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Puigdemont buscó el apoyo de Israel a través del mismo intermediario que con Rusia
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Puigdemont buscó el apoyo de Israel a través del mismo intermediario que con Rusia

Víctor Terradellas, el responsable de relaciones internacionales de Convergència Democràtica de Catalunya (CDC), intentó establecer estrechos vínculos del 'president' con el país hebreo a través del agregado político de la embajada

Foto: El exdirigente de CDC Víctor Terradellas. (EFE/Marta Pérez)
El exdirigente de CDC Víctor Terradellas. (EFE/Marta Pérez)

El embajador de Israel en España, Daniel Kutner, evitó apoyar públicamente a Carles Puigdemont cuando este fue elegido presidente de la Generalitat en 2016. El mandatario catalán intentó iniciar una estrecha relación con él y, aunque recibió largas en un primer momento, acabó recibiéndole en el Palau de la Generalitat tras insistirle mucho, y solo después de que el embajador exigiese un listado de los embajadores que habían accedido a ver a Puigdemont. El temor existente entre el cuerpo diplomático en aquellos momentos era que cualquier aproximación al independentismo catalán pudiese ser interpretada erróneamente por España como un gesto hostil.

Las conversaciones para atraerse a Israel se llevaron a cabo a través de Víctor Terradellas, el responsable de relaciones internacionales de Convergència Democràtica de Catalunya (CDC), que era el hombre encargado de buscar apoyos internacionales al proceso de independencia de Cataluña. En enero de 2016, después de la investidura de Puigdemont, a Víctor Terradellas le ofrecieron ser asesor del presidente de la Generalitat, cargo que rechazó. En realidad, según la documentación que se encontró en poder del exalto cargo de Convergència, él había pedido ser delegado de la Generalitat en Madrid o, en último extremo, jefe de gabinete de Puigdemont. Como ninguna de estas peticiones llegó a buen puerto, prefirió seguir teniendo sus negocios e intentando abrir puertas internacionales al 'procés', con especial atención a los puentes tendidos hacia Rusia, un país con el que tenía más posibilidades de triunfar, ya que estaba interesado en debilitar a la UE. No olvidaba a Israel, otro país por el que algunos miembros de la cúpula de Convergència sentían admiración.

Foto: Carles Puigdemont (i) y Pere Aragonès. (Reuters/Yara Nardi)

En el mes de febrero de 2016, un mes más tarde de la elección de Puigdemont como 'president', Terradellas negoció una entrevista entre Kutner y el nuevo mandatario catalán, ya que Israel era considerado en aquel momento un aliado potencial de Cataluña. Para ello, el dirigente de Convergència se puso en contacto con Yinam Cohen, agregado político en la embajada de Israel en España. "¿Va a venir el embajador a Barcelona para el MWC esta semana que viene?", le preguntó el catalán a su interlocutor, a lo que Cohen responde: "Sí, estará el embajador. Hay mucha presencia israelí allá".

"¿Se querría ver con el presidente Puigdemont aprovechando que está en Barcelona? (…) Creo que ya le conoces. Era el alcalde de Girona hasta hace poco y es donde se celebró la Hanukah este año". Esta es la 'fiesta de las luces', una de las celebraciones más importantes del judaísmo, similar a la Navidad cristiana, que se celebró en Girona a causa de que esta ciudad alberga uno de los 'calls' (barrios judíos) mejor conservados del mundo.

Desconfianza

Pero Kutner, un judío nacido en Buenos Aires, era lo suficientemente inteligente como para no abandonarse en brazos del independentismo agasajador. Cohen dio, en principio, largas a Terradellas. "Fíjate que es el anterior [se refería al anterior embajador, que era el que había visitado Girona]. El actual embajador ha llegado en agosto y todavía no han tenido la oportunidad de conocerse". Terradellas, inasequible al desaliento, daba más argumentos al israelí: "Ok, entonces sería una buena ocasión de conocerse. También lo decía para que sepas que es un buen amigo nuestro. Mira la agenda y a ver si podemos coordinar". Remarcaba la palabra 'buen' en su mensaje por WhatsApp. "Claro. Ya te aviso de algo", contestó el directivo de la embajada.

Al día siguiente, Yinam Cohen declinó la reunión. "Disculpa, Víctor. La agenda del embajador en MWC está superllena en asuntos comerciales así que me temo que en esta [vez] no logrará [la reunión]. De todas formas, tiene por supuesto un gran interés y buscaremos una oportunidad pronto". Terradellas le insistía: "Avísame también cuando estés acá para que lo conozcas".

