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¿Quién manda en Junts? Jordi Sànchez maniobra para controlar el partido
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EL RECIÉN INDULTADO ES UN HÁBIL ORGANIZADOR

¿Quién manda en Junts? Jordi Sànchez maniobra para controlar el partido

El secretario general de JxCAT, recién excarcelado, intenta tomar el control de la formación de Puigdemont, muy dividida, y en la que tiene grandes enemigos

Foto: El secretario general de JxCAT, Jordi Sànchez. (EFE)
El secretario general de JxCAT, Jordi Sànchez. (EFE)

El secretario general de Junts per Catalunya (JxCAT), Jordi Sànchez, uno de los líderes independentistas recientemente indultado, se está moviendo entre bambalinas para reforzar su poder dentro del partido que preside Carles Puigdemont. "Quiere controlar hasta el último detalle de Junts para poner la organización a su servicio y para convertir a este partido en una auténtica máquina electoral", explica a El Confidencial una fuente cercana al antiguo presidente de la Asamblea Nacional Catalana (ANC).

Sànchez no proviene de las filas de Convergència y es consciente de que necesita una estructura que le ampare. Hace unas semanas, se descolgó diciendo que el referéndum del 1 de octubre de 2017 no se hizo para declarar la independencia, sino para forzar al Gobierno central a negociar un referéndum legal. Un sector de su partido impulsó una recogida de firmas para obligarle a dimitir por haber realizado esa reflexión. A raíz de ese movimiento interno, le quedó claro que necesita dominar todo el aparato de la formación para no quedar a merced de ningún sector.

"Jordi es un hombre que no tiene cuota de poder dentro de JxCAT. No consiguió controlar la estructura del partido y solo influyó en dos nombramientos. En el del consejero de Economía, Jaume Giró, aunque fuese de refilón, porque su nombre vino por otro lado y él se limitó a dar luz verde. Y en el de la delegada del Govern en Tarragona, Teresa Pallarés. Pero enfrente tiene a los grupos que vienen del PDeCAT, de Convergència y a los amigos de Puigdemont, organizados por sectores. En cambio, él no tiene a nadie. Ahora, fuera de la cárcel, se dedica en cuerpo y alma a asentar la estructura de Junts", relata a El Confidencial uno de sus amigos.

Foto: El secretario general de JxCAT, Jordi Sànchez. (EFE)

Pero ¿cómo es posible que un hombre que no proviniese de Convergència y sin el apoyo de las amplias plataformas postconvergentes hubiese cogido las riendas de JxCAT? Por dos razones: "Porque a Puigdemont, por extraño que parezca, no le gusta mandar y jamás se mete en problemas. Huye del conflicto. Jordi Sànchez estaba en el lugar adecuado en el momento oportuno y fue el elegido para manejar las riendas del partido. A partir de ahí, el desinterés de Puigdemont hizo el resto. Siempre tuvo el apoyo del presidente. También tiene su importancia el hecho de que es un tipo muy trabajador y lo suficientemente hábil como para llevar a cabo cualquier proyecto que le interesa", subraya la misma fuente.

Un polvorín

Sànchez aterriza en un momento difícil para JxCAT, una formación que es un polvorín con distintas familias a veces enfrentadas entre ellas. Por un lado, están los cuadros de la extinta Convergència, que pasaron por el PDeCAT hasta acabar en Junts. Ahí hay que ubicar a la antigua guardia de CDC, entre cuyos miembros destacan el propio Carles Puigdemont, Jordi Turull y Josep Rull, estos dos últimos indultados recientemente.

Turull es un peso pesado dentro de la formación, con gran predicamento y capaz de marcar perfil propio, no en vano fue jefe de filas de CiU en el Parlament y consejero de Presidencia. Rull, por su parte, perdió influencia en la formación. Había sido secretario de Organización de CDC y dominaba la estructura territorial, pero JxCAT no tiene una gran implantación comarcal y local. Sin embargo, los de Puigdemont están convencidos de que una gran parte de los alcaldes que ahora están en el PDeCAT se pasarán a Junts en las próximas municipales. Rull, además, perdió en el reparto de poder para copar las áreas del Govern. Así como dos personas próximas a Turull son consejeras (la de Exteriores, Victòria Alsina, y la de Justicia, Lourdes Ciuró), el único consejero adscrito al sector de Rull, Damià Calvet, salió del Ejecutivo para recalar como presidente del Puerto de Barcelona.

Los pretorianos de Puigdemont

Entre los hombres de confianza de Puigdemont se ubican la líder de Junts en el Ayuntamiento barcelonés, Elsa Artadi, o el portavoz adjunto en el Parlament, Josep Rius. En este grupo se encuadraría también Jaume Alonso-Cuevillas, abogado defensor de Puigdemont. El actual vicepresidente del Govern, Jordi Puigneró, estaría a caballo entre el sector que proviene de CDC y el de las personas de confianza del fugado. El presidente del grupo parlamentario, Albert Batet, está en esa misma posición. Este grupo próximo al 'expresident' ha perdido cuota de poder tras la formación del Govern y del Parlament. Por una parte, Cuevillas renunció a formar parte de la Mesa; por otro lado, Artadi y Rius renunciaron a ser consejeros.

