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El detenido por tener 500 kilos de explosivo es un carpintero bajo tratamiento psicológico
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En una masía aislada de Barcelona

El detenido por tener 500 kilos de explosivo es un carpintero bajo tratamiento psicológico

El varón de 41 años también escondía droga para la venta y la Guardia Civil investiga ahora sus contactos y si usaba el material detonante como vía de financiación. Los especialistas descartan perfil terrorista

Foto: Un guardia civil durante el registro en el taller clandestino de explosivos. GC
Un guardia civil durante el registro en el taller clandestino de explosivos. GC

La Guardia Civil ha desarticulado un taller clandestino ubicado en una masía del pequeño municipio barcelonés de Montmajor que almacenaba media tonelada de material explosivo. El responsable es un vecino del pueblo de 41 años, solitario, que reside con sus padres de avanzada edad y que está bajo tratamiento por problemas psicológicos. “Era un perfil de lo que nosotros consideramos inquietante, todas estas características conforman un cóctel peligroso”, dice a este periódico uno de los investigadores. El detenido, que trabaja como autónomo y se dedica a la carpintería metálica, tenía además un kilo de marihuana en casa ya seca y distribuida en bolsas por lo que también está acusado de un delito contra la salud pública.

La alerta de este individuo saltó cuando trató de hacer una compra de material explosivo a través de un comercio homologado. Cuando estos negocios detectan algún tipo de operación sospechosa tienen la obligación de dar aviso al Ministerio del Interior. Existen algunos productos y cantidades que solo es posible adquirirlos con una licencia que otorga el Centro de Investigación contra el Terrorismo y el Crimen Organizado (CITCO). Carecer de este permiso es uno de los elementos que obligan a dar parte al Ministerio. Así se inició hace un año esta investigación, bautizada con el nombre de ‘Operación Termes’. Las medidas de prevención se pusieron en marcha en Europa en 2013, dos años después de la matanza del ultraderechista Anders Breivik en Noruega.

En España no se aplicaron hasta 2017, después de los atentados yihadistas de la Rambla de Barcelona. La matanza de personas en el centro de la ciudad condal con una furgoneta fue el plan que usó la célula terrorista tras la explosión accidental del explosivo que preparaban en su base logística de Alcanar (Tarragona). Fuentes de la Guardia Civil no ocultan el paralelismo entre lo que había en aquella vivienda y lo que encontraron al desarticular la masía de Montmajor. De hecho, el ahora detenido en la operación Termes contaba con mezclas explosivas como pólvora o triperóxido de triacetona, también conocido como “la madre de Satán”. Es el mismo material que tenía el comando de Alcanar, habitualmente utilizado por los terroristas islamistas, muy peligroso y de alto poder destructivo.

Las fuentes consultadas admiten que se ha tratado de una intervención preventiva para evitar riesgos. Algunos de los componentes en su poder son muy inestables. Cuando llegaron a la masía, hallaron una cantidad muy superior de explosivos a lo que esperaban tras la alerta registrada en el CITCO. De hecho, la operación entra ahora en una segunda fase, centrada en determinar qué pretendía hacer con ese material y si contaba con algún tipo de contacto. Los investigadores se incautaron de aparatos electrónicos donde esperan poder profundizar en el perfil y las actividades de este varón. Una de las incógnitas a despejar es dónde compró el resto de material explosivo.

De las investigaciones realizadas hasta ahora, las fuentes consultadas niegan que tenga un perfil de terrorista, tampoco hay pruebas de que tuviera planes de llevar a cabo algún ataque. Pero al mismo tiempo alertan de que quienes trabajan esos materiales con el único fin de experimentar, no lo hacen con tal cantidad de explosivo. Los expertos de la Guardia Civil no descartan que el explosivo pudiera servir como forma de pago por la droga. Las cantidades de marihuana halladas y su empaquetamiento impiden pensar en que se tratase de una mercancía para consumo propio.

El detenido carece también de formación militar, según han podido acreditar las autoridades. La mayoría de personas que se dedican a estas actividades son autodidactas que acuden a tutoriales de Internet. Contaba con un laboratorio no solo para mezclar componentes, sino también para sintetizar y potenciar los efectos. La situación era peligrosa incluso para el propio arrestado y sus padres, que residían con él en la misma vivienda.

Material incautado

Tras la autorización judicial, la Guardia Civil registró el domicilio del investigado y se incautó de 348 kilos de precursores de explosivos regulados y 119 kilos de otras sustancias químicas también empleadas para su fabricación ilegal. Además se intervinieron mecha y 2,2 kilos de pólvora elaborada artesanalmente. Por la peligrosidad de las mezclas explosivas ya terminadas y de los precursores y demás productos químicos, tuvieron que actuar en el registro del inmueble agentes Técnicos en Desactivación de Explosivos (TEDAX) de la Guardia Civil para encargarse de su análisis y destrucción, según precisa la Guardia Civil en un comunicado.

El laboratorio clandestino estaba dotado tanto de maquinaria como de material de laboratorio como matraces y probetas de diferentes capacidades, manto de calentamiento eléctrico, agitadores magnéticos, bombas de vacío, controladores de flujo, alambique para la destilación y aumento del grado de concentración de los compuestos químicos, termómetros y básculas de precisión e incluso una máscara antigás para protección de los vapores químicos peligrosos. La operación Termes ha sido desarrollada por la Jefatura de Información (UCE3) de la Guardia Civil con el apoyo del Grupo de Información, el Grupo de Desactivación de Explosivos (GEDEX) y Servicio Cinológico (perro detector de explosivos) de la Comandancia de Guardia Civil de Barcelona, y el Grupo de Acción Rápida (GAR).

La Guardia Civil ha desarticulado un taller clandestino ubicado en una masía del pequeño municipio barcelonés de Montmajor que almacenaba media tonelada de material explosivo. El responsable es un vecino del pueblo de 41 años, solitario, que reside con sus padres de avanzada edad y que está bajo tratamiento por problemas psicológicos. “Era un perfil de lo que nosotros consideramos inquietante, todas estas características conforman un cóctel peligroso”, dice a este periódico uno de los investigadores. El detenido, que trabaja como autónomo y se dedica a la carpintería metálica, tenía además un kilo de marihuana en casa ya seca y distribuida en bolsas por lo que también está acusado de un delito contra la salud pública.

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