Marta Pascal quiere ser la candidata a las generales y portavoz de los neoconvergentes
Cinco partidos ya han pactado ideario, estructura y calendario para crear un gran partido moderado nacionalista de centro en Cataluña
El magma catalanista, que proyecta una gran fuerza de nacionalismo moderado después de la efervescencia independentista que ha llevado a un callejón sin salida, vela armas para culminar una gran operación de fusión de cinco partidos diferentes para recuperar el centro ideológico. En este movimiento participan el PDeCAT (liderado por David Bonvehí y Àngels Chacón), el heredero de Convergència, el Partit Nacionalista Català (PNC, capitaneado por Marta Pascal), la Lliga Democràtica (con Astrid Barrio y Sílvia Requena), Lliures (liderado por el 'exconseller' Antoni Fernández Teixidó) y Convergents (que encabeza el también 'exconseller' Germà Gordó). Y Pascal ya ha dado un paso al frente y se ha postulado para ser la candidata a las próximas elecciones generales.
Los cimientos de la operación para la creación de la nueva fuerza ya están puestos, y aunque ahora falta levantar el edificio, comienza a haber posicionamientos en cuanto a las cuotas de poder. El consenso mayoritario es que la 'exconsellera' de Empresa Àngels Chacón sea la líder de la formación y la candidata a la presidencia de la Generalitat en las próximas elecciones autonómicas. “En las últimas, obtuvo casi 80.000 votos en un escenario muy negativo. En las próximas, es posible que consigamos una más que notable representación parlamentaria. Chacón no suscita rechazos. Es una cara conocida y no está quemada”, explican a El Confidencial fuentes cercanas al proyecto.
Pero Pascal, fundadora y máxima dirigente del PNC, aunque ha pasado a trabajar en la empresa privada, también quiere una cuota de protagonismo y ha lanzado la idea de que su aspiración pasaría por mantenerse en primera línea. Su meta es oficiar como portavoz y candidata a las elecciones generales. “Marta se ha adelantado. Evidentemente, le hemos dicho que tendrá su rol, pero todavía no hemos hablado de cargos y de reparto de responsabilidades. La portavocía y la candidatura a Madrid es lo que ella quiere, pero habrá que negociarlo. De todos modos, hay que reconocer que es un animal político y que le queda mucha vida política por delante”, añaden las fuentes.
Un nombre respetado en España
Fuentes cercanas al PNC defienden a este diario que Pascal “tendrá protagonismo en esta nueva etapa. Ya se verá con qué se queda, pero su nombre tiene tirón y además tiene un perfil propio en el panorama político español. Cuenta con el respeto de los grandes partidos y con el del PNV, que ha visto con preocupación cómo Puigdemont y compañía malgastaban la herencia recibida de Convergència. Cataluña necesita un proyecto de centro catalanista con un nombre potente y respetado en el resto de España”. Desde los otros partidos, se reconoce el perfil de Pascal, subrayando que “habrá generosidad y todos tendrán su rol en la nueva formación. Nadie se quedará fuera. El único hándicap que tiene Marta es que o viene con nosotros o se presenta en solitario, ya que sus relaciones con JxCAT están bajo cero”.
Sin embargo, otro dirigente que participa en el proyecto apunta que “de cargos públicos no se ha hablado para nada. Ese debate no se ha abierto y será el último que se abra. De momento, nuestra obsesión son las municipales de 2023, para las que tendremos que buscar candidatos, especialmente para Barcelona. Ha habido conversaciones con Gerard Esteva, presidente de la Unió de Federacions Esportives de Catalunya, UFEC, pero está esperando a ver si hay una unidad que le pueda proporcionar una plataforma potente de lanzamiento. Quiere ir sobre seguro”.
