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La campaña más difícil de Ada Colau: okupas, pisos turísticos y encuestas ajustadas
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"Las elecciones pueden ir de muy pocos votos"

La campaña más difícil de Ada Colau: okupas, pisos turísticos y encuestas ajustadas

La alcaldesa, favorita en algunas encuestas, desmontará con números y promesas la campaña que la vincula a los antisistema. Nunca antes se había enfrentado a una carrera tan reñida

Foto: La alcaldesa de Barcelona y candidata de BComú a la reelección, Ada Colau, junto a la teniente alcalde y número tres de su lista, Janet Sanz (d). (EFE/ Alejandro García)
La alcaldesa de Barcelona y candidata de BComú a la reelección, Ada Colau, junto a la teniente alcalde y número tres de su lista, Janet Sanz (d). (EFE/ Alejandro García)

Este 28-M, Ada Colu se enfrenta a su campaña más difícil. Las encuestas, aunque muchas le dan la victoria, señalan que el PSC le pisa los talones. También Xavier Trias tiene opciones de ser el más votado la noche electoral. La polémica okupa de la Bonanova, con la empresa Desokupa arengando una manifestación contra los antisistema, pero también contra la alcaldesa, ha capitalizado el inicio de la campaña de Barcelona. Colau ha estado en el foco por su tolerancia con el movimiento okupa, como le han reprochado PP, Cs y Vox, también Junts. No fue una noche de pegada de carteles al uso la que se vivió en la ciudad condal este jueves, con el foco de los medios de comunicación apuntando a una plaza de la zona alta de Barcelona blindada por los Mossos. Va a ser una contienda muy disputada y los comunes lo saben.

Los frentes que se le abren a Colau son muchos. Precisamente, una de las grandes banderas que ha defendido en sus dos legislaturas se ha visto cuestionada los últimos días, la política de tolerancia cero con los pisos turísticos. El Consistorio, como avanzó El Periódico, se ha visto obligado a otorgar licencias a varios propietarios tras aprovechar un resquicio legal.

Foto: La alcaldesa de Barcelona y candidata a la reelección por BComú, Ada Colau. (EFE/Alberto Estévez)
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Paradójicamente, la encuesta del CIS, que arrojó que Colau sería la más votada y obtendría entre 12 y 13 concejales, aunque con el PSC pisándoles los talones (Jaume Collboni sacaría 10-12 asientos), es más optimista que la de los propios comunes. Una encuesta distribuida este miércoles entre los activistas de BeC decía que Colau ganaba a Trias por 4 décimas (21,8 frente a 21,4%), seguidos del PSC (19,8%) y de ERC (10,4%). "Las encuestas sirven para ver tendencias y la tendencia desde hace unos días es más que clara: estas elecciones pueden ir de muy pocos votos", advertía a sus militantes la formación barcelonesa.

Fuentes de los comunes señalaron a El Confidencial que "la gente se da cuenta de que se ha hecho una buena labor en la ciudad. Evidentemente, hay críticas contra algunas iniciativas, pero no hay duda de que hoy Barcelona es una ciudad más llevadera para los ciudadanos que antes". Estas fuentes señalan que Barcelona en Comú es una de las formaciones que tiene más fidelizado a su electorado pero también confían en que Colau "tiene mucho voto oculto. Hay gente que no admite públicamente lo que vota por lo que sea, pero ésa es una circunstancia que se ha de tener en cuenta a la hora de valorar la intención de voto".

Aparecen los fantasmas

En el caso de los okupas, a Ada Colau se le aparecen (o más bien la oposición insiste en recordarle) algunos de los fantasmas de su pasado. En el primer debate de los principales candidatos, 24 horas antes de iniciarse la campaña electoral propiamente dicha, la oposición le echó en cara su tradicional apoyo a los okupas. Es un mensaje que llevan repitiendo desde hace semanas y que se ha visto intensificado desde primeros de mayo a raíz de los graves conflictos y enfrentamientos habidos entre el colectivo okupa y los vecinos de la plaza Bonanova, donde una veintena de antisistema se han atrincherado en dos casas de las que se les quiere desalojar.

Los vídeos de los altercados y las imágenes de okupas armados con palos y hachas, con pasamontañas o cascos de motos, corriendo detrás de vecinos añaden un plus de morbosidad al relato, que algunos grupos aprovechan para magnificar en vísperas electorales. El paralelismo que la oposición hace entre comunes y okupas no es nuevo ni imaginario, la formación sostiene que el fenómeno okupa se debe al propio sistema capitalista y que sus raíces están en la especulación del suelo. Además, a nadie se le escapa el buenismo que el Ayuntamiento de Colau aplica a los grupos radicales y a las plataformas antisistema que pululan por la ciudad.

