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La CUP exige a Aragonès que renuncie a los Juegos Olímpicos si quiere presupuestos
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Y pide crear una eléctrica pública

La CUP exige a Aragonès que renuncie a los Juegos Olímpicos si quiere presupuestos

La formación anticapitalista exige retirar la candidatura olímpica para aprobar los presupuestos de la Generalitat de 2022

Foto: El presidente de la Generalitat de Cataluña, Pere Aragonès. (EFE)
El presidente de la Generalitat de Cataluña, Pere Aragonès. (EFE)

La CUP ha establecido unas líneas rojas a ERC y a Junts per Catalunya (JxCAT) para aprobar los presupuestos de la Generalitat para 2022. El ‘president’ Pere Aragonès sufrirá con las cuentas del Govern porque sus compañeros de viaje no se lo pondrán fácil. La CUP fue el primer partido con el que Aragonès pactó las líneas maestras de la estrategia gubernamental de esta legislatura, incluso antes de llegar a un acuerdo con JxCAT, lo que provocó críticas de los de Carles Puigdemont. Pero ahora los cuperos piden más y que se lleven a cabo determinadas medidas que Esquerra no sabe si podrá cumplir.

Las dos principales líneas rojas que han puesto encima de la mesa los representantes de la CUP para dar apoyo a los presupuestos son la renuncia a celebrar los Juegos Olímpicos de Invierno 2030 en Cataluña y la creación de una compañía eléctrica pública para controlar el precio de la electricidad. Curiosamente, no se encuentra entre estas líneas prioritarias la creación de un banco público, otra de las reivindicaciones históricas de los anticapitalistas.

Foto: El presidente de la Generalitat, Pere Aragonès. (EFE)

Respecto a la primera cuestión, la postura de la CUP es que esos Juegos no se pueden celebrar en su actual formato en Cataluña porque “responden a un modelo de masificación turística, especulación y destrucción del territorio con el que no estamos de acuerdo”, según apuntan fuentes de la CUP a El Confidencial. Esa filosofía coincide con los ‘puntos débiles’ de la candidatura denunciados por entidades opuestas a los Juegos de 2030: el refuerzo del monocultivo turístico que perpetúa el modelo económico, la construcción de infraestructuras con fecha de caducidad, lo que afecta a la lucha contra la emergencia climática y la falta de transparencia, ya que acusan al Govern de construir el proyecto “de espaldas al Pirineo”.

Los anticapitalistas se desmarcan así de uno de los hitos que se ha marcado el Govern y que repercutiría también en territorios cercanos, como el Pirineo aragonés. En esa comunidad, su presidente, Javier Lambán, apuesta por presentar candidatura conjunta con Cataluña, en pie de igualdad, sin que una comunidad tenga más peso que la otra. El pasado verano, una carta enviada por Aragonès al presidente del Comité Olímpico Español (COE), Alejandro Blanco, levantó ampollas en Aragón, ya que pedía que el organismo del deporte apoyase la candidatura Pirineus-Barcelona. Lambán se desmarcó de esa petición e hizo público su malestar (calificó de “desleal” al Gobierno catalán) por el protagonismo reclamado desde Barcelona. En su lugar, envió a Blanco otra carta donde hacía referencia a unos JJOO de Invierno en Cataluña y Aragón.

Una plataforma dominada por la CUP

Pero la CUP quiere limitar su efecto en Cataluña y, en último extremo, consultar esa celebración mediante un referéndum en las seis comarcas afectadas, que serían las norteñas. El resultado de esa consulta sería vinculante. A finales del mes de agosto, se creó la Plataforma Stop JJOO, que está encabezada por Bernat Lavaquiol, concejal de la CUP en La Seu d’Urgell, y que se opone a la celebración de los Juegos, además de exigir la paralización de cualquier infraestructura que esté relacionada con ellos, incluyendo carreteras (de hecho, solicitaron formalmente que se paralice el desdoblamiento de una carretera entre Berga y Bagà hasta que no haya un referéndum que avale los Juegos). El portavoz de esta plataforma, Pau Lozano, es también militante de Endavant, el núcleo duro de la CUP. La consejera de Presidencia del Govern, Laura Vilagrà, se entrevistó con representantes de esta plataforma el pasado 23 de septiembre. El mensaje que recibió fue muy claro: “El territorio está organizado para luchar contra los JJOO de Invierno”. La consejera prometió a sus interlocutores que la Generalitat tendrá en cuenta el resultado del referéndum antes de tomar una decisión.

