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La nueva vida de los presos del 'procés': actores de reparto en la obra independentista
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Ocho meses después de los indultos

La nueva vida de los presos del 'procés': actores de reparto en la obra independentista

Los condenados por el 1-O ya no son lo que eran para el independentismo. Unos mantienen cargos en sus partidos, como Junqueras, y otros no quieren saber nada de la política, como Forcadell

Foto: Los presos del 'procés': Oriol Junqueras (4d), Jordi Sànchez (4i), Jordi Cuixart (c), Raül Romeva (3i), Josep Rull (3d), Joaquim Forn (i), Jordi Turull (2d), Carme Forcadell (2i) y Dolors Bassa (d). (EFE/Quique García)
Los presos del 'procés': Oriol Junqueras (4d), Jordi Sànchez (4i), Jordi Cuixart (c), Raül Romeva (3i), Josep Rull (3d), Joaquim Forn (i), Jordi Turull (2d), Carme Forcadell (2i) y Dolors Bassa (d). (EFE/Quique García)

Los presos del 1-O han perdido tirón electoral y brillo para el movimiento independentista tras el 'procés'. Solo quienes han encontrado una función en la sala de máquinas de los partidos han podido jugar un papel en esta nueva etapa. Es la situación, y de un modo diferente, de Oriol Junqueras (ERC) y Jordi Sànchez (JxCAT). Pero una vez aprobados los indultos, la mayor parte de los condenados han quedado muy lejos de las expectativas que habían generado. La causa ha perdido encanto político a medida que el discurso legitimista está siendo abandonado por ERC, buena parte de JxCAT y la CUP. Los que han encontrado refugio en la bambalina partidista están pasando esta época sin pena ni gloria. Los tiempos en que 'Lledoners' era un sujeto político equivalente a 'Waterloo' o a la Generalitat han pasado.

El primero que se ha cansado del papel folclórico que se les quería asignar ha sido el que había generado más expectativas. Jordi Cuixart ha dejado la presidencia de Òmnium en medio de llamamientos a "nuevos liderazgos". Cuixart marca distancias con la política y se dedicará en exclusiva a la gestión de sus negocios familiares desde el grupo empresarial Aranow que él controla. Prefiere desfilar para cuentas de Instagram del entorno independentista en actos con una veintena de jubilados, como los de "Meridiana resisteix". Los cortes diarios de la Meridiana también acabarán porque la Generalitat dejará de autorizarlos.

placeholder Jordi Cuixart. (EFE/Alejandro García)
Jordi Cuixart. (EFE/Alejandro García)

Mientras, Oriol Junqueras se mantiene muy activo. Hasta ha viajado a Madrid para fijar la posición del grupo parlamentario de ERC en el Congreso con la reforma laboral y cada vez tiene pulsos mayores con el pragmatismo de Pere Aragonès. Como la mayoría de los presos, ha publicado algún libro pero sin mayor relevancia. Su caso es como el de Raül Romeva, a sueldo del partido en calidad de vicesecretario general de Prospectiva y Agenda 2030 de ERC, lo que le da un cierto protagonismo y un pequeño papel provisional en la política catalana.

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Raül Romeva. (EFE/Andreu Dalmau)

Oriol Junqueras es quien desempeña un rol más relevante. Como presidente de ERC puede cobrar un sueldo generoso del partido. Aunque su intención de ser el Arzalluz de Cataluña no se ha visto colmada, ha logrado mantener un peso específico en la política catalana. En estos momentos, su meta es consolidar su poder dentro de la formación y atar en corto al presidente de la Generalitat, que ha pasado de ser líder de las juventudes a alumno aventajado y ya intenta volar solo, sin el amparo de su 'padre' político. Fue él quien le dio la oportunidad de estrenarse en la alta política al nombrarle secretario de Economía con el propio Junqueras como vicepresidente y 'conseller' de Economía.

placeholder Jordi Sànchez y Oriol Junqueras, en el Congreso en la investidura de Sánchez de 2019. (Reuters)
Jordi Sànchez y Oriol Junqueras, en el Congreso en la investidura de Sánchez de 2019. (Reuters)

Jordi Sánchez es un reflejo distinto y distante de Junqueras, pero en JxCAT. Ha retomado su cargo de secretario general del partido y vive exclusivamente para controlar el aparato y poner en vereda a las familias 'juntaires'. En este caso, sus principales problemas provienen del enfrentamiento con los sectores que representan tanto la presidenta del Parlament, Laura Borràs, como la líder en el Ayuntamiento de Barcelona, Elsa Artadi. Sus relaciones con el vicepresidente del Govern, Jordi Puigneró, tampoco son muy fluidas.

