La ruptura del Govern hunde a JxCAT: perdería dos escaños en el Congreso por Cataluña
En términos globales, en las elecciones generales de 2019, el 42,7% fue voto independentista. Si los comicios se celebraran ahora, ese porcentaje bajaría al 38%
La salida de JxCAT de la Generalitat no parece haber sido entendida por su electorado independentista. Según la última encuesta de IMOP-Insights para El Confidencial, la intención de voto de la formación fundada por Carles Puigdemont se hunde a nivel nacional de cara a las próximas elecciones generales. Los datos de Cataluña muestran que el partido que preside Laura Borràs pasaría del 13,6% de los votos logrados en 2019 al 10,2% con una participación similar en el territorio. Y, de los actuales ocho diputados en el Congreso de los Diputados, bajaría a seis.
La situación de depresión no es extensible a todo el bloque independentista, pese a la división que sufre desde hace meses. El resto de fuerzas nacionalistas mantendría sus posiciones. ERC seguiría teniendo los 13 diputados que tanto necesita Pedro Sánchez. En las elecciones de 2019, la formación encabezada por Gabriel Rufián cosechó el 22,6% de los votos. Ahora se quedaría en el 22%. Un resultado muy aceptable cuando tiene a la mitad del soberanismo acusándole de traición. La CUP perdería algo de peso pasando del 6,4% al 5,8%, pero volverían a repetir resultado en escaños: dos representantes en Madrid.
No obstante, hay que tener en cuenta que, de los ocho diputados que logró en el Congreso en 2019, cuatro se quedaron en el PDeCAT cuando Carles Puigdemont decidió romper el partido un año después. Así, en la práctica, JxCAT tendría una mayor presencia en la Cámara Baja, aunque perdiendo un 3% de los votos.
En términos globales, el peso del independentismo es menor frente al avance del bloque constitucionalista. En 2019, el 42,7% fue voto nacionalista. Si las elecciones generales fuesen ahora, ese porcentaje bajaría al 38%. El soberanismo cuenta ahora con 23 diputados en Madrid, pero en unos nuevos comicios bajaría a 21, en esencia por el derrumbe de JxCAT, ya que ERC y la CUP resisten mucho mejor el desgaste.
Crecimiento del PP
La otra cara de la moneda está el bloque constitucionalista. El PP resucita en Cataluña, beneficiado por el desmoronamiento de Ciudadanos en Cataluña, siempre ante unas hipotéticas elecciones generales. Se calcula que tres de cuatro votantes que dejan al partido naranja se inclinan por los populares. En este sentido, el Observatorio Electoral de El Confidencial coincide con el CEO catalán. De cara a los comicios, la formación liderada por Alberto Núñez Feijóo pasaría del 7,4% de los sufragios al 12%. En términos de diputados daría oxígeno al líder gallego, que crecería de dos a cinco parlamentarios.
En este sentido, hay una diferencia entre los votantes de JxCAT y los de Ciudadanos. Los de Inés Arrimadas se desploman en Cataluña de la misma forma que en el resto de España. En 2019 tenían el 5,6% de los electores. El votante naranja abandona el partido. De hecho, Cs no obtendría ni un solo diputado en este territorio (ahora tiene dos) al quedarse solo con el 1,7% de los apoyos. Este votante se va mayoritariamente el PP y, en menor medida, al PSC.
El PSC ganaría votos, pero saldría perjudicado en el reparto de escaños. Pasaría del 20,5% de los sufragios que logró en 2019 a más del 22%. Pero solo obtendría 11 diputados, uno menos que ahora. En todo caso, se mantiene la tendencia alcista que dan otras encuestas a los socialistas catalanes. Por su parte, los comunes de Ada Colau se mantienen estables: el 14% de los apoyos y siete parlamentarios. Colau ha apoyado a Yolanda Díaz, pero se ha mantenido al margen de las disputas entre Sumar y Unidas Podemos. Gracias a esa neutralidad, las tensiones internas parecen no pasarle factura.
En los extremos ideológicos, al margen de la CUP, Vox crece en Cataluña. El partido liderado por Santiago Abascal pasaría del 6,3% al 8,1% de los votos. Eso les permitiría doblar y llegar a cuatro diputados en las próximas generales. De hecho, como ya ha informado este periódico, la formación ultraconservadora ha sabido rentabilizar mejor que el PP las últimas polémicas, como la reforma del delito de sedición. Eso le ha permitido recuperar parte del terreno perdido.
Los comunes de Ada Colau mantendrían sus siete diputados en el Congreso, mientras que Vox mejoraría y llegaría a los cuatro escaños
Provincia a provincia, JxCAT perdería un diputado en Barcelona y también el que tiene ahora en Tarragona. En esta última provincia, el PSC también perdería un escaño, por el reparto proporcional. Por su parte, el PP seguiría sin parlamentarios en Girona y en Lleida, pero ganarían dos en Barcelona, llegando a cuatro; y otro más en Tarragona, donde en 2019 no obtuvo representación.
ERC, que al contrario que Junts camina hacia posiciones mucho más pragmáticas, se mantiene en las cuatro circunscripciones provinciales y resiste mucho mejor que el resto de partidos independentistas el desgaste demoscópico de los cinco años de digestión del procés.
La salida de JxCAT de la Generalitat no parece haber sido entendida por su electorado independentista. Según la última encuesta de IMOP-Insights para El Confidencial, la intención de voto de la formación fundada por Carles Puigdemont se hunde a nivel nacional de cara a las próximas elecciones generales. Los datos de Cataluña muestran que el partido que preside Laura Borràs pasaría del 13,6% de los votos logrados en 2019 al 10,2% con una participación similar en el territorio. Y, de los actuales ocho diputados en el Congreso de los Diputados, bajaría a seis.
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