo secretario general de CDC que rompió con Pujol en 1992. Tampoco Josep Antoni Durán i Lleida quien fue el histórico socio de Unió y al que ahora los nuevos cachorros, como David Madí, culpan de todos los males que sufre el independentismo.

En el recordatorio que se repartió a los más de 500 asistentes se podía leer: “Si fuera el caso, recordadme como lo que he sido. Recordadme como mujer, esposa, madre, abuela, hermana e hija. Como amiga. En mi catalanidad y en mi fe. En mi amor a nuestra tierra y a su gente”. Marta Ferrusola, representante así de la Cataluña católica, tradicional y que tenía como eje a la familia. La idea política en la que se basó el pujolismo y veinte años de gobierno autonómico catalán.

Determinadas personalidades optaron por una visita rápida al tanatorio. Fue el caso del portavoz de Junts, Josep Rius; pero también del empresario Luis Conde o el presidente de la patronal Foment, Josep Sánchez Llibre, quien durante tantos años fue la correa de transmisión del pujolismo en el Congreso de los Diputados. Tanto Conde como Sánchez Llibre se habían caracterizado por su posición pública contra el procés y el intento de sedición de 2017. Para ellos, la opción del tanatorio era la más cómoda.

Al funeral acudieron los representantes de la vieja CDC. Algunos, como el exconseller Felip Puig, nunca militarán en Junts. Pero Mas y otros está preparando la migración, con David Madí, también presente en el acto fúnebre, que quiere recuperar su rol de estratega.

También acudieron otros exconsellers del pujolismo, como Josep Maria Cullell, Joan Hortalà o Joan Vallvé; que se mezclaron con exconsellers de Junts como Jaume Giró, Meritxell Borràs; Violant Cervera o Quim Forn, que estuvo en la cárcel tres años condenado por el Tribunal Supremo. Lo mismo que el presidente del Parlament, Josep Rull, la personalidad más importante que asistió al funeral. También hizo acto de presencia la expresidenta de la Cámara autonómica, Núria de Gispert.

Nuevo independentismo

El nuevo independentismo estuvo representado por Joan Laporta, el presidente del FC Barcelona, que acudió con parte de la junta, como Elena Fort, también de Junts. No estaban, eso sí, representantes de la línea más dura, como el expresident Quim Torra, por ejemplo. El funeral derivó en un acto de Junts, o en un evento de Junts ampliado a los restos de CDC. De manera que ERC rebajó al máximo su presencia. No fue Pere Aragonès y el mayor representante de la Generalitat fue el conseller de Interior, Joan Ignasi Elena, acompañado del secretario de la Generalitat, Xavier Bernadí.

ERC intuyó que el funeral se convertiría en un acto de Junts y Aragonès no fue

Junts fue sin duda el partido más representado en el funeral. Estuvo la exdiputada Titon Laïlla o el expresidente de la Diputación de Lleida, Isidre Gavin. Y también se extendió a miembros de partidos cercanos como el presidente del PDeCAT, David Bonvehí, o el de Demòcrates, Antoni Castellà.

Por supuesto, también hay que contabilizar entre los políticos presentes al exsecretario general de CDC, Oriol Pujol, igual que el resto de hijos de Jordi Pujol y la finada. Todos con sus parejas, incluyendo la exmujer del primogénito Jordi Pujol Ferrusola, Mercé Gironès. También todos los nietos, un total de 18.

Palabras de Jordi Pujol

Pujol habló diez minutos, sin papeles. El expresident hizo referencia a sus “imperfecciones e infidelidades porque ella nunca me falló”. Y añadió para acabar: “Hemos llegado al final de nuestra carrera, ella por completo, y yo casi. Seguro que ha llegado con plenitud. Yo no estoy seguro de mí mismo, pero pienso y espero que ella, desde allá arriba, pueda seguir velando por mí, me podrá ayudar”. Los presentes se levantaron y aplaudieron. Pujol sigue teniendo carisma a pesar de los problemas de su confesión.

El funeral estuvo marcado por la idea del poeta nacionalista Jacint Verdaguer, de la Cataluña que sube a la montaña y encuentra allí una idea espiritual que define el país. “Es deseo de nuestra madre que en el día de su despedida cantemos canciones de montaña”, escribió la familia en el cancionero que se repartió. Al final cantaron el Virolai acompañado al violín, un tema que evoca la religiosidad de la cordillera de Montserrat. Luego los asistentes entonaron Els Segadors, sin que estuviera previsto. Como en los mítines de Junts. Al final, políticos haciendo política. Todo el tiempo, en todas partes.