Foto:  El expresidente catalán Carles Puigdemont. (EFE/David Borrat)

A finales de febrero, Cohen le comunicaba que seguía trabajando el tema para poder organizar alguna reunión para el mes de abril y el día 14 de marzo, fue directo al grano con un mensaje sorprendente: "Víctor, ¿sabrías decirme quiénes son los embajadores que se han encontrado con el actual 'president'? Hablo de embajadores en Madrid, no cónsules de Barcelona", matizaba, consciente de que la Generalitat se reunía periódicamente con el cuerpo consular de la capital catalana para incentivar las relaciones internacionales y diplomáticas. Al día siguiente, Víctor Terradellas le contestaba que "he pedido una relación exacta de reuniones con embajadores. ¿Cómo iría hacer una reunión el martes 29 de marzo?".

"10 embajadores, 7 de ellos importantes"

El día 16 de marzo, llegó la respuesta del dirigente de Convergència al hombre de la embajada israelí. "En los últimos 15 días, 10 embajadores, de ellos 7 importantes". Un par de horas más tarde, Cohen se pone en contacto de nuevo con Terradellas: "Querido, quisiéramos visitar al 'president' el 12 de abril. Llamaremos también a su despacho, por supuesto". Terradellas le tomó la delantera: "Se lo digo al presidente (…) para que lo tenga en cuenta". Cinco minutos después, Terradellas le envía un nuevo mensaje a Cohen: «Le he mandado este mensaje: "Israel: 'president', el embajador de Israel querría visitarte el 12 de abril. El agregado político me lo acaba de confirmar por WhatsApp. Aún así, lo harán oficialmente a través de tu oficina"».

Ese mismo día por la tarde, Terradellas traslada a la legación diplomática israelí otro mensaje de Puigdemont: "El Presidente me dice que os invita a comer, discretamente, en la residencia oficial (situada en el mismo palacio del Gobierno) si el Embajador quiere…". "Muchas gracias, le aviso al embajador", contesta el agregado político. Terradellas le pide entonces que le avise cuanto antes para reservar la agenda de Puigdemont. Pero el 21 de marzo Cohen confirma que la reunión será el 13 de abril a las 9 de la mañana. "¿No le preguntaste al señor embajador si quería comer con el presidente?", le inquiere Terradellas. "Sí. Es que quiso mirar algo en su agenda. Pero no te preocupes, estará igual feliz de ver al presidente por la mañana…".

Foto: Laura Borràs y Jordi Turull. (EFE/Enric Fontcuberta)
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"No te entiendo. Supongo que me dices que el señor embajador no puede por tema de agenda". "Ya te llamo", corta enseguida el israelí. El 30 de marzo, Terradellas vuelve a ponerse en comunicación con su contacto de la embajada. "El presidente puede cenar el 12, si el embajador puede. Sería a las 8.30 en el Palacio del Gobierno. Si no le va bien, hacemos la reunión el 13 a las 9 horas. Dime algo lo antes posible, por favor, ya que la secretaria necesita cerrar la agenda". Tras varias llamadas más de Terradellas ese día para obtener un compromiso de los israelíes, finalmente Cohen le comunica que "el embajador estará muy feliz de cenar el 12 con el presidente". "Perfecto, yo ya doy aviso a su secretaria para agendar". Así, el hueco de las 9 de la mañana del día 16 fue rápidamente suplido por el hombre de Convergència proponiendo otra reunión del embajador con el 'expresident' Artur Mas, puesto que con Puigdemont colmaba las expectativas la cena del día 12 de abril.

Tras una serie de mensajes encriptados, Cohen le pide, una vez realizado el encuentro, el teléfono "del jefe de gabinete de Junqueras [Oriol Junqueras, que entonces era vicepresidente del Govern]. Se trata de un tema comercial israelí". Terradellas, no obstante, intenta que no tenga contacto con los socios republicanos del Govern. "Pero Junqueras es de Economía, no Empresa. ¿No prefieres al consejero o al jefe de gabinete de Empresa?". En la consejería de Empresa se encontraba entonces el convergente Jordi Baiget. "Se trata de un tema financiero. Una garantía que ha dado la Generalitat". Entonces, Terradellas le traslada el número de teléfono móvil de Lluís Juncà. "Ahora están saliendo hacia el aeropuerto Junqueras y el jefe de gabinete Juncà. Están juntos".

