El TSJC absuelve a Torrent y la Mesa del Parlament, y el soberanismo lo vive como una victoria

El Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC) ha absuelto al expresidente del Parlament y actual conseller de Empresa, Roger Torrent, y a la Mesa del Parlament, tras su juicio por desobediencia al Constitucional (TC) por tramitar resoluciones de reprobación de la monarquía y sobre la autodeterminación, lo que se ha vivido como una victoria por casi todo el independentismo.

Junto a Torrent, el TSJC ha absuelto, por mayoría, a los miembros de JxCAT y ERC en la Mesa de la pasada legislatura, Adriana Delgado, Eusebi Campdepadrós y Josep Costa, para quienes la Fiscalía pidió penas de hasta 20 meses de inhabilitación por un delito de desobediencia grave al Tribunal Constitucional. Vox estaba personado como acusación particular.

Si se habla de casi todo el independentismo es porque Josep Costa, que en este juicio se defendía a sí mismo, ya ha anunciado que recurrirá la sentencia ante el Tribunal de Estrasburgo, al considerar el fallo por “no reconocer la inviolabilidad del Parlament”.

Desde Bruselas, Carles Puigdemont se ha precipitado rápidamente desde su cuenta de Twitter a decir que la victoria en los tribunales ha sido gracias a Costa, que apartó primero al presidente del TSJC, José Maria Barrientos, y después al magistrado Carlos Ramos, alegando falta de imparcialidad.

En el Parlament, los diputados han recibido el fallo exculpatorio de pie y con aplausos. Para Torrent es una muy buena noticia porque esquiva la pena de inhabilitación y, por tanto, podrá seguir siendo conseller en la Generalitat.

Como ya pasó en el caso de la Audiencia Nacional declarando inocente al Mayor de los Mossos, con la absolución de José Luis Trapero en octubre de 2020, las sentencias favorables ponen en un brete al independentismo. Por un lado, van contra la idea de una Justicia española hija del franquismo que actúa como un rodillo contra los independentistas. Por otro, favorece el concepto que siempre ha defendido buena parte del independentismo de que todo lo que pasó en octubre de 2017 “no fue delito”, cosa que, de ser cierta le quitaría mucha épica a la organización de la consulta del 1-O. Por último, el independentismo se alegra, sí, pero está comprando el marco legal y de referencia español, mucho más matizado y complejo que lo que ellos mismos quieren aceptar.

Según la sentencia, no hubo dolo, ya que, tal y como se recoge en el fallo, el TSJC considera que estos miembros de la Mesa no cometieron un delito de desobediencia por una falta de mandato claro y específico en las providencias del Tribunal Constitucional los días 10 y 16 de octubre de 2019. La mayoría del tribunal de la Sala de lo Civil y lo Penal considera que esas providencias permitían más de una interpretación. La sentencia afirma que el dolo no ha quedado acreditado, igual que el hecho de que los acusados tuvieran conocimiento y quisieran desobedecer el mandato del Tribunal Constitucional.