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JxCAT defenestra a un símbolo del independentismo: así cayó el hombre de los contactos con Rusia
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Víctor Terradellas

JxCAT defenestra a un símbolo del independentismo: así cayó el hombre de los contactos con Rusia

Víctor Terradellas, que aspiraba a ser el candidato del partido a la alcaldía de Reus, se da de baja después de denunciar maniobras del secretario general, Jordi Sànchez, para apartarlo

Foto: El exdirigente de CDC Víctor Terradellas. (EFE/Marta Pérez)
El exdirigente de CDC Víctor Terradellas. (EFE/Marta Pérez)

Uno de los estandartes de Junts per Catalunya (JxCAT) ha caído. Víctor Terradellas, el hombre que intentó tender puentes entre el independentismo catalán y Vladímir Putin, se ha dado de baja del partido de Carles Puigdemont con un sonoro portazo. Acercó Cataluña a políticos de la órbita del Kremlin, viajó varias veces a Moscú e hizo llegar a Barcelona a supuestos emisarios del presidente ruso. Nada de eso le valió para ser reconocido: una maniobra política le ha descabalgado de la formación que él ayudó a formar para sustituir a la antigua Convergència Democràtica de Catalunya (CDC).

Terradellas había montado la primera plataforma independentista de CDC y luego fue el responsable de relaciones internacionales del partido. Su futuro, ahora, pasaba por ser candidato independentista de JxCAT en Reus, una ciudad cercana a Tarragona que aspira a ser la mayor ciudad catalana gobernada por esta formación. Pero el aparato no lo ha dejado. Terradellas tiene hilo directo con Puigdemont, aunque la red de influencias internas de Junts le cortó las alas. Tanto que, sin decir nada a su amigo el 'expresident', decidió romper el carné. “Dejo la candidatura a primarias y dejo Junts como organización. Pero eso no quiere decir que deje la política, ni que haya perdido las ganas de trabajar por Reus y por Cataluña”, dijo en un comunicado oficial.

En la primera semana de junio, habrá congreso de JxCAT para cambiar la dirección. Puigdemont dejará de ser presidente y, previsiblemente, ascenderá a ese sillón Laura Borràs. La secretaría general será para Jordi Turull, exconsejero de Presidencia y uno de los condenados por el 1-O. Pero aunque falta solo una semana para esas elecciones, los acontecimientos en Reus se han acelerado y la todavía cúpula del partido, encabezada por el secretario general, Jordi Sànchez (expresidente de la ANC), puso la proa a Terradellas, según denuncia él mismo. En otras palabras, fue el propio Sànchez el que le dio el pasaporte político.

Foto: El exdirigente de CDC Víctor Terradellas (i), acompañado por su abogado Francesc Sánchez. (EFE/Marta Pérez)

Oficialmente, Terradellas abandona la formación porque adolece de los mismos errores que los partidos tradicionales. “Yo llegué aquí porque nos dijeron que íbamos a poner en marcha una nueva forma de hacer política, pero hemos llegado a la máxima perversión”, lamenta en declaraciones a El Confidencial. Su teoría es que la política ha de hacerse con base en dos importantes ideas: la sinceridad y el cumplimiento de las promesas.

"Lo que han hecho es infame"

“Desde el primer momento, noté que hubo un boicot constante sobre mí. El aparato del partido tuvo muy claro que quería a una persona determinada en Reus y comenzaron a ocurrir cosas extrañas. Por ejemplo, dejo de recibir los mensajes y comunicados de la coordinadora local a través de WhatsApp. Además, hay un mensaje donde dicen que han perdido la confianza en mí. Eso condiciona el voto en unas primarias, evidentemente. Este ya no es mi partido. Yo lo que quería era comparar proyectos, pero no me han dejado. Me decían que si se comparaban proyectos podía haber roces y que con eso quedaremos mal”, relata. Su oponente, Teresa Pallarès, la candidata oficialista por la que apostaba Jordi Sànchez, era la que tenía todas las de ganar desde el primer momento.

