Puigdemont retoma el control de JxCAT y entierra la operación vuelve Convergència

Carles Puigdemont vuelve a controlar JxCAT, el partido que fundó en 2018, y en dos semanas ha dado carpetazo a la cacareada operación vuelve Convergència, que columnistas y analistas cercanos a la formación habían proclamado a los cuatro vientos. Este viernes nombrarán presidenta del Parlament a Anna Erra, exalcaldesa de Vic. Erra es una designación del expresidente catalán desde Bélgica y la prueba evidente de que si la segunda autoridad de Cataluña recae en una persona que como alcaldesa solo destacó por dar alas al sectarismo, nada ha cambiado por que Xavier Trias haya ganado las elecciones a la alcaldía de Barcelona.

La teoría del vuelve Convergència, respaldada por numerosas reapariciones públicas de Jordi Pujol, era que tras una victoria de Trias en las municipales, la ejecutiva controlada por el sector moderado tomaría el control y daría puerta al aventurerismo de los últimos años. Para nada. En la práctica, Jordi Turull, el secretario general, se ha convertido en la correa de transmisión de Waterloo y el partido ha vuelto a la deriva octubrista de siempre. Y eso que Trias ha ganado, como ellos mismos se habían encargado de vaticinar.

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En realidad, lo único que ha ocurrido es que Puigdemont ha subcontratado a Convergència la candidatura de la alcaldía de Barcelona. Más allá de eso, el cambio ha sido mínimo. Y así lo ha demostrado en los últimos días.

El pasado miércoles, Míriam Nogueras acudió a Bélgica para recibir en persona las nuevas consignas de Puigdemont, según han explicado fuentes cercanas al partido. Nogueras fue avalada por Puigdemont para ser la cabeza de lista de JxCAT en las próximas generales, aunque con ella al frente está claro que el grupo parlamentario de esta formación no respaldará a Pedro Sánchez para frenar una presidencia de Alberto Núñez Feijóo en solitario o apoyado por Vox. El exconseller de Economía Jaume Giró recibió en sus propias carnes la lección de que la operación vuelve Convergència había muerto y se le invitó a retirar su pretensión de optar a unas primarias para decidir el número uno de la lista por Barcelona en las generales. De nuevo, la mano de Waterloo interfería en la vida del partido.

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Tampoco se ha enseñado la puerta a la expresidenta del Parlament Laura Borràs. Enfrentada a Puigdemont, Jordi Turull ha preferido evitar cualquier peligro de escisión. La presidenta del partido seguirá cobrando un salario equivalente al que tenía cuando ocupaba la presidencia de la Cámara catalana.

Previsión

La previsión es que cuando Anna Erra sea nombrada presidenta, haga como Nogueras y también viaje a Waterloo. Borràs lo hizo varias veces. Pero Laura Borràs tenía agenda propia. Anna Erra se limitará a cumplir con lo que le digan.

La toma de posesión como diputado de Antoni Castellà va en la misma línea. El líder de Demòcrates es mucho más que el diputado que sustituirá a Borràs. También es el portavoz del Consell per la República de Carles Puigdemont. En su toma de posesión, aseguró ayer que comparte la estrategia y el discurso con la presidenta de JxCAT y lamentó que el independentismo haya dado "credibilidad" a las resoluciones judiciales españolas.

Con la caída de Borràs, entra en el Parlament Antoni Castellà, portavoz de Puigdemont

Por lo tanto, la moderación del partido queda para otro día. Xavier Trias y su equipo de exconvergentes quedan convertidos en la excepción y no en la norma de lo que vaya a ser la formación en un futuro próximo.

Los votantes, más lejos

JxCAT solo perdió 6.000 votos en las municipales. Pero son datos dopados por el efecto Trias. Mientras el partido se encomienda a Puigdemont, no está tan claro que los votantes estén haciendo los mismos. Girona es el ejemplo más claro. Este 28-M, JxCAT ha pasado a ser la tercera fuerza, por debajo del PSC y la CUP, con una candidata como la exconsellera de Universitats Gemma Geis, muy cercana a Puigdemont. La formación ha pasado de 13.445 votos en 2019 a los 6.949 de este 28-M. Una caída del 48% en la ciudad en la que Puigdemont fue alcalde. Algo más que un severo castigo.

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Los candidatos moderados se han impuesto en muchas plazas: Barcelona, Sitges, Sant Cugat, Igualada, Reus y Tortosa, por ejemplo. Y los radicales, como en Terrassa o Badalona, se han hundido. La ejecutiva del partido actúa de espaldas a los resultados electorales. Todo el mundo parece haberse creído lo de que vuelve Convergència menos ellos.