Foto: Mossos d'Esquadra despliegan un cordón policial en la plaza Bonanova de Barcelona. (EFE/Alejandro García)

La oposición culpa ahora a Colau de haber vuelto a convertir a Barcelona en la capital okupa de Europa, pero la lideresa puede también sacar rédito. ¿Cómo?: Elaborando su mensaje a partir, precisamente, del fenómeno okupa. "La okupación en Barcelona ha bajado y en parte será por las políticas de vivienda que se han hecho en la ciudad", afirmó Colau ante sus rivales en el primer debate. Además, aprovechó para echar en cara a los grupos de la oposición, en especial a Ciudadanos, Valents y el PP que se alineen "con un grupúsculo llamado Desokupa, que hace mucho tiempo que actúa al margen de la ley, que tiene contactos con la extrema derecha y que aprovecha estos casos para darse a conocer. Me parece una vergüenza que esto se secunde", arremetió la alcaldesa. Ahí coincide punto por punto con las críticas vertidas por los colectivos radicales y antisistema contra la empresa Desokupa a través de las redes sociales. Es una posición arriesgada, pero consecuente: Colau no se desmarca claramente del fenómeno y pone el foco en la naturaleza de sus tradicionales enemigos, los desokupadores.

La contraofensiva de Colau

Pero hay más: Colau, ante la adversidad de las circunstancias saca pecho. En su programa incluye y afirma que durante sus 8 años de mandato ha logrado crear el "parque de vivienda pública más grande de España". Los números que desgranan los comunes apoyan esta afirmación: en estos dos mandatos se logró incrementar en 4.000 el número de pisos públicos, con lo que el parque de vivienda pública de Barcelona llega ya a los 1.500 pisos. Esos 4.000 pisos, según los comunes, se consiguieron "con diversas estrategias. Por un lado, la compra de edificios enteros (casi 50), que suma 1.600 pisos (que costaron 180 millones), mientras que la construcción de nuevos pisos y la captación de pisos privados para alquiler social suma los 2.400 pisos restantes". Así pues, ahora promete entregar en los próximos 4 años 5.000 pisos públicos, de los que 1.500 serán para jóvenes, 1.000 para personas mayores y 1.000 de régimen cooperativo en cesión de uso. También espera comprar 1.600 pisos más en edificios enteros.

Foto: Vermut de los candidatos a la alcaldía de Barcelona en el Mercat de la Boquería. (EFE/Quique García)

Para paliar la falta de vivienda, Colau promete para la próxima legislatura que obligará "a los promotores a construir vivienda en lugar de mantener los solares en desuso y limitar la construcción de piscinas privadas ante la situación de sequía". Entre otras medidas de los comunes, destacan también la intención de incrementar "el impuesto de plusvalía municipal de las compraventas de edificios enteros que se produzcan durante los 8 primeros años. Al mismo tiempo, se modificará el IBI para penalizar el alquiler residencial de vivienda y, en cambio, se bonificarán los alquileres por debajo del precio de referencia".

El otro ingrediente que ha puesto bajo el foco la política de vivienda de Colau es la cascada de sentencias que obligan al Ayuntamiento a dar marcha atrás y reconocer licencias de pisos turísticos a cientos de viviendas. Comenzó con una primera sentencia que reconocía el derecho de Inmobiliaria Gallardo a obtener las 120 licencias que había solicitado en 2019 y esta misma semana han aparecido media docena más de sentencias que dan la razón a empresas o particulares que habían denunciado por los mismos motivos que la compañía.

Ada Colau, pues, encara su campaña más dura de las tres elecciones a las que se ha presentado. Nunca antes ninguna había comenzado tan accidentada y con tantos conflictos encima de la mesa.

Este 28-M, Ada Colu se enfrenta a su campaña más difícil. Las encuestas, aunque muchas le dan la victoria, señalan que el PSC le pisa los talones. También Xavier Trias tiene opciones de ser el más votado la noche electoral. La polémica okupa de la Bonanova, con la empresa Desokupa arengando una manifestación contra los antisistema, pero también contra la alcaldesa, ha capitalizado el inicio de la campaña de Barcelona. Colau ha estado en el foco por su tolerancia con el movimiento okupa, como le han reprochado PP, Cs y Vox, también Junts. No fue una noche de pegada de carteles al uso la que se vivió en la ciudad condal este jueves, con el foco de los medios de comunicación apuntando a una plaza de la zona alta de Barcelona blindada por los Mossos. Va a ser una contienda muy disputada y los comunes lo saben.

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