Algunas de las fuentes consultadas afirman que la larga mano e influencia de Jordi Sànchez estaba detrás de la retirada de Elsa Artadi (cuyo nombre estaba prácticamente cantado para consejera de Economía y vicepresidenta del Govern) y del casi nombrado consejero de Exteriores, Josep Rius. "Si Elsa hubiese querido ser vicepresidenta, lo hubiese sido. Fue una decisión muy personal", aseguran las fuentes. La actual portavoz municipal de Junts en el Ayuntamiento de Barcelona (y vicepresidenta de JxCAT) estaba muy molesta, según estas voces, por como se habían desarrollado las negociaciones para formar Govern y sabe que tiene la reelección casi asegurada como alcaldable por Barcelona. Pero afirman estas fuentes que "Jordi Sànchez no fue el responsable de su retirada. Es más: así como hay dos consejeros que son muy cercanos a Jordi Turull, no hubo ninguno impuesto directamente por Sànchez. Ahí sí que supo negociar y quedar bien con todos".

Foto: El coordinador nacional de ERC y candidato a la investidura, Pere Aragonès. (EFE)

El partido y el grupo parlamentario tiene más facciones: existe un grupo heterogéneo recién llegado a las filas 'junteras'. Se trata de los fichajes independientes que a veces hacen chirriar el mecanismo del partido. La presidenta del Parlament, Laura Borràs, protegida del ‘expresident’ Quim Torra, es el mejor exponente de este sector. Otros fichajes son Joan Canadell, expresidente de la Cámara de Comercio de Barcelona, y Aurora Madaula, que integra la Mesa del Parlament y que es otra afín del 'expresident'. Cada uno de ellos va por libre.

Un último sector es el compuesto por los socios de Junts, es decir, por formaciones que se han integrado en la candidatura de Puigdemont. La diputada Titón Laïlla proviene de Demòcrates de Catalunya, una escisión de UDC, mientras que otro representante de este partido, Antoni Castellà, no resultó elegido al ir en el puesto 25 por Barcelona (JxCAT solo obtuvo 16 escaños en esta demarcación). JxCAT, no obstante, ha de dar salida también a algunas reivindicaciones de otros socios, como Solidaritat Catalana per la Independència, Reagrupament, Moviment d’Esquerres, Els Verds o Independentistas d’Esquerres (una de sus diputadas, Irene Negre, fue de número 6 por Tarragona y su líder cerró la lista de Junts por esa demarcación; el 'payaso' Jordi Pesarrodona fue de número 33 por Barcelona, pero tampoco salió elegido).

Precisamente por esta fragmentación, Jordi Sànchez lo tiene a su favor para tomar el control del partido y poner a la organización a sus pies: "En los últimos años, hemos asistido a la muerte de Convergència y la gente se ha acostumbrado a estructuras informales. En poco tiempo, se van a encontrar con una estructura que será más tradicional: impulsará cosas y diseñará la estrategia. En definitiva, se notará la mano de Jordi al timón. Y le agradecerán que acabe esa etapa de indefinición que hace años que impera en las filas del independentismo que proviene de Convergència".

Foto: Pere Aragonès, acompañado por todo su Ejecutivo. (EFE)

"Es un animal político"

El secretario general de JxCAT, dicen los que le conocen, "es de la escuela del PSUC". Es decir, del antiguo partido comunista de Cataluña. No en vano fue director de la Fundación Jaume Bofill, vinculada al PSUC, durante años. Y luego, pasó a ser adjunto del Síndic de Greuges (Defensor del Pueblo) Rafael Ribó, también proveniente del PSUC.

Desde ese cargo, inició el asalto a la ANC, organización de la que consiguió ser presidente a pesar de no haber sido el candidato que más votos sacó en las elecciones. "Jordi conoce como nadie el mundo de la organización. Es un hombre nacido para organizar, un animal político. Solo hay que tener en cuenta que la ANC fue ideada para ser una estructura con la cúpula blindada, con el fin de que nadie pudiese mandar en ella. Y Jordi consiguió lo que parecía imposible: mandar y tener mucho peso personal en la Asamblea", explica a este diario otro amigo suyo.

Vaticina un reconocido militante que el recién indultado "será un secretario general plenipotenciario y lo notarán enseguida. Los conspiradores que hace unas semanas pedían su cabeza no saben con quién se han metido. Desde que ha salido de la cárcel, está en plena forma y mueve hilos para controlar todos los recovecos de Junts". El resultado, auguran las fuentes, será espectacular: todos le deberán sus cargos al partido, aunque, en última instancia, se los deberán a él, a Jordi Sánchez.

El secretario general de Junts per Catalunya (JxCAT), Jordi Sànchez, uno de los líderes independentistas recientemente indultado, se está moviendo entre bambalinas para reforzar su poder dentro del partido que preside Carles Puigdemont. "Quiere controlar hasta el último detalle de Junts para poner la organización a su servicio y para convertir a este partido en una auténtica máquina electoral", explica a El Confidencial una fuente cercana al antiguo presidente de la Asamblea Nacional Catalana (ANC).

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