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Peregrinaciones a Waterloo para intentar retrasar el congreso de JxCAT de julio
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Jordi Sànchez busca blindarse

Peregrinaciones a Waterloo para intentar retrasar el congreso de JxCAT de julio

Por Bruselas han desfilado el vicepresidente de la Generalitat, Jordi Puigneró; el 'conseller' de Economía Jaume Giró; el vicepresidente del partido, Jordi Turull, y otros cargos

Foto: Carles Puigdemont (3d), el 'exconseller' Lluis Puig (i), Jordi Sánchez (d), Josep Rull (2i), Jordi Turull (c) y Joaquim Forn (2d) en Waterloo. (EFE/Leo Rodríguez)
Carles Puigdemont (3d), el 'exconseller' Lluis Puig (i), Jordi Sánchez (d), Josep Rull (2i), Jordi Turull (c) y Joaquim Forn (2d) en Waterloo. (EFE/Leo Rodríguez)

Diversos altos cargos de JxCAT y la Generalitat, además de otras personalidades del independentismo como Artur Mas están peregrinando estos días a Bruselas para intentar definir el futuro de JxCAT. La idea básica es intentar un acuerdo entre el aparato actual del partido: Jordi Sànchez, secretario general; y David Saldoni, secretario de organización; con los diversos sectores críticos con la dirección: las distintas facciones encabezadas por el vicepresidente Jordi Turull, por la candidata a la alcaldía de Barcelona, Elsa Artadi, o la rama más radical del partido que lidera la presidenta del Parlament, Laura Borràs. A falta de un acuerdo, gana peso la idea de retrasar el congreso de JxCAT.

Cada corriente intenta llevar el agua a su molino y obtener para ello el placet de Carles Puigdemont, que sigue optando por no mojarse y que prefiere su rol de 'primus inter pares' al que aspira a través de presidir el denominado Consell per la República, ratificación que recibe hoy de manos del Parlament paralelo que ha organizado.

El 'exconseller' de Presidència, Jordi Turull, es quien más recursos está movilizando para echarle un pulso a Jordi Sànchez en el futuro Congreso del partido, como adelantó El Confidencial. Pero a una buena parte de la dirección le aterra un Congreso en el que el partido se abran en canal justo antes de las municipales de mayo de 2023. Jordi Sànchez prefiere un aplazamiento y cuenta con apoyos estrechos como Ricard Font —en el comité de enlace con ERC— y tácitos como el grupo de altos cargos que están en la Generalitat y que encabeza Josep Rius, el exjefe de gabinete de Puigdemont.

Foto: Jordi Sànchez y Jordi Turull, en un acto de JxCAT. (EFE/Quique García)

Los estatutos de JxCAT marcan que se celebre un congreso nacional del partido en julio del 2022, dos años después de la constitución de la formación. Pero muchos temen que esa fecha sea muy cercana a las municipales, en las que la formación teme un mal resultado por una combinación de factores: recuperación del PSC, fuerza de ERC en el área metropolitana y división entre su electorado y su candidato con el PDeCAT.

Turull y una parte de los críticos abogan por un cumplimiento estricto de los estatutos. Por tanto, congreso en julio y que gane el mejor. Y la mayoría de la dirección está por esta vía. En cambio, Jordi Sànchez y los cuadros que le respaldan mantienen que se lleve a cabo una excepción y se celebre el congreso nacional una vez que hayan tenido lugar las municipales, en otoño de 2023. Eso les permitiría ganar más un año de tiempo para tejer nuevas alianzas y mejorar su posición de cara a un pulso con los críticos.

El problema es que si no celebrase el congreso en el plazo fijado, no solo se violan los estatutos del partido, sino que también se saltarían la ley de partidos, lo que deja a la dirección al albur de que cualquier militante que tenga las cuotas pagadas al día acabe llevando a los tribunales cualquier decisión. Además, no hacer el congreso implica aprobar una excepción, una excepción que solo se puede aprobar en un congreso.

El arbitraje de Puigdemont

Cada vez que hay un problema en este partido independentista de nuevo cuño, las partes enfrentadas intentan recurrir a Puigdemont para que otorgue o quite razones. Y, como ha pasado en otras ocasiones, al presidente y fundador de JxCAT los temas internos de partido le dan mucha pereza, de manera que acaba alargando sus decisiones.

Así por Waterloo han desfilado estos días el vicepresidente de la Generalitat, Jordi Puigneró; el 'conseller' de Economía y futuro presidenciable, Jaume Giró; el propio Turull y otros altos cargos de la formación en busca de respaldo a cada una de sus tesis.

Jordi Sánchez es especialista en mandar en organizaciones divididas

Pero Jordi Sànchez, un especialista en mandar en organizaciones divididas, como hizo al frente de la ANC, es una especialista en utilizar la mecánica interna a favor de sus intereses. Será muy difícil celebrar un congreso en julio si en marzo no están en marcha las ponencias y las comisiones de trabajo. Y no están en marcha. El actual secretario general puede acabar imponiéndose por la fuerza de las cosas si a finales de abril las cosas siguen así.

Aplazar el conflicto

Ante la imposibilidad de llegar a una acuerdo entre las diversas partes enfrentadas, tentación es el retraso congresual, no porque solucione nada, ni porque Jordi Sànchez se imponga a los demás, sino porque permite aplazar el enfrentamiento en un partido que, por un lado, quiere virar al pragmatismo para que ERC no le siga disputando el espacio electoral de la antigua convergencia. Además, el aplazamiento encaja mejor con el carácter de Puigdemont que evita tomar decisiones, como la de abandonar la presidencia de JxCAT. Aplazar el congreso es solo una manera sofisticada de no decidir nada. Pero la mayoría de la dirección aboga por celebrar el congreso, renovar los cargos y fijar la nueva hoja de ruta del partido.

Diversos altos cargos de JxCAT y la Generalitat, además de otras personalidades del independentismo como Artur Mas están peregrinando estos días a Bruselas para intentar definir el futuro de JxCAT. La idea básica es intentar un acuerdo entre el aparato actual del partido: Jordi Sànchez, secretario general; y David Saldoni, secretario de organización; con los diversos sectores críticos con la dirección: las distintas facciones encabezadas por el vicepresidente Jordi Turull, por la candidata a la alcaldía de Barcelona, Elsa Artadi, o la rama más radical del partido que lidera la presidenta del Parlament, Laura Borràs. A falta de un acuerdo, gana peso la idea de retrasar el congreso de JxCAT.

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