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La guerra por el aeropuerto de El Prat trastoca todo el tablero político en Cataluña
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CAMBIAN LAS REGLAS DE JUEGO

La guerra por el aeropuerto de El Prat trastoca todo el tablero político en Cataluña

Las inversiones en Cataluña ya no están aseguradas. Además, el Govern ya no parece tan unido y la CUP se queda sin excusas para vetar el Presupuesto de la Generalitat

Foto: Vista de la mesa presidencial del hemiciclo del Parlament de Cataluña. (EFE)
Vista de la mesa presidencial del hemiciclo del Parlament de Cataluña. (EFE)

La guerra por la ampliación en el aeropuerto de El Prat y la consecuente pérdida de una inversión de 1.700 millones trastoca todo el tablero político catalán. Todos los parámetros para entender el mapa político en Cataluña y que habían servido estos tres últimos meses han cambiado de manera radical. El más notable, el supuesto plan de Pedro Sánchez para la región de 'desinflamación por inversiones'. Ahora el juego es otro. El presidente se siente fuerte y habrá paz, ya que Pere Aragonès mantiene la mesa de diálogo, pero las inversiones ya no están aseguradas. Pero no solo eso: el Gobierno catalán, que parecía unido, ya no lo está tanto. Y otro cambio notable es que la CUP se queda sin excusas para vetar los Presupuestos de la Generalitat que prepara el 'conseller' de Economía, Jaume Giró. De repente, todo ha cambiado.

El primer giro es que el grueso del independentismo esperaba la represalia más inmediata: la suspensión de la mesa de diálogo. Pero Aragonès la mantiene. En esencia. La Generalitat acudirá débil. Solo tienen la mesa. Nada más. Y la semana que viene será el Gobierno central el que, con Pedro Sánchez presente o sin él, tendrá toda la fuerza.

Foto: Varios aviones de la compañía Vueling, en el aeropuerto de El Prat. (EFE)

Débil y dividida. Fue Aragonès quien rompió el pacto. Puigneró, que lo había cerrado el 2 de agosto, intentó preservarlo hasta el final. Pero en la práctica el vicepresidente catalán queda desacreditado. Y la unidad de la Generalitat de la que quería alardear el 'president' ante el Ejecutivo central con su retiro en la Vall d’en Bas. La unidad ha quedado muy tocada. Fuentes de JxCAT ya estaban acusando ayer al líder republicano de deslealtad por haber reventado el acuerdo por Twitter el 3 de septiembre, un día antes de esa reunión de todos los 'consellers' en la Garrotxa. Ese día, Aragonès vendía unidad pero Puigneró, que había luchado hasta el final por mantener la inversión, ya se sentía desautorizado.

Tampoco se enfocan igual las relaciones con Madrid. ERC sigue esperando negociar los Presupuestos Generales del Estado como una vía para dirigir inversiones hacia Cataluña. En cambio, Jordi Sànchez dio una rueda de prensa pidiendo que se deje de dar estabilidad al Ejecutivo de Sánchez. “Basta de lamentarnos de estas actitudes. Quiero recordar que tenemos 23 escaños en el Congreso que son necesarios para mantener la estabilidad del Gobierno español”, apuntó un Sànchez desafiante. Pero tal como están las cosas, a lo mejor cae antes la actual Generalitat que el hombre que hoy reside en la Moncloa.

La CUP, sin excusas

Sin embargo, no todo es malo para Aragonès. La CUP se ha quedado sin excusas para tumbar los Presupuestos de la Generalitat. No hay ampliación del aeropuerto, que los 'cupaires' vivían como un agravio. Por tanto, el trámite en el Parlament debería ser mucho más fácil. Y ya no hace falta la ayuda del PSC. Aprobar las primeras cuentas debería servir para dar árnica a una coalición que no pasa por sus mejores momentos.

Otro cambio importante afecta a los comunes. Sin arriesgar nada, se han erigido en los ganadores de esta crisis. No han hecho nada. De hecho, ha sido Aragonès el que al alinearse con las tesis de la rama ecologista de ERC ha comprado su discurso. Pero el poder para tumbar la ampliación lo tenía la Generalitat, no los ministros de Podemos. Y ni mucho menos la alcaldesa Ada Colau, que ayer hizo de cicerone a la vicepresidenta Yolanda Díaz para convertir un paseo por los humedales de El Prat en un desfile triunfal.

Salvar La Ricarda se ha vuelto una "lucha compartida" de comunes y soberanistas

Hay dudas sobre quién se beneficia. La estrategia de los comunes es robar votos a ERC con esta apuesta. Y la de esta, con su giro de última hora, de hacerlo a los morados. Jordi Cuixart habló en el pregón de las fiestas de Gracia de “luchas compartidas”. La batalla por salvar la laguna próxima a El Prat ha sido una de ellas. El lema 'La Ricarda no es toca' lo lanzó la plataforma Zeroaeroport, punta de lanza de lucha contra la ampliación y el gran logro de los comunes. A partir del sábado, cuando ya la inversión estaba perdida, la Generalitat lo hizo suyo y el mundo 'indepe', siempre sediento de mantras, lo adoptó con entusiasmo.

Nuevo curso

Por tanto, septiembre arranca como un nuevo curso político, pero también con nuevas fichas en el tablero, al menos en el caso de Cataluña. No parece que Madrid vaya a hacer nuevas cesiones al independentismo más allá de los indultos. Tampoco que la Generalitat sea capaz de armar un relato que pueda culpar a Madrid de dejar escapar una inversión que se tuvo en la mano y que en los tiempos de Jordi Pujol nunca se hubiera perdido. Pere Aragonès quería diferenciar su proyecto político del de Quim Torra con una apuesta por el pragmatismo y por la economía. Lo que se denominaba 'gestionar el mientras tanto'. Sus primeros pasos no están resultando muy prometedores. No hay más mientras tanto que el poder ir a manifestaciones.

La guerra por la ampliación en el aeropuerto de El Prat y la consecuente pérdida de una inversión de 1.700 millones trastoca todo el tablero político catalán. Todos los parámetros para entender el mapa político en Cataluña y que habían servido estos tres últimos meses han cambiado de manera radical. El más notable, el supuesto plan de Pedro Sánchez para la región de 'desinflamación por inversiones'. Ahora el juego es otro. El presidente se siente fuerte y habrá paz, ya que Pere Aragonès mantiene la mesa de diálogo, pero las inversiones ya no están aseguradas. Pero no solo eso: el Gobierno catalán, que parecía unido, ya no lo está tanto. Y otro cambio notable es que la CUP se queda sin excusas para vetar los Presupuestos de la Generalitat que prepara el 'conseller' de Economía, Jaume Giró. De repente, todo ha cambiado.

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