En caso de un buen resultado en Barcelona, con posterioridad, no se cierran las puertas a llegar a acuerdos con JxCAT. “Se hablará con Elsa Artadi, evidentemente, pero siempre serán pactos poselectorales y no preelectorales. Hemos desechado ir en coalición con Junts. En todo caso, los acuerdos serán eventuales en determinados ayuntamientos”, afirman desde este espectro político. Para las municipales, la ventaja de esta nueva formación sería que el PDeCAT dispone en estos momentos de unos 130 alcaldes y más de 1.000 concejales que le podrían reportar un buen resultado en el territorio. “Y ahí es donde está una de las claves del proyecto: hemos de articularlo cuanto antes para evitar que JxCAT haga una opa a los cargos electos del PDeCAT y se vayan con los independentistas de Puigdemont a las primeras de cambio porque ven que les dan mayor seguridad”, explica esta fuente.
Units está a la expectativa
Los partidos que participan ya se han puesto de acuerdo en tres grandes ejes: el calendario común, para poder celebrar un gran congreso de unificación en la primera quincena de febrero como fecha tope, el ideario a defender y la estructura que ha de tener la nueva formación, con un peso racional de cada una de las formaciones participantes. Como fleco, quedará lo que cada partido haga con su propia existencia: si decide desaparecer o congelar su actividad a la espera de ver si finalmente el proyecto se consolida.
Los principales ejes programáticos de la nueva formación pasan por la defensa de un liberalismo catalanista, el abandono de la unilateralidad, la lealtad a las instituciones, la renuncia al eje del ‘procés’ de ser más o menos independentista, la apuesta por el Estado de derecho y no de leyes y que se valoren los postulados que abrazó tradicionalmente el nacionalismo moderado catalán: potenciación de la iniciativa privada, protección de la familia y que “la economía fluya en paralelo a la política y no subyugada a ella”. En definitiva, según varias fuentes consultadas por El Confidencial, se pretende caminar hacia “la moderación política y hacer política real y pragmática. Tenemos recursos y talento para ello”. Y enfatizan que “lo más difícil está hecho”.
Según una de las fuentes, el proyecto “no quiere ser solo una plataforma de partidos, sino que pretende sacar la sociedad a la calle y cambiar el estado de las cosas”. Además, pretende ser “una fuerza catalana que no se avergüence de ser española. Su misión es poner las bases para el entendimiento y no para la confrontación. Hay que apostar por el centro político”.
En la ecuación, no obstante, falta Units per Avançar, el partido heredero de UDC que lidera Ramon Espadaler. En las últimas elecciones autonómicas, municipales y generales, Units se presentó en coalición con el PSC. “Hay conversaciones periódicas con ellos y están en un periodo de reflexión interna. Si luego se suman al proyecto, no puede aportar distorsiones. Evidentemente, se admitirán mejoras, pero los ejes principales de estructura, ideario y calendario serán inamovibles. Nos vendría bien que se decidieran a venir con nosotros, porque provienen del catalanismo que queremos representar. Y en las últimas elecciones en que Units se presentó sola obtuvo casi 115.000 votos y se quedó a un tris de tener representación parlamentaria. Si viene con nosotros, sumando todos los votos de estas fuerzas, podemos encontrarnos con un proyecto muy potente”.
El magma catalanista, que proyecta una gran fuerza de nacionalismo moderado después de la efervescencia independentista que ha llevado a un callejón sin salida, vela armas para culminar una gran operación de fusión de cinco partidos diferentes para recuperar el centro ideológico. En este movimiento participan el PDeCAT (liderado por David Bonvehí y Àngels Chacón), el heredero de Convergència, el Partit Nacionalista Català (PNC, capitaneado por Marta Pascal), la Lliga Democràtica (con Astrid Barrio y Sílvia Requena), Lliures (liderado por el 'exconseller' Antoni Fernández Teixidó) y Convergents (que encabeza el también 'exconseller' Germà Gordó). Y Pascal ya ha dado un paso al frente y se ha postulado para ser la candidata a las próximas elecciones generales.
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