JxCAT eleva la presión a ERC con la amenaza de romper la Generalitat

JxCAT está metiendo más presión a ERC con la idea de romper la Generalitat, un extremo discutido en la ejecutiva del partido y que tuvo apoyos más allá del entorno de Laura Borràs. El portavoz de la formación, Josep Rius, planteó este lunes reformular la mesa de diálogo para que “se convierta en una mesa de negociación que trate la esencia del conflicto: la autodeterminación y la amnistía”. Sin embargo, los 'consellers' y alcaldes de Junts, que suponen cerca del 60% de la cúpula, mantienen la necesidad de seguir en el Gobierno de coalición con los republicanos para mantener sus opciones en las elecciones municipales de mayo de 2023.

El presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, tiene más presión con sus socios de coalición. Lo previsible es que tenga que afrontar una minicrisis de Gobierno con la salida de Josep Maria Argimon como 'conseller' de Salut si al final, como parece lo más previsible, se vaya de número tres en una posible lista de Xavier Trias por la ciudad de Barcelona.

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Se espera que a finales de octubre la militancia de JxCAT vote sobre la conveniencia de que siga el Gobierno de coalición. Para entonces, el aparato de Junts cree que podrá tener desactivado el riesgo de un resultado contrario al haber blindado el aparato interno a través de la votación en las siete veguerías, que justo está teniendo lugar estos días. En la práctica, se prevé que sirva para reconducir determinadas tendencias rupturistas que podrían darse entre los militantes.

ERC decidió ignorar las polémicas que venían de JxCAT y centró sus críticas en la ANC y en su planteamiento contra los partidos políticos para la marcha de la Diada. Del mismo modo, Aragonès ha anunciado que no acudirá a la manifestación del 11 de septiembre y Junts ha tomado la bandera de la movilización de la sociedad civil para esa manifestación. Irán todos los 'consellers' y altos cargos de esta formación, mientras que el goteo de bajas en las filas de los republicanos no deja de avanzar con el paso de los días. El último en anunciar que no irá a la marcha ha sido Ernest Maragall, candidato de ERC a la alcaldía de Barcelona.

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Si para Pere Aragonès la manifestación de la Diada ya no es lugar para “defender ideas en positivo”, desde JxCAT llevaron a cabo un llamamiento para “llenar las calles” el próximo día nacional de Cataluña. Posiciones muy contrapuestas que parecen aumentar cada día que pasa.

Sin concreciones

Cuando la semana pasada empezó esta enésima crisis, Aragonès pidió concreciones. Pero JxCAT no las ha planteado de manera abierta. La unidad de acción en el Congreso, con solo cuatro diputados del partido de los de Puigdemont, es más una entelequia que una realidad. Y la creación de una dirección estratégica del independentismo, también. Porque el presidente de la Generalitat no permitirá que lo arrinconen y porque la CUP tampoco jugaría a eso.

Aragonès compensa su ausencia en la manifestación acudiendo al acto de Òmnium

Mientras que las diferencias de fondo continuaban, el debate se perdió en naderías. Desde la Generalitat, explicaron que Aragonès sí irá al acto de Òmnium Cultural el domingo 11 de septiembre, según adelantó 'Naciódigital'. La concentración siempre sirve de preámbulo a la gran manifestación, pero este año también ha estado salpicada por la polémica, ya que incluye, como es costumbre, un concierto en el que participarán cuatro cantantes de 'Eufòria', un concurso musical de gran éxito de TV3. Se ha acusado a la televisión pública de politizar una de las pocas marcas del canal autonómico que no lo estaban.

Entorno seguro

Òmnium representaría así lo que ahora se denomina 'entorno seguro', ya que allí sí coincidirán altos cargos de ERC y de JxCAT. La CUP ya ha advertido de que aunque vaya a la manifestación de la Diada, su prioridad son las marchas alternativas y antisistema que se celebran cada 11 de septiembre. En todo caso, todo apunta a que la marcha de este 2022 dejará muchas más heridas abiertas en el seno del soberanismo catalán de las que ya había.