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El pelotazo de las mascarillas en Cataluña: Roger Parellada, de liquidador a conseguidor
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El pelotazo de las mascarillas en Cataluña: Roger Parellada, de liquidador a conseguidor

El principal señalado por la compra de mascarillas de la Generalitat tiene un historial atípico: empezó liquidando pymes y ha acabado constituyendo una firma de inversión en Singapur con dinero catalán

Foto: Roger Parellada. (EC Diseño)
Roger Parellada. (EC Diseño)

Liquidador está solo un estadio por encima de subastero, el escalón más bajo en la cadena alimentaria entre los depredadores del capitalismo. Roger Parellada ha adquirido estos días cierta notoriedad en Cataluña por haber conseguido un polémico contrato de material sanitario con la Generalitat por 35 millones de euros durante lo peor de la pandemia. El pelotazo del material sanitario con la Administración catalana iba a ser el colofón de su carrera. Pero lo cierto es que empezó de liquidador, a través de la gestoría que tenía su padre, Josep Maria Parellada, un censor jurado de cuentas de Vilafranca del Penedès. Su hijo empieza con humildad, pero poco a poco va a más, acumulando un patrimonio significativo. Eso sí, siempre primando permanecer lejos del foco público. Algo que ha perdido tras la jugosa operación de marzo de 2020.

Parellada se vende a sí mismo como un gestor de patrimonios, pero en realidad nunca había pasado de proveedor de servicios para clases altas, no grandes fortunas, en la capital catalana. Asegura que es licenciado en Derecho, pero nunca se colegió. Su formación financiera sería, en el mejor de los casos, discreta. Pero su instinto depredador se encontraba intacto. Y su mirada enfocada hacia lo alto de la pirámide alimentaria: los banqueros de inversión.

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En 2011 se da una de las pocas veces que rompe su regla de no hablar con los medios. Roger Parellada explica a la revista 'Economía & Empresa' cómo opera el grupo Gesco, que en ese momento está armando. "Hemos puesto en marcha un servicio que asesora a las pymes y las orienta a delegar —si me permite la expresión— su dirección y su gestión en Gesconsulting. Se trata de una forma de trabajar que consigue un doble objetivo. Por un lado, el empresario se centra en el núcleo de su negocio; por otro, Gesconsulting se ocupa de aquellos trabajos que representan no solo una reorganización de sus procesos de gestión, sino de aquellos otros que tienen que ver con aspectos como la interlocución con las entidades financieras o la relación con las administraciones, por citar dos ejemplos".

Así, Gesco selecciona pymes que tengan dos características: problemas de sobreendeudamiento y que de manera total o parcial operen con un porcentaje alto de dinero negro. En la reestructuración de deuda, las firmas de Gesco acaban ofreciendo créditos propios. No a precio de usura, pero sí alto para la época. Un 8%. Cuando el cliente no puede pagar el préstamo, se ejecuta y la empresa pasa a ser propiedad de Roger Parellada, que acaba poniéndose al frente o utilizando a parientes o algunos de sus abogados de confianza, tal y como consta en el Registro Mercantil y explican colaboradores suyos de su primera época.

Parellada se hizo rico como liquidador de pymes en Cataluña. Nunca se ha fiado de testaferros, así que siempre se ha rodeado de su familia

Por eso el grupo Gesco da esa imagen de conglomerado disperso, inconexo y deslavazado: porque es fruto de más de una década de operativa sistemática. Se dispara a todo lo que se pone a tiro. Así se quedan el teatro Aquitania de Barcelona, que acaba gestionando su mujer, Míriam Rodríguez Hussain, a través de la firma Artisteando Barcelona SL. O el Instituto de Radiofarmacia Aplicada de Barcelona (IRAB), que tras el pelotazo de las mascarillas empezará a facturar con la Generalitat. Las participaciones incluyen inmobiliarias, la liquidada sicav del futbolista Álvaro Negredo, fruterías, un salón de belleza en el World Trade Center, Taga Automotive, una empresa de coches de lujo con sede en Ribes de Freser, un restaurante en la calle Aribau (Lagora Concept) o unos locales comerciales en la calle Bruc (Coll Ferrer). En los peores casos, la empresa en cuestión acaba liquidada y los activos vendidos a un precio muy superior de los créditos otorgados para hacerse con ella.

