Es noticia
Pelea en la cúpula de las instituciones catalanas: Borràs le hace un 'roto' a Aragonès
  1. España
  2. Cataluña
RIFIRRAFE ENTRE LOS SOCIOS DEL GOVERN

Pelea en la cúpula de las instituciones catalanas: Borràs le hace un 'roto' a Aragonès

La presidenta del Parlament se suma a las campañas de presión contra el 'president' y provoca una 'minicrisis' en el Govern. Defiende que el republicano debe someterse a la cuestión de confianza de la CUP

Foto: La presidenta del Parlament de Cataluña, Laura Borràs. (EFE/Quique García)
La presidenta del Parlament de Cataluña, Laura Borràs. (EFE/Quique García)

La presidenta del Parlament de Cataluña, Laura Borràs, le abrió durante este puente un nuevo frente al 'president', Pere Aragonès. Ambos pertenecen a los partidos que sustentan el Govern (la primera es de JxCat, el segundo, de ERC), pero las relaciones son muy tensas. De hecho, nadie desaprovecha la ocasión para dejar en evidencia al otro socio. Y eso es lo que hizo Borràs este miércoles: añadir arenilla en un engranaje que ya de por sí no funciona todo lo bien que debiera.

La presidenta de la Cámara dejó caer que el máximo mandatario catalán debería someterse, en el 2023 (o sea, en mitad de la legislatura) a una moción de confianza, tal y como pactó el propio presidente con la CUP antes de su investidura. Al percatarse del malestar causado, Borràs trató de desdecirse y apeló a la malinterpretación. “Sed rigurosos y no pongáis en mi boca palabras que no he dicho”, lanzó por Twitter, su red favorita, horas más tarde de la entrevista por radio.

Pero las palabras no se las lleva del todo el viento: se quedan en las fonotecas, para fastidio de algunos. En la entrevista, Borràs afirmó: “Creo que los pactos se han de cumplir, que los compromisos, cuando se adquieren, se han de cumplir. Por tanto, el ‘president’ Aragonès sabrá qué compromisos ha adquirido y deberá decidir él si los cumple o no. Yo participo de la idea de que los acuerdos están para cumplirlos y espero que todos tengan esta misma concepción, que es cumplir el compromiso que se ha adquirido”.

Lo decía la dirigente de JxCat porque ERC había pactado con los cuperos el sometimiento del presidente catalán a una moción de confianza a mediados de legislatura. Ese compromiso valdría para poner nota al grado de cumplimiento del pacto de legislatura al que llegaron republicanos y anticapitalistas.

Foto: La presidenta del Parlament, Laura Borràs. (EFE)

Las filas de ERC no comparten las palabras de Borràs, entre otras cosas, porque se considera, según señala una fuente republicana a El Confidencial, que “la CUP ya rompió el acuerdo de legislatura al desentenderse de los presupuestos. Aragonès no tuvo más remedio que buscar el apoyo de los comunes para que las cuentas de la Generalitat para 2022 vean la luz. Con ese consenso roto (lo que no implica que se puedan alcanzar otros acuerdos con los anticapitalistas en el futuro en determinadas cuestiones nacionales), la fuente consultada señala que ERC ha de actuar en consecuencia. “¿Cómo vamos a dar a alguien que rechaza los presupuestos la opción de que vote si le parece bien la gestión del ‘president’? Es absurdo. Si ha votado no a los presupuestos, votará no a la gestión. La CUP ha roto la confianza mutua y, por tanto, algunas de las cuestiones que había en el pacto de investidura se caen por su propio peso”.

A los pies de los caballos

Borràs prescindió de ese argumento a la hora de dar a conocer su opinión. Ciertamente, Aragonès había llegado a un acuerdo con los anticapitalistas para someterse a una cuestión de confianza en 2023, “pero eso fue antes de que la CUP rechazara los presupuestos, subrayan en Esquerra. Con la insistencia en que Aragonès debe cumplir ese acuerdo, la presidenta del Parlament no hace otra cosa que dejar a los pies de los caballos al 'president'.

Foto: El 'president' de la Generalitat, Pere Aragonès. (EFE/Andreu Dalmau)

Aun así, Borràs deslizaba en la radio que la decisión última ha de ser de Aragonès. “Esta es una cuestión que ha de ser muy personal, de autoexigencia personal y de saber qué valor le das tú al compromiso que adquieres”. Subrayaba que la cuestión compete “única y exclusivamente al ‘president’ o a su partido, ERC, que deben saber qué han pactado con la CUP y qué están dispuestos a cumplir o no. En general, yo insisto en que, en JxCAT, cuando hemos llegado a acuerdos, los hemos cumplido siempre”. En otras palabras, lo que se trasluce de las palabras de Borràs es que, si Aragonès no se somete a la cuestión de confianza, no es un hombre de palabra. O que no hay que fiarse de él. Una perversa advertencia que llega desde las ‘filas amigas’.

En la cúpula de Esquerra existe la sensación de que la presión efectuada desde la Cámara catalana y, en definitiva, desde las filas de JxCat, no es de recibo. “Una presidenta del Parlament no debería entrar en estas cuestiones —reprocha un dirigente republicano en conversaciones con El Confidencial—. Estas declaraciones forman parte del ‘pressing ERC’ de JxCat y parece que sean una manera de buscar protagonismo por parte de quien las ha realizado”. Y no descartan que en ese ‘roto’ que Borràs ha hecho a Aragonès hubiese motivaciones que van más allá de las típicas escaramuzas entre republicanos y junteros: a nadie se le escapa que la presidenta del Parlament es muy dada a marcar perfil propio para tener mayor visibilidad en las filas de su partido y ejercer de contrapeso de su ‘cordial enemigo’ Jordi Sánchez, secretario general de Junts. La batalla en las alturas, no obstante, refleja la delicada situación en la que se encuentra el Govern, con tensiones entre sus dos miembros, y el difícil juego de equilibrios que las dos fuerzas mayoritarias del independentismo han de realizar a diario para mantener el poder.

La presidenta del Parlament de Cataluña, Laura Borràs, le abrió durante este puente un nuevo frente al 'president', Pere Aragonès. Ambos pertenecen a los partidos que sustentan el Govern (la primera es de JxCat, el segundo, de ERC), pero las relaciones son muy tensas. De hecho, nadie desaprovecha la ocasión para dejar en evidencia al otro socio. Y eso es lo que hizo Borràs este miércoles: añadir arenilla en un engranaje que ya de por sí no funciona todo lo bien que debiera.

Esquerra Republicana de Catalunya (ERC)
El redactor recomienda