Foto: El presidente de la Generalitat, Pere Aragonès. (EFE)

El 25 de octubre, la organización Endavant emitió un duro comunicado calificando de “proyecto especulativo” la candidatura de los JJOO de Invierno y llamando a la movilización y a participar en unas jornadas en La Seu el próximo sábado 30 de octubre bajo el lema ‘¿Qué futuro queremos para el Pirineo?’. En esas jornadas, participará la diputada cupera Maria Sirvent, así como el filósofo Xavier Antich, entre otros activistas. “Junto con otros movimientos sociales, nos plantamos y apostamos por una alternativa, repensando el modelo y el territorio. Con la movilización en la calle y con unas jornadas que pongan sobre la mesa otra manera de vivir. Movilicémonos, organicémonos, formémonos. Defendamos el Pirineo. ¡Nos va la vida!”, señalaba ese pequeño partido en un comunicado.

Los partidarios del no a los Juegos afirman también que un evento de estas características no arroja beneficios al territorio, sino pérdidas, y subrayan que en la actualidad ninguna gran ciudad se pelea por albergar unos Juegos. Ponen como ejemplo que los canadienses tumbaron en referéndum la candidatura de Calgary, los suizos la de Valais y los austriacos la de Innsbruck para los JJOO de 2026. Ahora, pues, comienza la batalla para tumbar la candidatura de Cataluña-Aragón para 2030. Además, en contraposición a lo que afirma la consejera de Exteriores, Victoria Alsina (JxCAT), los Juegos no serán el proyecto internacional más importante para proyectar Cataluña al mundo, sino que “realizar unos JJOO con el Estado español da una imagen de normalidad y de subordinación política en un contexto de represión y no resolución del conflicto”, según un artículo de opinión de Lavaquiol.

Foto: El presidente de la Generalitat, Pere Aragonès. (EFE)

La otra gran línea roja hace referencia a la creación de una compañía eléctrica pública, que es una de las reivindicaciones ecologistas que la CUP reclama. Este intervencionismo molesta en gran manera a los socios de gobierno, ERC y JxCAT, pero por eso mismo la formación radical quiere lograr que el Govern ceda. "Todo está abierto —señala a El Confidencial una fuente de la CUP—. No hay nada decidido todavía, porque el Govern no ha puesto encima de la mesa ninguna propuesta de presupuestos para negociar. Pero estamos abiertos a debatir lo que haga falta, tanto en las líneas rojas como en otros temas que hemos propuesto, como la necesidad de contar con una comisión ajena a la Administración que vigile y valore las actuaciones de los Mossos d’Esquadra. Ahí, estamos dispuestos a negociar cómo debe ser la comisión y su composición, si tendrán cabida representantes de grupos políticos o si estará formada exclusivamente por técnicos". La próxima semana, la dirección cupera enviará a la militancia los principales puntos de los presupuestos para que sean las bases del partido las que aprueben el posicionamiento que han de tomar sus representantes en el Parlamento catalán y las que decidan si no se apoyan las cuentas en caso de no transigir con las líneas rojas propuestas.

La CUP ha establecido unas líneas rojas a ERC y a Junts per Catalunya (JxCAT) para aprobar los presupuestos de la Generalitat para 2022. El ‘president’ Pere Aragonès sufrirá con las cuentas del Govern porque sus compañeros de viaje no se lo pondrán fácil. La CUP fue el primer partido con el que Aragonès pactó las líneas maestras de la estrategia gubernamental de esta legislatura, incluso antes de llegar a un acuerdo con JxCAT, lo que provocó críticas de los de Carles Puigdemont. Pero ahora los cuperos piden más y que se lleven a cabo determinadas medidas que Esquerra no sabe si podrá cumplir.

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