Lejos de la política

Los años dorados de esta estrategia son 2016, 2017 y 2018. Cataluña está siendo sacudida por el 'procés', pero ahí está Roger Parellada controlando pymes una tras otra. Lejos de la política y cerca del dinero. El caso de la casa de subastas de arte Baclis (Sacliba SL) es un buen ejemplo. Parellada se gana la confianza de su dueño y le convence para que invierta en subastas por internet. La compañía se endeuda. Gesco y sus participadas son los que dan el préstamo. Un tiempo después, ejecutan la deuda y Baclis pasa a ser de su propiedad.

Parellada no se fía de los testaferros. Por eso tira de su familia más cercana: su padre, su madre o su hermano menor, Marc Parellada. Cada victoria es más dinero y más patrimonio para su familia. Un piso en la zona del Turó Park de Barcelona; otro en Guadalmina, en Marbella. Ahora, la residencia en Singapur. Todo va bien porque se opera en las sombras. La mayoría de las empresas son pequeñas. El volumen de negocio no es mucho en cada una de las firmas y además le gusta mantenerlas en pérdidas, pero siguiendo el criterio de 'empresa en funcionamiento', así no se pagan impuestos gracias a los créditos fiscales acumulados.

El fracaso de Vallformosa

También hay fracasos claros, como con una empresa de promoción de lucha de boxeo o, el más sonado, con la firma de cava Vallformosa. Este fabricante de espumosos está muy endeudado y Roger Parellada se ha ganado la confianza de la máxima accionista, Enriqueta Domènech, tras la muerte de su marido, Martí Via, de cáncer. Así que se crea un premio de 30.000 euros anuales que paga IRAB, una de las empresas de Parellada, a investigadores que luchan contra el cáncer, según consta en las cuentas de la entidad. El premio de verdad para Gesco está en la abultada deuda de Cavas Vallformosa: 17 millones, que no va a poder retornar. Al final, los Domènech acaban saliendo de la empresa, pero el control de la compañía lo consigue un abogado ajeno al negocio, Josep Graells.

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Vallformosa no es una pyme. Factura 29 millones. En comparación con su historial hasta entonces, esa empresa es caza mayor. Quizás el primer signo de que Roger Parellada quiere más que el menudeo que le ha hecho rico. De manera astuta ha rehuido todas las trampas que Barcelona pone a la vanidad de los ricos. No se hace socio del Ecuestre, ni de ninguna entidad similar, no aparece en foros, no habla en público. Pero sigue mirando hacia la parte de arriba de la pirámide biológica. Roger Parellada quiere volar alto y se estrella justo con una empresa que representa tanto para él porque tiene que ver con sus raíces, con el Penedès. Un duro golpe.

Gestión de fondos

En ese momento, Roger Parellada ya lleva tiempo utilizando la red de empresas de Gesco para vehicular créditos de ricos de Barcelona a las empresas cuya deuda reestructura primero para quedárselas después. Los préstamos al 8% dan margen suficiente para eso. Una manera sencilla de obtener rentabilidad en un momento en que la banca no da nada.

De este modo, Roger Parellada se hace una cartera de clientes. Discreta, como todo lo que ha construido hasta ahora. Fuentes de la zona alta de Barcelona explican que muchos de ellos han depositado sus fondos en Aris PrimePartners, la firma que ha comprado en Singapur. No se trata solo del dinero que haya podido obtener en la operación de las mascarillas y que se desconoce por la opacidad de la Conselleria de Salut en sus explicaciones. Según su currículo en Singapur, ya ha llegado a lo alto de la pirámide. Pero hay quien dice que a veces la maldición de los sueños radica en haberlos conseguido.

Liquidador está solo un estadio por encima de subastero, el escalón más bajo en la cadena alimentaria entre los depredadores del capitalismo. Roger Parellada ha adquirido estos días cierta notoriedad en Cataluña por haber conseguido un polémico contrato de material sanitario con la Generalitat por 35 millones de euros durante lo peor de la pandemia. El pelotazo del material sanitario con la Administración catalana iba a ser el colofón de su carrera. Pero lo cierto es que empezó de liquidador, a través de la gestoría que tenía su padre, Josep Maria Parellada, un censor jurado de cuentas de Vilafranca del Penedès. Su hijo empieza con humildad, pero poco a poco va a más, acumulando un patrimonio significativo. Eso sí, siempre primando permanecer lejos del foco público. Algo que ha perdido tras la jugosa operación de marzo de 2020.

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