ERC despeja el camino a Colau para aprobar los presupuestos de Barcelona
Los republicanos se abstendrán y facilitarán a comunes y PSC sacar las cuentas. A cambio, han pactado un plan de choque social y económico de 100 millones de euros
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La alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, tiene el camino despejado para aprobar los presupuestos de 2023. Las cuentas saldrán adelante con los votos favorables de los comunes y PSC, los dos partidos que sostienen el Gobierno municipal, y con la abstención de ERC. El portavoz republicano, Jordi Coronas, y el concejal Jordi Castellana han anunciado el acuerdo con el que se articulará, además, un plan de choque social y económico de 100 millones de euros. El pacto llega después de que los comunes y el president, Pere Aragonès, cerrasen otro para las cuentas de la Generalitat.
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Las dos partes niegan con la boca pequeña que haya reciprocidad de favores, pero fuentes municipales consultadas por El Confidencial coincidían en afirmar la semana pasada que "no se apoyan unos presupuestos de otro partido gratuitamente. Siempre ha de haber compensaciones, y no solo en cuanto a contenido de los propios presupuestos".
Una fuente interna de ERC, que quiere preservar el anonimato, confirmó a este diario que ha habido una petición de la cúpula republicana al candidato de Esquerra por Barcelona en las municipales, Ernest Maragall, para que negocie las cuentas de Colau. “Es cierto que ha habido la petición, aunque a Maragall le ha sabido mal, porque él preferiría tener las manos libres para presionar a Colau y aplicar su propia estrategia”, dice esta fuente. La petición a Maragall, no obstante, no era sinónimo de plegarse a los postulados de los comunes, sino “ser más flexible, allanar el camino para hacer posible un pacto en el Ayuntamiento de la misma manera que se hizo en el Parlament”.
Acuerdo antes de fin de año
El teniente de alcalde, concejal de Presidencia y director del área de Cultura, Jordi Martí, cargo muy cercano a Ada Colau, evitaba la semana pasada dar más detalles del estado de las negociaciones, pero reconocía que las conversaciones avanzaban "muy bien". "Espero que en breve podamos explicar el acuerdo", como finalmente ha sido a pesar de los recelos de los republicanos.
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"No es nuestro presupuesto, no es lo que nosotros habríamos hecho", ha precisado Coronas. El portavoz de ERC en el Consistorio catalán ha explicado que se abstendrán por responsabilidad y dada la situación actual marcada por la inflación. Aun así, los republicanos se han felicitado por haber logrado una partida de 100 millones para el plan de choque social y económico.
En ese sentido, Castellana ha detallado las medidas previstas, entre las que destaca aumentar el fondo de infancia para familias vulnerables en 15 millones de euros. El plan también incluye una línea de ayudas de cinco millones de euros para clubes deportivos y entidades, ampliar en 4,3 millones la partida destinada a alojamientos de emergencia y 30 para adquirir pisos o solares para la promoción de vivienda pública, informa Europa Press.
Una estrategia muy compartida
A su vez, los comunes arrancaron algunas promesas a los republicanos en los presupuestos de la Generalitat: un nuevo impuesto a las grandes fortunas para recaudar 12 millones de euros, un impuesto a los cruceros (una petición expresa de Barcelona en Comú para limitar la llegada de cruceros a Barcelona) y a los ultraprocesados, incrementar un 33% los impuestos a las viviendas vacías y crear un parque de 4.600 viviendas públicas, destinar 70 millones a políticas feministas, dedicar 246 millones para promocionar las energías renovables (de ellos, 180 millones en ayudas a particulares y empresas para instalar energías renovables), montar una energética pública comercializadora, subir un 8% la renta garantizada e invertir casi 87 millones en ayudas para los alquileres, ampliar de 300 a 500 millones de euros para el plan de choque contra la carestía de la vida y acometer un rescate de la sanidad pública (destinando 1.000 millones de euros más a la salud pública, 100 millones para reducir las esperas, 40 millones en la creación de un dentista público y 20 millones para reforzar la salud mental).
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Algunos de estos puntos afectan a la estrategia de los comunes en el Ayuntamiento de Barcelona, como las limitaciones a los cruceros, la promoción de vivienda pública, la limitación de los alquileres, la creación de una energética pública (operación que se saldó con un monumental fracaso en Barcelona) o la creación de un dentista público, que Colau tuvo que eliminar en Barcelona tras sentencia judicial porque es competencia autonómica. Los números de la ciudad también se presentarán con esas tendencias, lo que contribuye a facilitar la luz verde de ERC, al estar en consonancia con los planteamientos de la Generalitat.
La alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, tiene el camino despejado para aprobar los presupuestos de 2023. Las cuentas saldrán adelante con los votos favorables de los comunes y PSC, los dos partidos que sostienen el Gobierno municipal, y con la abstención de ERC. El portavoz republicano, Jordi Coronas, y el concejal Jordi Castellana han anunciado el acuerdo con el que se articulará, además, un plan de choque social y económico de 100 millones de euros. El pacto llega después de que los comunes y el president, Pere Aragonès, cerrasen otro para las cuentas de la Generalitat.