El Parlament y su Comisión del Diputado convierten a Dalmases en un cadáver político

La Comisión del Estatuto del Diputado del Parlament ha convertido este jueves a Francesc de Dalmases, la mano derecha de Laura Borràs, en un cadáver político. El diputado de JxCAT no acudió a la sesión encargada de analizar la bronca que echó a una periodista de TV3 por las preguntas que había formulado a la expresidenta de la Cámara catalana. El diputado justificó su ausencia por una baja médica, pero tras el debate, a puerta cerrada, quedó claro que ya no cuenta en la vida política. Si el sector posibilista de JxCAT quería su cabeza para castigar a Borràs, ya la tienen, según han explicado fuentes parlamentarias.

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La Comisión recibió una carta de De Dalmases reconociendo los hechos, las presiones a una periodista de TV3 después de una entrevista que consideró hostil en el programa FAQS. Se dará al diputado la oportunidad de comparecer ante la Comisión para dar su versión de los hechos, pero se espera que decline esta oportunidad, amparándose en su baja médica por riesgo de infarto. La semana que viene la Comisión volverá a reunirse para seguir con la instrucción del caso, que puede acabar con una sanción.

Tras la crisis, De Dalmases se da por amortizado en sentido político. Y la prueba del impacto que tiene su figura es que desde hace tres semanas Laura Borràs no se pasa por la Cámara catalana. Aunque está suspendida en sus funciones, dispone todavía del escaño. La Comisión ha optado por abrir una investigación para establecer si el diputado se saltó el código de conducta del Parlament cuando presionó a la periodista de TV3, que era la subdirectora del programa.

Para ello, la Comisión ha pedido analizar dos documentos: el informe de la Corporación Catalana de Medio Audiovisuales (CCMA) sobre el incidente y también el acta de la propia comisión de control de la CCMA en el Parlament sobre el caso, que incluye la declaración de Dalmases y también la de los periodistas afectados. Se ha descartado la Comisión de Garanties de JxCAT, el informe de Magda Oranich, por considerarlo de parte, aunque también ha salpicado al diputado por su valoración negativa.

El presidente de la Comisión, Jaume Alonso Cuevillas, un hombre también de Laura Borràs, intentó hasta el final proteger a su compañero y limitar el alcance de la investigación, pero no obtuvo el respaldo suficiente. No obstante, la Comisión ha quedado acotada al incidente en TV3, por lo que se ha cerrado la posibilidad de que declarasen otras diputadas por otros asuntos en los que también estaría implicado Dalmases.

Más casos

Están saliendo a la luz otros casos en que los que diversas mujeres han denunciado malos tratos por parte de De Dalmases. Se ha sabido que hay diputadas de JxCAT que no se hablan con él por ese motivo. Si alguna de ellas quisiera declarar obligaría a la Comisión a abrir un nuevo expediente.

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En todo caso, ya se prevé que De Dalmases no vuelva a la Cámara en lo que queda de legislatura y que opte por delegar su voto, algo que puede hacer en caso de enfermedad. Así JxCAT no perderá peso pero al mismo tiempo suelta el lastre que ya suponía el diputado y sus diferentes escándalos.

Diversos errores

Francesc de Dalmases cometió diversos errores en la gestión del caso. Cuando estalló el escándalo no se disculpó. Decidieron dar una patada hacia delante y la idea de que lo tratase la Comisión del Estatut del Diputado fue de él y de Borràs. Pensaron que tres meses después habría quedado olvidado. No sólo no fue así sino que el informe de Magda Oranich reactivó la investigación parlamentaria.

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Por el camino todo lo que hicieron tanto él como Borràs provocó que su situación se complicase todavía más. Presionaron a los periodistas implicados, presionaron a Oranich. En la práctica el sector pragmático de JxCAT utilizó el caso para ajustar cuentas con la expresidenta del Parlament, partidaria de romper el Gobierno de coalición en la Generalitat. Ahora, todo esto se ha vuelto en su contra. Sin olvidar que el juez Joaquín Aguirre ha reabierto la investigación sobre las múltiples irregularidades que salpicaron su gestión en la Diputación de Barcelona. Lo dicho, un cadáver político.