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Crisis por Pegasus

ERC supedita su relación con el PSOE a una reunión en persona entre Sánchez y Aragonès

La colaboración entre los dos partidos no se recuperará si no existe cumbre entre presidentes. Según fuentes de la Generalitat, hasta la fecha ni siquiera han hablado por teléfono

Foto: Pedro Sánchez y Pere Aragonès, durante una reunión. (EFE/Quique García)
Pedro Sánchez y Pere Aragonès, durante una reunión. (EFE/Quique García)

Pere Aragonès mantiene a ERC al margen de los pactos políticos con el PSOE en Cataluña, en Madrid y en la mesa de diálogo por culpa del caso Pegasus. El presidente catalán insiste a su círculo más cercano en que no volverán a apoyar al Gobierno español si no hay explicaciones. Y supedita cualquier regreso al antiguo clima de entendimiento a una reunión en persona con Pedro Sánchez. Para Aragonès, el anuncio de Moncloa sobre el presunto espionaje al jefe del Ejecutivo y la ministra de Defensa, Margarita Robles, no cambia nada. Los republicanos consideran que el seguimiento a independentistas primero fue ignorado y después se justificó, por lo que urge una aclaración sobre lo ocurrido y también una asunción de responsabilidades.

El planteamiento por parte del Gobierno de Pedro Sánchez es el contrario. Al haber sido también víctimas de espionaje, les iguala con ERC y JxCAT. Aragonès ha sido pinchado, Sánchez también. Por tanto, desde Moncloa no hay razón para que el Ejecutivo pierda 13 votos en el Congreso, empezando por el de Gabriel Rufián.

Pero ese regreso a una relación fluida y estable entre las dos formaciones no será posible si no hay una cumbre de presidentes. Y por ahora, según explican fuentes de la Generalitat, Pedro Sánchez y Pere Aragonès no han hablado ni por teléfono. Por ahora, ERC se queda al margen y si el ministro de la Presidencia, Félix Bolaños, quiere mantener la mayoría parlamentaria en la Cámara Baja, tendrá que mirar hacia Bildu o Teruel Existe. O hacia el PP, Cs y PDeCAT en la derecha.

ERC se borra de lo que queda de legislatura española y da por hecho que la crisis de Laura Borràs en el Parlament, que está a punto de estallar, hará que la Cámara catalana entre en barrena. Precisamente por eso tampoco hará mucha falta el apoyo del socialismo catalán, que al fin y al cabo se dibuja como el gran antagonista de los de Oriol Junqueras en el próximo ciclo electoral en Cataluña.

Junqueras ha calificado el anuncio de Moncloa de "cortina de humo" para evitar responsabilidades

En esa línea se enmarcan las reacciones del entorno de ERC. La portavoz de la Generalitat, Patricia Plaja, compareció para afirmar que “el Estado español es el único responsable de Pegasus” y exigió “dimisiones y asunción de responsabilidades”. Plaja también pidió “una reunión entre Pedro Sánchez y Pere Aragonès”, considerando el encuentro “más necesario que antes”. Se da la circunstancia de que Aragonès coincidirá con el jefe del Ejecutivo en el Círculo de Economía esta semana, pero mientras que el presidente catalán inaugurará la sesión de mañana miércoles, 4 de mayo, Sánchez la clausurará dos días después. La alternativa sería que el 'president' viniese a escuchar a Sánchez. Algo que en principio tampoco está previsto.

Críticas a Sánchez

Ni siendo espiado por Pegasus, Pedro Sánchez se ha librado de las críticas del independentismo. “Hay dos varas de medir. Es obvio que no todo el mundo es igual ante el independentismo. Una, ir a la Audiencia Nacional si espían al presidente español; y otra, si lo hacen a más de 60 líderes independentistas”, declaró Plaja. Desde los partidos soberanistas, ha sido todavía peor. Oriol Junqueras calificó la rueda de prensa de este lunes en Moncloa como una “cortina de humo”. “Puede ser una cortina de humo para diluir responsabilidades”, zanjó el presidente de ERC.

"Seguimos preguntando al Gobierno español quién ha ordenado que se nos espiara. ¿Desde cuándo? ¿Hasta cuándo? ¿Qué garantías tenemos de que no nos seguirán espiando actualmente?", insistió Junqueras, con lo que en la práctica los republicanos apuestan por seguir de espaldas a la mayoría que dio la investidura a Pedro Sánchez. En JxCAT también se han sumado a las críticas. Su portavoz, Josep Rius, reprochó que con este giro “ahora quieren pasar de verdugos a víctimas”.

Problema de fondo

El problema de fondo es que el independentismo ha querido hacer de la cuestión de Pegasus, trabajada durante más de un año, un caballo de batalla político que ahora se ha convertido en tigre imposible de cabalgar. La cuestión de fondo es la misma que la semana pasada. Cómo separar las escuchas con cobertura judicial en las causas abiertas por jueces, las que ha autorizado el magistrado del Tribunal Supremo para el CNI, de las que se han hecho sin control legal. Igual que no se podrán separar las que ha encargado el Gobierno de España de las que hayan podido hacer Marruecos, los rusos del FSB o cualquier otro servicio secreto.

Fuentes cercanas a ERC apuntan que los republicanos seguirán al margen de la política española, siempre que Bildu y el PDeCAT sigan respaldando a Pedro Sánchez. Si en algún momento este apoyo se pierde, entonces aparecerá Joan Tardà en algún medio de comunicación. Y como el gaviero de los republicanos que es, anunciará el cambio de ruta. Los de Oriol Junqueras no harán nada que pueda forzar unas elecciones generales donde pueda ganar el PP de Alberto Núñez Feijóo. Esa es la verdadera línea roja. Mientras tanto, en ERC mirarán el partido desde el banquillo. Que hayan espiado o no al presidente del Gobierno y que el Ejecutivo se haya enterado gracias a las denuncias de los independentistas es algo indiferente para las consecuencias políticas de esta crisis.

Pere Aragonès mantiene a ERC al margen de los pactos políticos con el PSOE en Cataluña, en Madrid y en la mesa de diálogo por culpa del caso Pegasus. El presidente catalán insiste a su círculo más cercano en que no volverán a apoyar al Gobierno español si no hay explicaciones. Y supedita cualquier regreso al antiguo clima de entendimiento a una reunión en persona con Pedro Sánchez. Para Aragonès, el anuncio de Moncloa sobre el presunto espionaje al jefe del Ejecutivo y la ministra de Defensa, Margarita Robles, no cambia nada. Los republicanos consideran que el seguimiento a independentistas primero fue ignorado y después se justificó, por lo que urge una aclaración sobre lo ocurrido y también una asunción de responsabilidades.

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