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La ANC exige elecciones a Aragonès tras una manifestación con aroma a fin de ciclo
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Irritación contra la Generalitat

La ANC exige elecciones a Aragonès tras una manifestación con aroma a fin de ciclo

A pesar del desánimo, miles de personas participaron en la marcha. Muchas vinieron con autocares desde comarcas. Pero el clima era otro. La palabra más repetida en las diversas pancartas: "Botiflers", traidores

Foto: Manifestación independentista de la Asamblea Nacional Catalana (ANC) con motivo de la Diada. (EFE/Alejandro García)
Manifestación independentista de la Asamblea Nacional Catalana (ANC) con motivo de la Diada. (EFE/Alejandro García)

La presidenta de la ANC, Dolors Feliu, exigió esta tarde a Pere Aragonès que convoque elecciones si no va implementar la independencia. "O independencia o elecciones", esa fue la frase final de una manifestación que logró superar la cifra del año pasado, pero no puede compararse con la de 2019, la última Diada pre-covid. La ANC apuesta por una lista cívica que ponga la independencia de Cataluña como prioridad y que apueste por la vía unilateral. Òmnium no está aquí. Pero ahí colocó la partida la ANC. Sin embargo, aunque es muy posible que ninguna manifestación este año reúna 150.000 personas en Barcelona, difícilmente hará rectificar al presidente de la Generalitat.

El problema para Aragonès es que el secretario general de JxCAT, Jordi Turull, apuntó desde la manifestación: "La gente nos hizo un encargo y, si no está lo bastante satisfecha, lejos de criticar, lo que tenemos que hacer es ver cómo podemos explicarnos mejor y dar salida al clamor de la calle". Delicado en la boca del hombre que tiene en sus manos el futuro del gobierno de coalición de la Generalitat. Tal vez, Dolors Feliu acabe teniendo las elecciones que reclama, pero por otros motivos.

Foto: Gabriel Rufián, en el Congreso de los Diputados. (EFE/Kiko Huesca)

Pancarta negra con letras blancas: "Per què collons us hem votat?". Una alusión a esa mayoría independentista en el Parlament donde el 52% separatista no se ha concretado en nada ni para nada. Ni siquiera para ir a la manifestación de esta tarde de la que ERC se ha ausentado de manera muy visible. Los gritos eran los de siempre: Independencia! y "Puigdemont, el nostre president!" Pero las pancartas eras muy críticas con los partidos, con la Generalitat y con el diálogo con el Gobierno español. Los manifestantes en esta Diada del 2022, eran más que el año pasado, pero muy motivados. Que no han tenido que enfrentarse a la policía pero sí a un sol de justicia y un clima de bochorno enorme. Miles de personas acaloradas y cabreadas con los mismos políticos que aún siguen diciéndoles que la independencia de Cataluña es posible pero que no se ponen de acuerdo en el cómo.

Según la Guardia Urbana de Barcelona acudieron 150.000 personas. Más que en 2021. Pero hay que tener en cuenta que esta era la primera sin restricciones de pandemia. Así que se demostró resilencia, pero no un vigor que pudiese inquietar ni a la Generalitat ni a la Moncloa. Y no solo por el desánimo interno. También por los efectos del covid. Dolors Feliu, presidenta de la ANC dio la fantasiosa cifra de 700.000 personas.

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La mejor definición del actual momento del soberanismo catalán lo hizo Xavier Antich, el nuevo presidente de Òmnium en el acto antes de la marcha: "el ciclo que sigue a la acumulación de fuerzas del 1-O tiene que renovarse. La historia siempre funciona por ciclos, y cinco años después es hora de mirar adelante". El fin de ciclo lo ejemplificaba del todo ERC, que con su decisión de no acudir a la manifestación lo decía todo sin decir nada.

A pesar del desánimo, miles de personas participaron en la marcha. Muchas vinieron con autocares desde comarcas. Pero el clima era otro. La palabra más repetida en las diversas pancartas: "Botiflers", traidores. Otro de los carteles que han presentado los manifestantes: "ERC, Junts y CUP. No os volveremos a votar. Traidores".

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La manifestación fue muy tranquila. Apenas se lanzó un bote de humo contra Capitanía General, en Passeig de Colom. Pero nada más. También porque el grueso de los manifestantes eran gente mayor y también niños. Como en otros años recientes, pocos jóvenes, aunque manteniendo el clima familiar, aunque no el festivo. Había más tristeza y también más rabia.

Pese a eso, muchos de los líderes que protagonizaron la debacle de octubre de 2017 acudieron a la manifestación: el secretario general de JxCAT, Jordi Turull; todos los consellers de este partido en el cuestionado ejecutivo de la Generalitat, la entonces presidenta del Parlament, Carme Forcadell; y el cantante Lluís Llach, en 2017 diputado del Parlament y ahora representante del Consell per la República.

Jugar a defender

"Sí, sí, sí… encara sóm aquí!, todavía estamos aquí", jaleó el vicepresidente de la ANC, Jordi Pesarrodona. Pero hasta esta frase reflejaba el clima de resistencia. El independentismo ha dejado de jugar al ataque, consciente de que ahora toca defender.

El grueso de los discursos bebió de la nostalgia del 1 de octubre. Y ahí radica la gran diferencia estratégica. JxCAT y la ANC consideran que la consulta de 2017 es un mandato democrático que hay que implementar. Para ERC, en cambio, se trata de un hito, pero hay que seguir un largo camino, pues buena parte de los catalanes, la mitad del censo como mínimo, no comparte en este momento este proyecto político.

Seguir aquí

La permanencia como objetivo fue exhibida por el grueso de los parlamentos tras la manifestación "¿Quién dijo que nos íbamos a quedar en casa? Seguimos aquí. No nos podemos quedar en casa. Somos activistas. Somos gente de calle", argumentó Antich.

"Estamos aquí", repitió Dolors Feliu. Para la presidente de la ABC "esta manifestación da miedo porque da miedo nuestra convicción". El resto de su discurso recurrió al victimismo más extremo, del tópico de “el país ocupado” hasta la alusión al espionaje de Pegasus.

El independentismo ha perdido la capacidad de movilización de antaño. Pero ahora sale una vez al año. Aquel movimiento que podía alterar la vida diaria de los catalanes una y otra vez ya ha perdido esta baza. Se ha vuelto previsible y se desangra en ataques internos entre las diversas facciones.

La presidenta de la ANC, Dolors Feliu, exigió esta tarde a Pere Aragonès que convoque elecciones si no va implementar la independencia. "O independencia o elecciones", esa fue la frase final de una manifestación que logró superar la cifra del año pasado, pero no puede compararse con la de 2019, la última Diada pre-covid. La ANC apuesta por una lista cívica que ponga la independencia de Cataluña como prioridad y que apueste por la vía unilateral. Òmnium no está aquí. Pero ahí colocó la partida la ANC. Sin embargo, aunque es muy posible que ninguna manifestación este año reúna 150.000 personas en Barcelona, difícilmente hará rectificar al presidente de la Generalitat.

Manifestación Esquerra Republicana de Catalunya (ERC)
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