Aragonès recula y finalmente acudirá a la cumbre de presidentes de las CCAA

El presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, ha anunciado que acudirá finalmente a la Conferencia de Presidentes Autonómicos de este domingo ante la "excepcionalidad" de la crisis de refugiados por la guerra de Ucrania, aunque hasta ahora declinaba asistir a ese foro. En declaraciones a los medios tras una visita a un albergue en el que se ha acogido a ucranianos que se encontraban en Cataluña al estallar la guerra, Aragonès ha dicho que, dada la situación, "pone por delante los intereses de Cataluña" y acudirá para exponer sus demandas a la Conferencia de Presidentes Autonómicos prevista en la isla canaria de La Palma el día 13.

El 'president' no ha asistido a ninguna desde que asumió el cargo, si bien fue a una mientras era el 'president' en funciones. Sin embargo, ahora sabía que tenía que estar por varias razones. No podía ausentarse de una cita en la que se hablará del reparto de refugiados ucranianos. Y tampoco podía permitirse que su silla vacía sirva como excusa para que Moncloa dé más largas a la celebración de una nueva sesión de la mesa de diálogo.

Aragonès ya utilizó la sesión de control del Parlament para preparar la rectificación. “El respeto que tengo también por la conferencia de presidentes es que antes de decidir si se va o no haya contenidos, haya documentos de trabajo y haya propuestas de acuerdo. Y esto es lo que debe ser relevante, porque si no sí acaba siendo una foto. Si es para trabajar, para llegar a acuerdos que nos permitan defender el compromiso de Cataluña con los retos globales, en este caso con la situación en Ucrania, y la defensa de los intereses de Cataluña, de los ciudadanos y de las empresas, podemos estar, pero no iremos a una conferencia vacía, porque es la autoexigencia que nos ponemos como Gobierno y como instituciones del país”, contestó Aragonès a Salvador Illa en el pleno de la Cámara catalana.

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Pere Aragonès quiere que en la cumbre de La Palma se hable de la acogida de refugiados ucranianos, de los fondos para esta actuación y que se analice la situación económica de la ciudadanía afectada por la guerra, de la crisis energética y de las empresas afectadas por la relación con los países en conflicto. Y que se concreten un Fondo de Acogida para Refugiados y en un paquete de ayudas para que las entidades no tengan que cerrar por culpa de la escalada de la luz y los carburantes.

Pero esas condiciones coinciden en buena parte con la modificación en que el Gobierno de Pedro Sánchez está trabajando para cambiar el orden del día de la cumbre de La Palma. El anuncio de su participación supondrá un regreso a la normalidad institucional.

El peso de Ucrania

El peso de la guerra de Ucrania es demasiado grande. Las CCAA han de colaborar con la Seguridad Social. Aragonès encabeza una coalición de izquierdas que además está desplegando políticas para acoger a refugiados ucranianos. Pero la cifra de cuántos les corresponderán no está cerrada. En la práctica, Aragonès no puede quedar como un presidente que da la espalda a los refugiados en un momento en que Ciudadanos y el PP acusan a su socio de gobierno, JxCAT, de simpatías con las autoridades. Y menos un presidente menos solidario que la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso.

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Así que para Aragonès resultará menos costoso acudir a La Palma que ausentarse, aunque eso suponga que se pierda una parte de la conferencia nacional de ERC, donde su partido fijará su posición respecto al independentismo. Las acusaciones de traidor ya las recibe cada día de los sectores más radicales sin que vaya a ninguna cumbre.

Riesgos añadidos

Para Pedro Sánchez, es muy importante que Cataluña vaya regresando poco a poco a la normalidad institucional. Por eso, según explican fuentes conocedoras de los contactos entre ambas administraciones, se ha enviado un mensaje de que para el Ejecutivo español la relación bilateral y la multilateral se encuentran estrechamente vinculadas. En otras palabras: ERC se arriesgaba a que su ausencia en la conferencia de presidentes autonómicos le costase una mayor dilación en la convocatoria de una nueva edición de la mesa de diálogo.

Los republicanos catalanes y Aragonès fían toda la legislatura a la mesa de diálogo. Pero la agenda internacional presiona mucho, con problemas en muchos frentes, el europeo, el diplomático, el militar y el económico. Y eso dificulta que Sánchez pueda encontrar hueco para afrontar una cuestión como la catalana, que ha caído muy abajo en la agenda de las urgencias políticas de Europa.