El retiro de Forcadell

Si Cuixart y Jordi Sànchez han sido quienes han pasado más tiempo en la cárcel, el mayor capital simbólico lo acumula Carme Forcadell. Ella forzó a Artur Mas a que pusiese las urnas y ella desafió al poder judicial español. Fue la que leyó la declaración de independencia el aciago 27 de octubre, ante el paso atrás de Carles Puigdemont. Pese a todo esto, se ha retirado de la primera línea política y se dedica a cuidar de un familiar en un retiro voluntario asumido después del indulto.

placeholder Las presas independentistas Dolors Bassa (d) y Carme Forcadell (i). (EFE/Andreu Dalmau)
Las presas independentistas Dolors Bassa (d) y Carme Forcadell (i). (EFE/Andreu Dalmau)

La propia Forcadell renunció a la vía unilateral porque ya no se dan las circunstancias. "En 2017, se aprobó la vía unilateral y no fue bien. Creó frustración y dolor y no creo que ahora las circunstancias sean muy diferentes a las del otoño de 2017. No hay nada que, en caso de que se intentara, fuera exitoso. Podría ser peor", declaró a RAC1. En ese momento, reconoció que el soberanismo debería haber sido más "empático con los no independentistas que están a favor de la autodeterminación", en un evidente guiño a los comunes, en quienes se apoyan los republicanos para ampliar la base del independentismo. Incluso hay pendiente un libro con Pilar Urbano en el que Carme Focardell se muestra muy crítica con personas como Mas o Puigdemont y destila un desencanto por el precio pagado visto lo conseguido, según adelantó 'El Español' en una entrevista.

La mujeres presas han revisado de un modo más autocrítico los hechos de octubre

Menos desilusión, pero también, deja entrever Dolors Bassa, 'exconsellera' de Treball. Fue de las primeras en hablar de derrota tras volver a estar en libertad: "Todos vemos claro que no hemos ganado". En general, las mujeres presas han marcado más distancia y se han mostrado más autocríticas en su lectura de lo sucedido que los hombres, más volcados en mantener un "octubrismo" simbólico que sus propias organizaciones están abandonando. Bassa trabaja en la Fundació Hospital de Torroella y sigue vinculada la UGT.

Vuelta al trabajo

La vuelta a trabajos en el sector privado ha sido la constante para el resto de encarcelados. Como el conjunto de encausados, están inhabilitados para ocupar cargos públicos.

placeholder El 'exconseller' Joaquim Forn sale de la cárcel de Lledoners (Barcelona). (EFE/Susanna Sáez)
El 'exconseller' Joaquim Forn sale de la cárcel de Lledoners (Barcelona). (EFE/Susanna Sáez)

El 'exconseller' de Interior Quim Forn es a quién le ha costado más caro su participación en los hechos de octubre de 2017. Fue solo cuatro meses 'conseller' y pasó más de tres años de prisión. Se alejó de JxCAT por voluntad propia y ahora trabaja de abogado en Mediapro, la empresa de Jaume Roures. Sin embargo, poco a poco ha ido asumiendo más protagonismo: tertuliano en Catalunya Ràdio, miembro de la nueva junta de Òmnium, pero siempre en roles muy secundarios y sin peso en la dirección estratégica.

De los presos de JxCAT, Jordi Sànchez y Turull son los que más mandan en el partido

No es el caso de Jordi Turull, que en las primeras semanas tras el indulto inició una intensa campaña política para posicionarse en el partido contactando con los cuadros territoriales de JxCAT. Después se ha centrado en su trabajo como abogado en el despacho Badia Advocats, de Terrassa. Su especialidad es el derecho público, lo que no deja de ser paradójico porque fue condenado precisamente por sedición. Su actividad es compatible, además, con ocupar una de las vicepresidencias de JxCAT, lo que le permite tener peso en el partido.

placeholder Los 'exconsellers' Josep Rull y Jordi Turull (d). (EFE/Quique García)
Los 'exconsellers' Josep Rull y Jordi Turull (d). (EFE/Quique García)

Su compañero de partido y exconsejero de Territori, Josep Rull, también se queda en esa localidad, en la que nació. Forma parte del equipo jurídico de Mútua Terrassa. Sin embargo, su influencia cada día es menor. Y su mejor baza, como la de Turull, es aupar al 'conseller' de Economía Jaume Giró a la candidatura a la presidencia de la Generalitat por JxCAT en detrimento de Laura Borràs, algo que se prevé que pase tras las municipales. Borràs escribió una autobiografía titulada 'Hija del 1 de octubre'. La ironía del destino marca que ahora sean precisamente los presos los que darán la paletada final a la tumba del 'procés' en el partido de Puigdemont.

Los presos del 1-O han perdido tirón electoral y brillo para el movimiento independentista tras el 'procés'. Solo quienes han encontrado una función en la sala de máquinas de los partidos han podido jugar un papel en esta nueva etapa. Es la situación, y de un modo diferente, de Oriol Junqueras (ERC) y Jordi Sànchez (JxCAT). Pero una vez aprobados los indultos, la mayor parte de los condenados han quedado muy lejos de las expectativas que habían generado. La causa ha perdido encanto político a medida que el discurso legitimista está siendo abandonado por ERC, buena parte de JxCAT y la CUP. Los que han encontrado refugio en la bambalina partidista están pasando esta época sin pena ni gloria. Los tiempos en que 'Lledoners' era un sujeto político equivalente a 'Waterloo' o a la Generalitat han pasado.

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