El hotel de Messi en Sitges tiene irregularidades en todas las plantas
Los informes del ayuntamiento aseguran que el hotel funciona sin licencia de primera ocupación y que se realizaron obras no contempladas en la licencia concedida
En el verano de 2013, el alcalde de Sitges, Miquel Forns i Fustè, subió al Sky Bar del actual hotel MiM y pronunció el discurso de inauguración del nuevo inmueble. Habló del concepto excelencia en general y puso como mejor ejemplo el hotel que ese día abría sus puertas. El acto se debería haber celebrado en 2012, pero el ayuntamiento impidió la apertura del negocio porque sus balcones incumplían la normativa.
Meses antes de subir al Sky Bar, el regidor escribió en su blog: “El proceso que ha rodeado esta construcción [la del hotel], desde los primeros permisos concedidos por el anterior Gobierno municipal, ha sido un cúmulo de despropósitos que deben servir para resaltar que el respeto de la legalidad debe ser siempre un punto imprescindible”. El dueño, Francisco Sánchez, se enfadó muchísimo con el político de Convergència i Unió y le llamó públicamente “irresponsable” y también le acusó de “perjudicar deliberadamente su negocio”. Incluso le reprochó que su concejala Elena Redondo se presentara delante del hotel a celebrar, junto a otras personas, que les habían precintado los balcones.
Aun sabiendo todo esto, nadie sabe muy bien por qué, es llamativo que el alcalde inaugurase un inmueble lleno de irregularidades que él conocía y que se perseguían desde el propio ayuntamiento. Pero, en realidad, lo importante es la fecha: verano de 2013. El 20 de febrero de 2009, el empresario Francisco Sánchez Rodríguez solicita licencia de obras para construir un hotel. El 6 de octubre le dan la licencia. El 11 de mayo de 2011, Francisco Sánchez aporta documentación sobre el tema de los balcones, ya que su construcción no estaba contemplada. El 22 de junio de 2011, el ayuntamiento le dice que los balcones no se ajustan a la normativa, que los van a demoler, incluso los precinta. El empresario pide a la Justicia que se suspenda cautelarmente la medida y lo consigue en primera instancia, pero el TSJ de Cataluña luego se la quita.
La resolución judicial no tuvo ningún efecto práctico y el hotel se inauguró con sus balcones ilegales. La fiesta se celebró por todo lo alto. Al evento acudieron solo un grupo de elegidos, entre ellos, la conocida cantante Lucrecia, porque la terraza de la última planta tiene aforo limitado y no se quiso exceder ese número. La velada la amenizó la cantante británica de jazz Gigi McFarlane.
Es llamativo que el alcalde inaugurase un inmueble lleno de irregularidades que él conocía y que se perseguían desde el ayuntamiento
Pasaron los años y el problema no desaparecía. El 15 de mayo de 2017, el empresario Francisco Sánchez y Rodrigo Martín Messi, uno de los hermanos de Lionel, se reunieron en la notaría Eduardo Pobes, en el paseo de Gracia. Allí se formalizó el acto de compraventa de su hotel en Sitges. Messi lo adquirió por más de 30 millones de euros. En la escritura, el vendedor ofrece una serie de garantías. Por ejemplo, asegura que “la finca ha sido construida conforme a los términos de la licencia de obras previamente otorgada, cumpliendo la normativa urbanística de aplicación, y que no existen procedimientos sancionadores por causas urbanísticas ni procedimientos de restauración de la legalidad urbanística incoados en relación con ella”.
Sin embargo, un informe del Ayuntamiento de Sitges de fecha 6 de marzo de 2018 asegura: “Efectuada la correspondiente inspección por los técnicos municipales, se ha comprobado que la obra realizada no se adapta a la licencia otorgada (…). Todos los aspectos no contemplados en la licencia de obras están notificados para su regularización” y enumera todas las irregularidades al margen del asunto de los balcones.
El hotel de Lionel Messi presenta, según ese informe, irregularidades en todas sus plantas. Desde la subterránea -2, donde en el lugar donde deberían ir destinadas plazas de garaje se han construido algunos almacenes, hasta la planta seis y la planta del tejado, donde se han detectado alteraciones con las escaleras y se han construido más metros de los autorizados. Todas estas anomalías llevaron al ayuntamiento a “denegar la licencia de primera ocupación solicitada”. De hecho, el consistorio de Sitges oficialmente confirma: “Desde un principio, que el ayuntamiento detectó irregularidades en la construcción del edificio y así se comunicó”.
Al jugador de fútbol le tomaron el pelo en la venta del hotel. El Confidencial ya informó ayer de que los balcones que sobresalen dos metros de la fachada del hotel deben ser derribados y que el problema es que están enraizados en la estructura general del edificio, lo que implica que para demolerlos habría que tirar abajo todo el inmueble. Y así deberá hacerse, porque hay sentencia firme que lo ordena. Según el Ayuntamiento de Sitges: “Lo que se está haciendo ahora es elaborar el proyecto para ejecutar el derribo (…), ya que ha pasado el tiempo legalmente previsto para su ejecución voluntaria por parte del condenado [Francisco Sánchez] a la obligación de hacer”. Es decir, que el empresario no ha obedecido la sentencia hasta ahora.
Las preguntas son: ¿se acabará demoliendo el hotel? Y, de hacerse, ¿cuándo se hará? Y si se hace, ¿qué sentido tiene regularizar las irregularidades detectadas en todas las plantas?
En el verano de 2013, el alcalde de Sitges, Miquel Forns i Fustè, subió al Sky Bar del actual hotel MiM y pronunció el discurso de inauguración del nuevo inmueble. Habló del concepto excelencia en general y puso como mejor ejemplo el hotel que ese día abría sus puertas. El acto se debería haber celebrado en 2012, pero el ayuntamiento impidió la apertura del negocio porque sus balcones incumplían la normativa.