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El sector duro de la CUP vigila las relaciones de sus militantes para detectar machistas
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"Feminización" del partido

El sector duro de la CUP vigila las relaciones de sus militantes para detectar machistas

La organización anticapitalista exige conocer las relaciones sexoafectivas y que los hombres "identifiquen el dolor que hayan podido causar a las mujeres" para acceder a la formación

Foto: Manifestación convocada por la CUP en Barcelona. (EFE/Quique García)
Manifestación convocada por la CUP en Barcelona. (EFE/Quique García)

El núcleo duro de la CUP, formado por los activistas de Endavant (en la que se encuadran figuras como Anna Gabriel o Benet Salellas) ha decidido crear espacios no mixtos dentro de la organización, con el fin de “avanzar hacia la feminización”. Paralelamente, realiza los planes de masculinidades y acciones formativas para hombres, con el fin de que abandonen cualquier atisbo machista en sus actitudes. Pero las medidas adoptadas por el partido van mucho más allá.

La formación ejerce un control total sobre la vida afectiva de sus militantes. Durante el último año, el núcleo más combativo de los anticapitalistas puso en marcha su Plan de Masculinidades, “un ejercicio grupal que tiene por objetivo que los hombres identifiquen sus posiciones de privilegio, así como que identifiquen el dolor que han podido causar a las mujeres con las cuales han mantenido algún tipo de relación a lo largo de su vida”.

En un informe titulado Estrategias para la feminización de Endavant, fechado en noviembre de 2022 y enmarcado dentro de un programa de Autodefensa Feminista, se afirma que este plan “se centraba concretamente en la identificación del dolor que los hombres han podido originar en sus relaciones sexoafectivas y, a partir de aquí, plantear qué herramientas tienen a su alcance para reparar el dolor causado”. El escrito es, en realidad, un libreto de autodefensa “para luchar contra el machismo” que ha de servir de guía para la acción política de la formación.

Foto: Una persona participa en una manifestación convocada por la CUP. (EFE/Alejandro García)

Al margen de esta norma de nuevo cuño, la organización exige también a la nueva militancia masculina “un Plan de Masculinidades individual, previo a ser dado de alta en Endavant”. Conforme ya había publicado El Confidencial, un tercio de los aspirantes a convertirse en activistas de este núcleo duro eran rechazados por culpa de este plan individualizado.

El informe señala que el partido ha comenzado a aplicar “nuevas formas de revisión interna y nuevas estrategias para garantizar que los hombres profundicen en la revisión de sus actitudes y las violencias que ejercen para poder modificarlas”. Más adelante, añade: “El reto de este año es diseñar un trabajo formativo donde se continúa haciendo reflexión, aunque va más allá. Hemos de ser valientes y buscar acciones formativas para hombres que aumenten la confrontación y un trabajo en sus actitudes en la práctica. Creemos que los hombres de Endavant han de analizar su poder y sus violencias desde su día a día”.

Cuatro denuncias abiertas

¿Tiene la CUP problemas internos con el machismo? Al parecer, no muchos. El más importante, que arrastraba desde 2019, fue el que enfrentaba a la exdiputada y exportavoz Mireia Boya con Xevi Generó, un miembro de la dirección que tras el episodio de denuncias se retiró de la política para seguir ejerciendo de guardia rural. Boya le acusó de ejercer sobre ella un intenso acoso psicológico, pero, a principios del 2022, se archivó el caso sin que se tomase ninguna medida, puesto que Generó ya no está en activo. La dirigente de la formación, que acaba de ser repescada por Pere Aragonès como directora general de Calidad Ambiental y Cambio Climático en el Govern, dejó la CUP el pasado mes de junio porque aseguró que no se la defendió debidamente.

Foto: El presidente de la Generalitat, Pere Aragonès. (EFE/Quique García)
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Lo que diferencia este caso de los restantes es la relevancia de sus protagonistas, solo alcanzada por otro episodio anterior, cuando hubo dos denuncias internas (con años de diferencia entre ellas, pero interpuestas coetáneamente) contra el exdiputado Quim Arrufat por supuesta agresión sexual. En 2021, Arrufat acabó querellándose contra la CUP por falsedad, al hacer público un comunicado en el que confirmaba los hechos. El antiguo dirigente dejó el partido en 2019, cuando la CUP le abrió expediente.

