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Las siete plagas de los agricultores catalanes: heladas, robos y ahora un 40% menos de agua
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también prohíben el riego de zonas verdes

Las siete plagas de los agricultores catalanes: heladas, robos y ahora un 40% menos de agua

La Conselleria de Acción Climática anuncia medidas de emergencia para luchar contra la sequía, entre ellas una reducción drástica del agua que puede usar el agro. Los afectados alertan de una caída de los productos de proximidad

Foto: Tractores de UP en una protesta. (EFE/David Borrat)
Tractores de UP en una protesta. (EFE/David Borrat)

Heladas, temporales, robos, retroceso de la línea de costa, conejos, jabalíes, y ahora el recorte del agua: las siete plagas. Los agricultores catalanes están cansados de ser siempre los primeros en la línea de fuego. En los últimos años, las desgracias en el campo, según denuncian, se han multiplicado y a plagas y demás contratiempos se suma ahora una fuerte restricción del uso del agua (de hasta un 40%) a causa de la sequía. “Todo lo sufrimos los agricultores”, asegura el representante de la patronal catalana Unió de Pagesos (UP), Ramón Comes. Y aunque desde hace más de una década se ha ido luchando para intentar revertir o paliar los bajos niveles de las reservas hídricas en Cataluña, nunca se había llegado a una situación tan extrema como la actual.

Foto: Una treintena de tractores, aparcados junto al Parlament en apoyo a la república, el pasado 10 de octubre. (EFE)

La Conselleria de Acción Climática anunció este martes medidas de emergencia para luchar contra la sequía. Aunque el paquete de actuaciones anunciado afecta a distintas áreas de la economía catalana, las restricciones más severas se las lleva el campo. La reducción del 40% del agua para usos agrícolas es claramente superior a la de un 15% para usos industriales y la de usos lúdicos (15% usos asimilables y 50% en riego). También forman parte del paquete de medidas la prohibición de riego de las zonas verdes y una modificación en la dotación de agua media por habitante y día. Que pasará de los 250 litros permitidos durante el escenario de alerta, a los 230 en excepcionalidad.

Un decreto ley aprobado por el gobierno en 2020 sentenciaba que según fuese bajando el nivel de los pantanos, se irían aplicando medidas de emergencia. En Cataluña están ahora al 27% y la Generalitat ha avanzado las medidas previstas para cuando los embalses lleguen al 25%. Los agricultores aceptan resignados las restricciones, pero instan a la Agencia Catalana del Agua (ACA) a seguir trabajando para evitar mayores recortes y levantar cuanto antes los actuales. “Entraremos en un ciclo en el que estaremos muchas veces en alerta, no se recuperara en dos días, debe plantearse como una cosa continua”, defiende el responsable de Agua de UP, Josep Cuscó.

Foto: Alimentos de temporada para activar tu metabolismo. (Pexels/Ella Olsson)

Según UP, los cultivos que se verán más afectados por estas medidas son los de regadío, concretamente los de la huerta y los árboles frutales. Los productos más resentidos serán los tomates, las hortalizas y la fruta dulce. Alimentos de proximidad que pueden ser cultivados en tierras catalanas y que acabarán sustituidos, una vez más, lamentan, por importaciones más baratas y menos ecológicas. El agricultor Ramón Comes alerta de que en un mes podrán empezar a ver los efectos en la huerta.

“Lo veíamos venir, lo teníamos asimilado, pero no queremos que se nos discrimine, no somos la última palabra del credo. Nosotros producimos alimentos para Cataluña. Deben tenernos en cuenta”, declara Comes.

Foto: Carles Puigdemont inaugura un centro de investigación biomédica en Lleida en 2016. (EFE)

Según la ACA, a los payeses de regadío se les ha avisado de que este verano no dispondrán del 100% de la dotación de agua y les han pedido que busquen alternativas a sus cultivos. Josep Cuscó admite que se tendrán que adaptar a productos que necesiten menos agua. Las comunidades de regadío tendrán que intentar mantener los cultivos que tienen y ponerse de acuerdo en decidir cuáles son viables: “Si se necesita mucha agua y no tienes dotación de riego, no se podrá llevar a cabo”.

El ACA defiende las restricciones a los agricultores porque es el sector que más agua utiliza, pero contempla excepciones. Aquellos agricultores que hayan invertido en una infraestructura sostenible como el riego gota a gota o los sistemas de ahorro de agua no deberán reducir su consumo un 40% y el porcentaje será menor.

La supervivencia de los árboles

La Generalitat ha confirmado que siempre se garantizará el agua mínima para la supervivencia de los árboles, plantas y animales. Es lo que se conoce como riego de soporte básico, el caudal esencial para que el ejemplar no muera. Los árboles también juegan un papel importante como pulmón verde. En ciudades como Barcelona, con una alta concentración de dióxido de carbono, su presencia es indispensable.

Por este motivo, los agricultores defienden lo que es suyo y protestan contra los abusos y las falsas acusaciones. Ramón Comes remarca: “No regamos por hobby, sino porque el árbol lo necesita”. Un cultivo de regadío supone una inversión superior al de secano por la infraestructura, la mano de obra y el agua.

El hecho de que un árbol frutal no sobreviva a este año de restricciones puede suponer que tampoco lo haga al siguiente y, por tanto, el agricultor se quede sin ingresos. Sin dinero, la rueda se para y el payés deja de producir. Desde UP aceptan las medidas porque consideran que son necesarias, pero también piden esfuerzos a los otros sectores: “Quizás deben cambiar el césped por piedras antes que cortarnos el agua”.

Heladas, temporales, robos, retroceso de la línea de costa, conejos, jabalíes, y ahora el recorte del agua: las siete plagas. Los agricultores catalanes están cansados de ser siempre los primeros en la línea de fuego. En los últimos años, las desgracias en el campo, según denuncian, se han multiplicado y a plagas y demás contratiempos se suma ahora una fuerte restricción del uso del agua (de hasta un 40%) a causa de la sequía. “Todo lo sufrimos los agricultores”, asegura el representante de la patronal catalana Unió de Pagesos (UP), Ramón Comes. Y aunque desde hace más de una década se ha ido luchando para intentar revertir o paliar los bajos niveles de las reservas hídricas en Cataluña, nunca se había llegado a una situación tan extrema como la actual.

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