Aragonès presiona al Gobierno para reformar la Constitución y encajar el referéndum

Pere Aragonès salió este viernes a defender la convocatoria de un referéndum y comenzó la presión para abordar una modificación de la Constitución para que tenga encaje. El presidente de la Generalitat, que intervino en la SER, justificó esta iniciativa por la mayoría independentista en el Parlament y por unas supuestas encuestas que a su juicio muestran una clara mayoría en Cataluña que quiere votar para resolver el conflicto. Una de estas vías sería reformar la Carta Magna. "Si el tema es con la Constitución y no con la voluntad política, abordémoslo", dijo, como si hubiese consenso nacionalista al respecto, que no es el caso. De hecho, desde JxCAT, su socio en el Govern hasta hace poco más de dos meses, reniega de la idoneidad de la consulta que plantea ERC.

El president anunció que los próximos meses le gustaría tratar esta vía de resolución del conflicto con el Ejecutivo español. "Nos gustaría entrar en los próximos meses, porque al final es la naturaleza del conflicto. Tenemos que entrar pensando que hay varias posturas y todas son legítimas", declaró. Sin embargo, para cambiar la Constitución hace falta una mayoría reforzada de tres quintos en el Congreso. Eso implica que necesitaría 210 diputados, pero Vox y el PP ya hacen imposible esa cifra y constituyen una minoría de bloqueo para este plan, con lo que es evidente que no podría ser, como mínimo, hasta la próxima legislatura.

Aragonès, no obstante, siempre se ha movido en la vía de un referéndum pactado con el Gobierno central y nunca ha planteado la vía unilateral que defiende otra parte del independentismo y que incluso Oriol Junqueras plantea como última opción si el resto de opciones se cierran.

Pero ERC tampoco cuenta con el respaldo del resto del independentismo. JxCAT lo considera "una cortina de humo", según portavoces de esta formación. Aragonès piensa iniciar un período de escuchas para recibir las propuestas de Junts, la CUP, la ANC y Òmnium y ver cómo la armonizan con la ponencia de los republicanos, pero no parece que en este momento ese diálogo pueda ser muy fructífero. En el caso del partido creado por Carles Puigdemont, reiteran que plantear ahora la cuestión es un modo de "tapar que aceptan penalizar el 1-O en la reforma de la malversación", según estos mismos portavoces.

Opinión

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De hecho, la estrategia de JxCAT ha sido ningunear la propuesta de ERC, que se encuentra en el borrador de la ponencia política del partido que se aprobará en Lleida este mes de enero. La formación contrapone su propia hoja de ruta, aprobada en el 2022. En ella se aboga porque el 1-O sea un punto de inflexión para reanudar el hilo del referéndum y de la culminación de la independencia. Si bien no se establece plazo alguno para la materialización de la república, la decisión sobre la activación de la independencia deberá tomarse de forma colectiva. Para ello, propone crear una asamblea, encabezada por la "institucionalidad autonómica y republicana" en la que también sean los cargos electos municipales, nacionales, estatales y europeos, además de los responsables del Gobierno y de los principales representantes de las entidades y los partidos soberanistas, lo que activasen la declaración de independencia del 27 de octubre de 2017.

ERC plantea un proceso largo y complejo que debería desembocar en una nueva consulta que mezclaría las normas del referéndum de Montenegro —50% de participación y 55% de síes para activar la segregación del resto de España—. JxCAT está en la óptica contraria. En su ponencia, plantea una "segunda vuelta de octubre del 17 y por la activación efectiva de la Declaración de Independencia proclamada el 27 de octubre de 2017. Nuestro objetivo estratégico como formación política es culminar el proceso de independencia y convertir nuestro país en un estado independiente en forma de república. Con este rumbo trabajaremos todos los días todos los afiliados, electos y cargos institucionales de Junts per Catalunya".

Opuestos puntos de vista

JxCAT considera que la DUI de 2017 se puede volver a activar como si fuera el interruptor de la luz. ERC, por su parte, ha escogido una ruta más a largo plazo que le permita construir una mayoría social más favorable al independentismo y que le permitiese ganar el referéndum. A caballo entre ambas queda la propuesta del líder del PSC, Salvador Illa, de llevar a cabo una votación sobre el actual Estatut o sobre una versión corregida del actual, algo que podría encajar en la ponencia de Esquerra, pero nunca en la de Junts. Los republicanos podrían aceptar esta iniciativa, pero si todos son conscientes de que ellos harían campaña como por el No. Entre la dirección de ERC se plantea esta consulta como una fase previa para la otra. Primero bloquear la legislación vigente y luego plantear la consulta de autodeterminación como una manera de ofrecer una salida a una situación de callejón sin salida.

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Esta propuesta del partido de Junqueras, si es asumida por la Generalitat, tiene que ser arropada por el "acuerdo de claridad" que propuso Aragonès. Pero la resolución que plantearon los republicanos fue tumbada al final del debate de política general en el Parlament, lo que da una imagen de la soledad con la que afrontan su iniciativa.

La CUP se desmarca

En público, la que antes se ha desmarcado ha sido la CUP. La diputada de los anticapitalistas, Laia Estrada le espetó esta semana en el Parlament a Aragonès sobre su propuesta de referéndum a la montenegrina que "el problema es que ustedes obvian el principal escollo, que nada tiene que ver con los porcentajes, el debate, la cuestión es cómo llegamos al referéndum". "Y usted no me ha contestado, porque el conflicto lo tenemos con el Estado español negando la mayor, el derecho a la autodeterminación del pueblo catalán, que no nos sorprende, que esto ya lo sabemos de sobra", subrayó.

"La única forma de salvar este arrecife, hace tiempo que lo estamos diciendo, es desde la confrontación democrática, desde una agenda independentista amplia, y desde una movilización sostenida y constante. Y sin esos factores, sin estas condiciones, su propuesta no va más allá de la retórica", añadió Estrada. De manera que, llegados a este punto, el proceso de escucha de Aragonès apunta a ser más bien breve.