El apoyo a Israel de los convergentes

Los siguientes meses hay una intensa relación epistolar entre Terradellas y Cohen. Víctor le invita incluso a una conferencia suya el mes de septiembre siguiente, a la que el israelí no pudo asistir. Pero el convergente le remite un artículo en el que dice que Israel, Alemania y Estados Unidos "son nuestros aliados naturales". "Voy a tener una gran representación hebrea en la conferencia. Lástima que no hayas podido venir (…) encabezados por Uri Benguigui y David Libershon". Benguigui era el presidente de la Comunidad Israelí de Barcelona (CIB) y Libershon era rabino en la capital catalana. El 27 de septiembre, Cohen visita Barcelona y se reúne con Terradellas en el restaurante Casa Delfín, en el paseo del Born.

Foto: El presidente Carles Puigdemont (i) y el 'conseller' de Exteriores, Raül Romeva, en el Parlamento Europeo. (EFE)

La relación entre ambos siguió siendo muy estrecha, hasta el punto de que Víctor Terradellas le trasladó la preocupación de los independentistas debido al nombramiento de José Antonio Sánchez Molina como cónsul honorario de Israel en Barcelona, debido a que, según las informaciones que manejaban los soberanistas, en 1979 había sido detenido junto a miembros de Fuerza Nueva, un partido de ultraderecha, por haber agredido a militantes socialistas de Blanes. Cohen gestionó una reunión de Terradellas con Sánchez Molina para aclarar la situación y los independentistas cesaron en sus quejas.

Pocos meses más tarde, Terradellas pidió de nuevo el apoyo de su contacto en la embajada israelí. "Yinam, tengo que pedirte un favor. ¿Podría el embajador venir a Barcelona para una cena coloquio a finales de junio? Es un grupo de 40 personas, todas ellas muy cercanas y favorables al Estado de Israel. El grupo lo encabeza el que fue consejero de Justicia, Germà Gordó". Tras revisar la agenda de Kutner, Cohen le ofrece el 5 o el 6 de julio de 2017 para ese encuentro. "El 5 de julio perfecto. Ya concretaremos los detalles. Ya puedes ponerlo en la agenda". De ese modo, la maquinaria convergente ayudaba a la causa creando vínculos que reforzasen la confianza del estado hebreo hacia el soberanismo catalán.

Foto: Carles Puigdemont, en una rueda de prensa en Bruselas. (EFE/EPA/Olivier Hoslet)

Pocos días antes del evento, Cohen le muestra su preocupación porque nadie le llamó todavía para confirmar la cena, al tiempo que le pidió quiénes serían los invitados. "Exconsejero del Gobierno, altos cargos y ex altos cargos, gente del Partido (sic), gente de la ex CDC, democratacristianos, alguno del Opus, gente de orden (…) muy amigos de Israel todos". Durante toda esa etapa cercana al referéndum del 1 de octubre, el soberanismo catalán deslizó algunas informaciones malintencionadas que relacionaban a Israel como una de las potencias que podían estar interesadas e incluso financiando la secesión de Cataluña.

Meses más tarde, el 9 de octubre de 2017, un día antes de que Carles Puigdemont proclamase la República Catalana de 8 segundos en el Parlament, Víctor Terradellas avisaba a su contacto israelí: "Estoy con un amigo del País Vasco que fue senador por Sortu, que le gustaría verte y empezar a tener una relación cordial con vosotros. ¿Le puedo dar tu contacto y le recibes?". "Claro que sí. Fuerte abrazo", le responde Cohen. "Ya te llamaré y hablaremos. Quieren acercarse a Israel".

El embajador de Israel en España, Daniel Kutner, evitó apoyar públicamente a Carles Puigdemont cuando este fue elegido presidente de la Generalitat en 2016. El mandatario catalán intentó iniciar una estrecha relación con él y, aunque recibió largas en un primer momento, acabó recibiéndole en el Palau de la Generalitat tras insistirle mucho, y solo después de que el embajador exigiese un listado de los embajadores que habían accedido a ver a Puigdemont. El temor existente entre el cuerpo diplomático en aquellos momentos era que cualquier aproximación al independentismo catalán pudiese ser interpretada erróneamente por España como un gesto hostil.

Carles Puigdemont
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