TV3 perdería 126 millones de euros si la Generalitat de Cataluña prorroga los presupuestos de 2022

La Corporación Catalana de Medios Audiovisuales (CCMA), que incluye TV3, Catalunya Ràdio y la Agencia Catalana de Noticias (ACN), perdería en 2023 un total de 126 millones de los fondos previstos si la Generalitat prorroga los presupuestos de 2022, según han explicado fuentes de esta empresa pública. Un impacto tan grande en sus vías de financiación llevaría a la parálisis de buena parte de su actividad y ha generado una fuerte inquietud en el consejo de la entidad, a menos que se aportasen fondos extraordinarios. Cada ampliación a través de línea de crédito implicaría la aprobación previa del Parlament y haría imposible la gestión del día a día.

Si los presupuestos se prorrogan, como están dejando caer tanto en JxCAT como algunos altos cargos de ERC, como Oriol Junqueras, la CCMA tendría que retroceder a las cuentas vigentes, que representan 243,5 millones de euros, tal y como recoge La Ley 1/2021, de 29 de diciembre, de Presupuestos de la Generalitat de Cataluña para 2022. Supondría perder de una tacada el 34% de su presupuesto anual.

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Portavoces de la CCMA recuerdan que "en cuanto a los gastos, estamos pendientes de una aportación extraordinaria que permita compensar el decalaje del presupuesto previsto por el anterior Consejo de Gobierno y la aportación de los presupuestos". Con esa aportación se llegaría hasta los 292,5 millones presupuestados.

El nuevo presupuesto en el que está trabajando la CCMA llega a los 370 millones. Es decir, sin 77 millones más, claves para llevar a cabo la refundación del Club Super3, el canal de contenidos infantiles que se considera clave para recuperar posiciones en el uso social del catalán, entre otras cuestiones. A ese montante hay que sumar los 56 millones de "aportación extraordinaria" del anterior consejo de administración, que entonces presidía Núria Llorach. La suma de esas dos partidas da los 126 millones de fondos de la Generalitat que ya no llegarían.

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La prórroga supondría en la práctica parálisis y muchos problemas para operar con normalidad. También el calado político, por todo lo que representa para el independentismo. En proporción, sería mucho más grave que el Institut Català de Salut —4.000 millones de facturación— tuviese que operar en su gestión diaria con las mismas cuentas que ahora. Pero desde un punto de vista político, resulta mucho más relevante la fragilidad contable de TV3.

Fuentes del PSC relativizan la actitud de ERC, que esta semana todavía no había llamado a Salvador Illa. Los socialistas cuentan con tres 'consellers' en el consejo de la CCMA y conocen a la perfección la situación de la empresa. Por tanto, más allá de los vetos de Oriol Junqueras o el ninguneo de Pere Aragonès, esperan que los republicanos se cuezan a fuego lento en su propia salsa mientras van recibiendo llamadas de la corporación, del Institut de Salut y de los cientos de organismos públicos que se encuentran en situaciones parecidas. Desde la sede del PSC en la calle Pallars, se entiende que los republicanos van de farol.

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JxCAT no apoyará los presupuestos de la Generalitat de 2023. La única mayoría realista para algo así es con los socialistas, que llevan semanas mostrando su disponibilidad en aras de la estabilidad institucional y la responsabilidad política. Salvador Illa plantea que no se trata de salvar al Gobierno de Aragonès, sino de ayudar al conjunto de los catalanes, incluidos los trabajadores de la CCMA, aunque esto último no lo diga explícitamente.

Decepción de los comunes

Mientras, los comunes están muy decepcionados. Aragonès ha intentado ganarse su apoyo solo con una llamada telefónica a Jéssica Albiach sin propuestas concretas y sin pactar el nombramiento de Gemma Ubasart como 'consellera' de Justícia. La formación, incluso, esperaba entrar en la Generalitat, con lo que el resultado final no puede ser más desilusionante para ellos. "Es un Gobierno débil y aislado que no va a ninguna parte con 33 diputados", sentenció Albiach desde Catalunya Ràdio.

Fuentes parlamentarias estiman que el realismo acabará imponiéndose y que ERC terminará pactando los presupuestos con la mayoría de izquierdas alternativa. Para eso se precisará tiempo, al menos hasta finales de enero o principios de febrero. La presión fundamental no vendrá del Parlament, sino de lugares más prosaicos, como Sant Joan Despí, donde tiene la sede la CCMA.