Ni Lambán ni Aragonès: la llave de los JJOO de Invierno en 2030 la tiene Ada Colau

Ni el presidente de Aragón, Javier Lambán, ni su homólogo catalán, Pere Aragonès, tienen la clave para los JJOO de Invierno para el 2030, explican fuentes de las más altas instancias deportivas del Gobierno. A pesar del rifirrafe de ayer a cuenta de la colaboración entre Cataluña y Aragón, en Moncloa y en el Comité Olímpico Español (COE) lo que más preocupa es que Ada Colau no apueste por el proyecto ni se haya puesto al frente para liderarlo. Porque los JJOO los organizan ciudades, no comunidades autónomas. Ayer Colau y su partido BComú se abstuvieron en las dos votaciones en el pleno municipal del Ayuntamiento para apoyar esta gran iniciativa. En el COE esperan todavía rescatar el proyecto, según confirman fuentes conocedoras de los trabajos técnicos previos que ya se han llevado a cabo.

Fuentes conocedoras de estos trabajos apuntan a un posible nombre de la candidatura: Barcelona-Zaragoza-Pirineos. También explican que la Generalitat presentó una propuesta en la que cerca del 60% de las pruebas se celebraban en Cataluña y que Aragón votó a favor, siendo este uno de los aspectos más espinosos. Por eso Alejandro Blanco, presidente COE ya tiene un plan: dejar que empiecen los juegos de invierno de Pekín que arrancan este dos de febrero, que se enfríe la actual polémica entre Cataluña y Aragón, la cual, según todas las fuentes consultadas consideran como marginal, y cuando acaben volver a reto de armar una candidatura atractiva, que enrole a Colau en el proyecto. Sobre la implicación de Jorge Azcón (PP), el alcalde de la capital maña.

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Álvaro Sierra. Zaragoza Marcos Lamelas. Barcelona

En una candidatura olímpica las comunidades autónomas son marginales. Así le pasó a la Generalitat en 1992. En cambio, no lo es la implicación del Ayuntamiento de Barcelona. Para el COI es muy importante que la capital catalana esté en la candidatura y se implique a fondo. Pero eso no está pasando ahora. Ayer en el pleno municipal, votaron a favor de los JJOO de Invierno, hasta Valents (antiguos Cs) y el PP. Pero no el partido de Colau. Después de las urbes, es importante el aval de los Estados, que es el que garantizará las inversiones necesarias.

Con estos mimbres, el COE piensa armar una candidatura donde Cataluña y Aragón irán a la par, pero con un rol secundario, y que tendrá el respaldo del Gobierno español de Pedro Sánchez. El COI ve con simpatías esta iniciativa porque Japón, que aspiraba, ha dejado un mal regusto por la organización de Tokio, Estados Unidos, que quiere celebrarlos, despierta recelos políticos en buena parte del mundo; y Ucrania, que también aspiraba no está en posición en este momento de presentar una candidatura por la crisis bélica con Rusia. La marca Barcelona es cuestión de imagen, en la práctica solo organizaría las pruebas de maquillaje y o la inauguración o la clausura. Se prevé que en abril de este año la candidatura ya sea firme ante el COI.

El problema de la Generalitat

Con el 2030 en el horizonte, la independencia de Cataluña quedaba aparcada durante una década, algo que la Generalitat ha negado y negado pero nadie se creía, ni siquiera la prensa independentista. Los sectores más radicales del independentismo se han volcado en críticas a la administración Aragonès por ello. Y la imagen de los equipos y los atletas desfilando bajo la bandera española no entusiasma al movimiento. En cambio, suena a música celestial al programa de desinflamación del soberanismo que Pedro Sánchez lleva desplegando durante toda la legislatura.

La situación de Pere Aragonès no resulta fácil. En medio de estas reservas de los sectores más radicales de sus votantes, ha ilusionado a todos los alcaldes del Alto Pirineo, que al contrario que la CUP y la izquierda de comarcas como el Berguedà o el Ripollès, defienden a muerte la candidatura olímpica. No importa que en Barcelona haya demasiado calor, que la mejor pista de esquí, Esterri d’Aneu, esté a más de tres horas de la capital catalana; o que cada año haya menos nieve. De todo eso no hablan ni los defensores ni los detractores. Pero para lugares como el Alt Pallars, los JJOO de Invierno en 2030 son la única manera de que para ese año llegue la fibra óptica a la comarca, o se mejoren los accesos por carretera, o que las vías ferroviarias escasas, al menos den un servicio del siglo XXI. Ahora, decirles que todo se ha perdido por una metedura de pata resultará complicado.

Los alcaldes independentistas del Alto Pirineo han cerrado filas con la candidatura

Aragonès se ha cuidado mucho de no romper la cuerda. Ha dejado la puerta abierta a Lambán para que se vuelvan a reunir, habla de "problemas semánticos", y espera que el presidente de Aragón "cambie de opinión".

La posición de Lambán

Javier Lambán ya aceptaba que la mayoría de las pruebas deportivas tuviesen lugar en Cataluña, y también que el COI quiera en la candidatura el nombre de Barcelona. Pero han fallado las formas. Una Generalitat que se gasta 93 millones de euros en una conselleria de Acció Exterior, pero que es incapaz de relacionarse con su vecino, con el que tiene mucho más en común de lo que le gustaría.

Lambán queda alineado con el COE, con lo que a mediados de febrero acabará siendo el ganador. Todo apunta a que la Generalitat calculó mal el riesgo. Por un lado, se había comprometido a fondo con el proyecto de los JJOO de Invierno; por otro, nunca le otorgaron a Aragón el estatus de igualdad que reclamaba. El presidente de la Generalitat toreó a la CUP y a los que se oponían al proyecto, pero no cuidó a los que lo defendían, que eran precisamente sus vecinos maños. Aragonès visitó a todas las CCAA vecinas, pero no fue a Zaragoza ni recibió a Lambán en el Palau Sant Jaume. La propuesta de verse en Balaguer ya sonaba a forzada. Cuando se negó una comparecencia conjunta, Javier Lambán asumió que nunca lo iban a tratar como una verdadera contraparte.