El primer toque de atención lo recibe cuando le comunican que no tiene los avales necesarios para concurrir a unas primarias. “Y tanto que los tenía. Lo que han hecho es infame. En una semana, solo me dejan enviar un comunicado, mientras que mi oponente, la persona que desea la dirección del partido, realizaba múltiples contactos y tenía acceso a reuniones telefónicas. Yo tenía ya los avales necesarios y dejo de hacer campaña, hasta el punto de que ni siquiera llego a votar por mí. Pero luego me dicen que no tengo los avales”.

Foto: El exdirigente de CDC Víctor Terradellas. (EFE/Marta Pérez)

Terradellas habló con David Saldoni, secretario de Organización de JxCAT, y este le aconsejó interponer un recurso. “Lo hago y a las pocas horas me dicen que es que ha habido un error y que sí tengo los avales. ¿A qué están jugando?”, dice a este diario. En su comunicado, arguye que “hubo un extraño problema informático” y que también le ofreció a Pallarès una candidatura unitaria, que fue rechazada.

En esos momentos, el nombre de Víctor Terradellas estaba en muchas de las portadas de los periódicos como el hombre que había buscado durante la última década puentes con el Kremlin para que alguna potencia extranjera apoyase la secesión de Cataluña. En realidad, estos contactos son solo una pequeña parte del trabajo que realizó, aunque es el que más morbo político despierta. También tuvo relaciones con otras administraciones. Pero asegura que el caso con Rusia no tiene nada que ver con el conflicto para ser alcalde de Reus, sino que es una cuestión de dinámica interna del partido.

Las maniobras de Jordi Sànchez

Yo no quiero vender humo. Creo que no es la gente la que debe estar al lado del político, sino el político el que debe estar al lado de la gente. Por eso, yo no quería presentar un programa a la alcaldía, sino proyectos que sé que se pueden cumplir. Ocho proyectos para Reus como ciudad, para medrar y para hacer de ella una ciudad de referencia. Ya sé que es una propuesta futurista, pero quiero abrir el debate entre políticos profesionales y políticos vocacionales”, aduce el activista independentista.

Foto: El secretario general de Junts per Catalunya, Jordi Sànchez. (EFE/Alejandro García)

La candidatura de Reus, por su peso como ciudad en la política catalana, provocó que el propio secretario general de JxCAT se desplazase a esa localidad para controlar el tema. Jordi Sànchez llegó, habló con el actual alcalde, Carles Pellicer (que ese día hacía un acto público), y le propuso un trato. Pellicer se quería volver a presentar, pero no tiene apoyos. Su mano derecha, Montserrat Vilella, fue apartada discretamente de la carrera municipal y pasó a directora general de Autonomía Personal y Discapacidad de la Generalitat. Y Junts apostó por la tercera, Teresa Pallarès, que además es la delegada del Govern en las comarcas de Tarragona. Es una persona avalada por el aparato. En realidad, hasta tres personas del círculo más íntimo de Pellicer pueden pasar a ocupar cargos de relevancia a cambio de que no enturbien más el ambiente en Reus. Jordi Sànchez hizo carambola, porque la operación le salió rodada.

Terradellas no tuvo opción. Denuncia que la candidata oficial del partido tenía acceso al censo electoral interno de JxCAT y realizó conferencias telefónicas, pero a él se le denegó cualquier relación de militantes aduciendo que vulneraba la ley de protección de datos. Y afirma que no le dejaron opción: “La nueva dirección podría haber sido más democrática y haber esperado a hacer las primarias después de las elecciones de junio. Ha perdido una oportunidad. Haber puesto a una persona en nombre de la dirección antigua y por el procedimiento de urgencia dice mucho de este partido. Por cuatro días, deberían haber esperado y no hacer primarias ahora, pero lo han hecho así. Es una perversidad más de la política actual”.

Uno de los estandartes de Junts per Catalunya (JxCAT) ha caído. Víctor Terradellas, el hombre que intentó tender puentes entre el independentismo catalán y Vladímir Putin, se ha dado de baja del partido de Carles Puigdemont con un sonoro portazo. Acercó Cataluña a políticos de la órbita del Kremlin, viajó varias veces a Moscú e hizo llegar a Barcelona a supuestos emisarios del presidente ruso. Nada de eso le valió para ser reconocido: una maniobra política le ha descabalgado de la formación que él ayudó a formar para sustituir a la antigua Convergència Democràtica de Catalunya (CDC).

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