Pere Aragonès sopesa los riesgos de su presencia en la manifestación de la Diada

Pere Aragonès sopesa los riesgos políticos de acudir a la manifestación de la Diada, convocada para el domingo 11 de septiembre por la tarde. Está claro que el presidente de la Generalitat participará en los actos institucionales, empezando por la ofrenda floral a Rafael Casanova. Pero la manifestación este año ya se ha convocado por parte de la ANC y Òmnium Cultural contra los políticos independentistas y por ahora la presencia del 'president' está en duda, según admiten fuentes cercanas al Palau.

En la rueda de prensa del martes tras el Consell Executiu, TV3 preguntó a la portavoz de la Generalitat si Aragonès acudiría a la manifestación de la Diada del 11 de septiembre. La réplica fue que se respondería hoy, cuando se presente el cartel oficial de la Diada y los actos institucionales, que no incluyen la manifestación, que siempre es convocada por las entidades cívicas.

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Ahora ya no está tan claro que hoy se aclare este extremo. “No lo hemos hablado todavía”, aseguran portavoces del Govern. El año pasado, Oriol Junqueras y otros diputados de ERC fueron abucheados el 11 de septiembre durante la manifestación de la tarde, que ya tuvo una afluencia muy inferior a las de anteriores ediciones. A medida que va menos gente a las marchas, el clima de frustración del independentismo resulta más evidente.

Los riesgos que evalúa Aragonès son políticos y no físicos, si bien Junqueras reclamó tener escolta de los Mossos tras los incidentes en la manifestación y pese a que no es un cargo público. Aragonès no quiere darle a JxCAT la satisfacción de ser abucheado en público por una multitud. Los políticos catalanes ya aguantan abucheos ese mismo día cada Diada en la ofrenda floral a Rafael Casanovas por la mañana. Pero ahí los gritos de protesta casi son un ritual y por repetidos han perdido efecto catártico.

Este año, JxCAT y la CUP se encuentran en idéntica situación. Pero JxCAT es mayoritaria en el seno de la dirección de la ANC, a medida que esta organización se ha ido radicalizando. Y Aragonès es el 'president' de la Generalitat. El 'president' siempre se juega más.

No siempre fue así. El 'president' de la Generalitat no acudía a la manifestación de la Diada. Se entendía que la manifestación era independentista y que había buena parte de Cataluña que no tenía esa sensibilidad. Jordi Pujol no fue nunca. Se trataba de preservar la neutralidad institucional de la figura del 'president' en un tema que no generaba consenso suficiente y que resultaba socialmente divisivo.

Cambio en 2012

En 2012, la manifestación de la Diada se convocó bajo el lema 'Catalunya un nou estat d’Europa'. La entonces presidenta de la ANC, Carme Forcadell, supo aunar el independentismo clásico con el malestar de la crisis financiera de 2010. Se calcula que acudieron 600.000 personas. Artur Mas decidió avanzar elecciones, lo que sirvió para que CiU perdiese 12 escaños y la mayoría absoluta. La CUP entraba con tres diputados. Fue el principio del fin de la Convergència de Pujol.

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A pesar de eso, Artur Mas no fue a una manifestación de la Diada hasta 2016, cuando la CUP le había enviado a la papelera de la Historia y ya no era 'president'. En un vídeo en redes sociales, Mas lo justificó porque “era el esprint final”. Resultó profético, pero no en el sentido en que el expresidente lo presumía. Carles Puigdemont ya ocupaba el Palau y él también fue a la manifestación de la Diada. Adiós a la neutralidad institucional. Más de media Cataluña quedaba fuera del gran proyecto político de la Generalitat.

Puigdemont y Torra rompieron la neutralidad institucional y siempre fueron a la manifestación

Tanto Puigdemont como luego Quim Torra fueron a la manifestación, de manera que los actos institucionales empezaron a perder peso político. La manifestación se convirtió en el evento clave de la Diada. La asistencia era el termómetro de cómo estaba y de la fuerza que tenía el independentismo en la calle.

Aragonès, continuista

Pere Aragonès fue continuista con la línea marcada por sus predecesores. El año pasado acudió a la manifestación. Pero fue para ver cómo sus compañeros de partido eran acusados de traidores por los sectores más exaltados, que han interiorizado mal la derrota que supuso octubre de 2017. Ahora, él y sus asesores se preguntan por la utilidad política del gesto.

Los presidentes catalanes acudieron a la manifestación de la Diada a buscar votos. Ahora que la asistencia mengua y con la calle muy desmovilizada, cabe preguntarse si vale la pena. Aragonès viene de ser 'conseller' de Economía. Conoce la relación coste-beneficio.