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La acreditación de prensa está protegida por el TC: el antecedente de Pedro J. Ramírez
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Ante la polémica en el Congreso

La acreditación de prensa está protegida por el TC: el antecedente de Pedro J. Ramírez

El que fuera director de Diario 16 ganó al tribunal militar que pretendió impedirle cubrir el juicio del 23-F. La Generalitat ha retirado recientemente su acreditación al director del digital e-Notices

Foto: El director de 'El Español', Pedro J. Ramírez. (EFE/Juan Carlos Hidalgo)
El director de 'El Español', Pedro J. Ramírez. (EFE/Juan Carlos Hidalgo)

Las acreditaciones de prensa no se pueden retirar así como así. De hecho, están protegidas por el Constitucional desde 1982, cuando falló a favor de Pedro J. Ramírez, a quién el tribunal militar que juzgaba a los encausados por el 23-F había retirado su credencial. Por mucho que el Congreso haya estudiado una medida similar tras la denuncia de varios jefes de prensa por las supuestas "faltas de respeto" de algunos periodistas cercanos a Vox, lo cierto es que la jurisprudencia protege el derecho a la información de los españoles y no se puede levantar una acreditación de manera arbitraria.

La historia la cuenta el propio Pedro J. Ramírez en su reciente libro de memorias, ' Palabra de Director', editado por Planeta. Entre las páginas 65 y 68, explica que el Tribunal Supremo militar que juzgaba al coronel Antonio Tejero y al resto de acusados por el intento de golpe de Estado retiró al entonces director de 'Diario 16' la acreditación para seguir el juicio ante el malestar que habían causado unas informaciones de este rotativo sobre el propio golpe. El tribunal, de hecho, trasladaba el malestar de los acusados, que incluso se negaron a salir de sus celdas si el periodista seguía en la sala.

Foto: El diputado de ERC Gabriel Rufián (d). (EFE/Lizón)

El TC consideró a raíz de ese pulso que una acreditación de prensa otorga un “derecho preferente” a su titular y que éste no puede ser retirado a un periodista si no se hace lo mismo con todos los demás. Por tanto, la pretensión de algunos grupos políticos de que a Javier Negre de Edatv o al canal 7NNoticias se les retire la acreditación toparía con la jurisprudencia del Alto Tribunal. Los equipos de comunicación del PSOE, Unidas Podemos, ERC, PNV, EH Bildu, Junts, PDCat, Más País-Equo, CUP, Compromís, BNG y Nueva Canarias remitieron una carta a la secretaria del Congreso para que hiciera efectiva la medida, que al final no se produjo.

“La entidad «Información y Prensa, S. A.», en cuanto editora de «Diario 16», es titular de un derecho preferente a que éste pueda recibir y comunicar información, en igualdad de condiciones con otros medios de comunicación del mismo género y a través de la persona o personas que libremente designe. Las restricciones que se le impongan no pueden ser distintas a las que se establezcan con carácter general sin que ello entrañe una limitación del derecho garantizado por el art. 20 de la C. E. a la empresa editora. A su vez, el señor Ramírez Codina, en cuanto periodista libremente designado por el periódico al que presta sus servicios como director, es titular de un derecho preferente de acceso a la Sala. Ambos derechos están conectados entre sí, de tal manera que cualquier medida que incida en uno afecta también al otro, si bien permaneciendo distintos”, señalaba entonces el fallo del TC.

El caso Xavier Rius

En Cataluña se quitó hace poco la acreditación al director del digital e-Notices, Xavier Rius. Este caso es mucho más grave que el de los periodistas del Congreso porque la retirada aquí se ha formalizado. Desde hace semanas, el periodista no puede participar ni en persona ni de manera telemática en las ruedas de prensa de la Generalitat. En su carta, además, el secretario de Medios de Comunicación, Oriol Duran, no ancla su decisión en ningún reglamento de la Administración ni en ninguna norma. Pero el caso de Rius encaja como un guante en la sentencia que dictó el TC sobre la situación de Pedro J. Ramírez. Hay un “derecho preferente” que no puede suspenderse de cualquier manera, ya que está vinculado al derecho de información de los lectores, más allá de la ideología de los mismos.

A los que se quiere expulsar se les juzga más por su ideología que por su periodismo

Con Rius la mayoría de las asociaciones profesionales se han puesto de perfil, si no han apoyado a la Generalitat. La excepción ha sido el Sindicato de Periodistes de Cataluña, que si bien censura los modos del periodista recuerda a la Generalitat en su comunicado lo siguiente: “Entendemos que correspondería que la sanción al director de E-Notícies fuera retirada o limitada en el tiempo, para evitar las sospechas de que la medida se ha tomado también según otras consideraciones sobre el carácter molesto o inoportuno de las preguntas que este profesional ha hecho desde hace tiempo en las ruedas de prensa”.

Foto: La portavoz del Govern, Patrícia Plaja, durante una rueda de prensa tras la reunión del Consell Executiu. (EFE)

Con Rius, como ha pasado en el Congreso, lo que pesa es la ideología, más que el periodismo. Rius lleva años siendo muy crítico con la Generalitat y las asociaciones de cortes soberanista –Grupo Barnils– se han alineado con la administración catalana. En cambio, el Grupo de Periodistas Pi i Margall se ha mostrado muy crítico con la Generalitat y ha pedido que le devuelvan la acreditación.

Periodismo espectáculo

El problema de fondo radica en el periodismo espectáculo. Preguntas en ruedas de prensa que no buscan una respuesta sino hacer vídeos llamativos que colgar en la red. Pero ese dilema viene de muy atrás y nunca fue cuestionado cuando lo practicaba la izquierda. Cuando en 1996 los falsos reporteros del programa “Caiga quien caiga” empezaron a irrumpir en ruedas de prensa políticas para generar una parte de sus contenidos nadie se preocupó de que “dicho comportamiento desvirtúa las ruedas de prensa y genera un clima de tensión que dificulta el trabajo del resto de periodistas que realizan su labor con profesionalidad. Lo que deberían ser comparecencias de actualidad parlamentaria se están convirtiendo en careos ideológicos", como denunciaba esta semana la carta de los jefes de prensa del Congreso sobre ciertos periodistas cercanos a Vox. Entonces no se hizo nada porque hace 25 años la izquierda lo encontró divertido. Ahora ya no se ríe nadie pero es tarde porque lo que entonces fue excepción ahora es tendencia.

Foto: Macarena Olona y José María Sánchez. (EFE) Opinión

Por eso el problema no se resuelve retirando acreditaciones de prensa. En su libro Pedro J. Ramírez explica que cuando se publicó el fallo del TC todo el equipo de Diario 16 celebró la decisión bebiendo en vasos de plástico y brindando “¡Por la libertad!” (pag. 84). Por eso el problema no se resuelve retirando acreditaciones de prensa. Incluso 'El País' se regocijó de la decisión y hasta la Casa Real les felicitó por la victoria. Es pasado pero suena a ciencia ficción en el periodismo español de ahora mismo.

Las acreditaciones de prensa no se pueden retirar así como así. De hecho, están protegidas por el Constitucional desde 1982, cuando falló a favor de Pedro J. Ramírez, a quién el tribunal militar que juzgaba a los encausados por el 23-F había retirado su credencial. Por mucho que el Congreso haya estudiado una medida similar tras la denuncia de varios jefes de prensa por las supuestas "faltas de respeto" de algunos periodistas cercanos a Vox, lo cierto es que la jurisprudencia protege el derecho a la información de los españoles y no se puede levantar una acreditación de manera arbitraria.

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