En realidad, según los números de Endavant, en 2021 hubo solo cinco denuncias internas, tres de las cuales se resolvieron satisfactoriamente y otras dos fueron archivadas con bajas o suspensiones de militancia. En 2022, hay cuatro casos abiertos que se están estudiando, pero sobre los que no ha habido aún ninguna decisión.

Esos casos son estudiados por el Grupo de Trabajo de Agresiones, un órgano creado hace dos años, formado por cuatro mujeres y un hombre. La intención es cambiar a una parte de sus miembros cada dos años, aunque aún no se ha previsto el mecanismo definitivo. Lo que sí quiere la organización es garantizar el buen funcionamiento del órgano “evitando la implicación emocional de las personas que forman parte con los agentes implicados en la agresión”.

Aumentar el peso de las mujeres

Para preparar y evaluar las acciones formativas, el partido aumentará el peso de las mujeres en las estructuras de la organización, a pesar de que la militancia femenina ha sufrido un importante retroceso en los últimos años. Según el censo de la formación relativo a junio pasado, el 38% de la militancia son mujeres. Ese porcentaje contrasta con las cifras de épocas anteriores, cuando este segmento era de entre el 42% y el 45%. Pese a ello, la ejecutiva nacional es paritaria, mientras que las estructuras locales tienen una presencia de dirigentes mujeres del 43%.

Foto: Imagen de archivo de una manifestación convocada por la CUP con motivo de la Diada. (EFE/Alejandro García)

El partido apuesta por la feminización de la gestión. Una de las principales decisiones tomadas es la creación de espacios no mixtos para que sean las mujeres las que decidan por sí solas. “Estos espacios han de favorecer que las mujeres de Endavant dispongan de espacios para pensar y debatir los elementos principales de la lucha feminista, así como las estrategias para feminizar la organización”, dice el informe. En otro de los apartados, reseña que “apostamos por los espacios no mixtos como espacios de trabajo y decisión de las mujeres de la organización, a causa de las condiciones específicas de opresión y explotación que viven en el capitalismo y el marco político del Estado español”.

Fruto de esa apuesta por espacios no mixtos, se celebró el Encuentro de Mujeres de la Izquierda Independentista y la Mesa de Mujeres de Endavant, dos espacios que responden al objetivo de hacer crecer la participación de las mujeres en la organización. El informe cita también a la Escuela de Formación de Verano 2022 como ejemplo de espacio no mixto. La meta, aseguran los duros anticapitalistas, es hacer crecer el número de mujeres entre las personas que ocupan cargos de liderazgo y responsabilidad en la organización.

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En esa estrategia, Endavant propone que “durante los siguientes dos años se profundice con dos acciones para continuar avanzando”. Esas acciones son, por un lado, la “formación de formadoras”, o, lo que es lo mismo, “se trata de una apuesta por transmitir el conocimiento adquirido en la organización entre mujeres de esta”. Este mecanismo contribuirá, asegura el texto, a “reducir la segregación horizontal todavía presente en el movimiento, en el que determinadas cuestiones recaen siempre sobre hombres y otras sobre mujeres”. Por otro lado, comenzará en el futuro inmediato a realizar “formación de portavoces, una estrategia para dar herramientas al conjunto de la militancia, pero especialmente a las mujeres”. En esa misma línea se sitúa la intención de realizar en 2023 “una auditoría de género para evaluar la situación actual de la organización y las estrategias que se han llevado a cabo para feminizarla”.

De ese modo, los anticapitalistas apuestan por la feminización de la organización “no como un frente de lucha, sino como un elemento estratégico e ideológico central para la acción política”. Una frase lapidaria contenida en las conclusiones del informe condensa la filosofía de los duros de la CUP y su estrategia de feminización del partido: “La transformación de la militancia masculina es un deber revolucionario”.

El núcleo duro de la CUP, formado por los activistas de Endavant (en la que se encuadran figuras como Anna Gabriel o Benet Salellas) ha decidido crear espacios no mixtos dentro de la organización, con el fin de “avanzar hacia la feminización”. Paralelamente, realiza los planes de masculinidades y acciones formativas para hombres, con el fin de que abandonen cualquier atisbo machista en sus actitudes. Pero las medidas adoptadas por el partido van mucho más allá.

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