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TV3 afronta el primer caso de un periodista que invoca la cláusula de conciencia
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Les acusa de control político

TV3 afronta el primer caso de un periodista que invoca la cláusula de conciencia

El abogado del reportero televisivo, Santiago Torres, ha trasladado la documentación con los detalles del caso a los miembros de la Comisión de Control de la CCMA en el Parlament

Foto: Foto: EFE.
Foto: EFE.

TV3 afronta el primer caso en su más de 30 años de historia de un periodista que exige dejar la empresa invocando la cláusula de conciencia, el recurso ético que tienen los periodistas para preservar su profesionalidad por encima de los intereses empresariales. La demanda se ha presentado en el juzgado número 6 de lo Social de Barcelona y llega en el peor momento, cuando la nueva Generalitat de Pere Aragonès tiene que negociar con el PSC la presidencia de la Corporació Catalana de Mitjans Audiovisuals (CCMA) y cuando debe de abrir un concurso para nombrar un nuevo director de TV3 que sustituya a Vicent Sanchis.

El periodista Santiago Torres es uno de los ENG (una categoría de cámara periodista) más veteranos y trabajaba en 30 Minuts, la sección de grandes reportajes propios de la cadena autonómica. Ha ganado diversos premios por sus trabajos entre el periodismo de investigación y el documentalismo.

En 2017 se le encargó en reportaje, Setge al referéndum, que versaba sobre la aplicación del 155 en Cataluña tras el intento de sedición por parte del independentismo. Según la versión del abogado de Torres, hasta el verano de 2017, cuando el jefe de informativos David Bassa le convocó a una serie de reuniones, con motivo de la elaboración del documental sobre el proceso, a fin de dar directrices y anunció que él, como jefe de informativos, sería la persona que establecería los contactos con los políticos que participarían en este documental. Santiago Torres afirma que nunca había asistido a reuniones de estas características —limitando su independencia— en toda su carrera y no aceptó esta tutela. Ese fue su último documental en 30 Minutos. A partir de ese momento ya no pudo seguir trabajando en su especialidad.

Foto: Empar Moliner y Pilar Rahola son dos de las principales agitadoras políticas de TV3. (TV3)

Desde ese instante, empezó el conflicto entre Torres y TV3 que se ha prolongado hasta hoy. De hecho, el abogado de Torres ha trasladado la documentación del caso a los miembros de la Comisión de Control Parlamentario de la CCMA.

El caso ha sido largo. Se ha requerido a Bassa y a los servicios jurídicos de TV3 que dieran su versión de los hechos. No se ha obtenido respuesta, como tampoco de la dirección de comunicación de la CCMA, pero es cierto que todo el caso se encuentra 'sub judice'.

Torres ya puso una primera denuncia por acoso a TV3 cuando Bassa lo fue apartando de la actividad profesional en la que estaba especializado, la realización de grandes reportajes en formato documental. Esa denuncia por acoso laboral, Santiago Torres la perdió. El juez le acabó dando la razón a TV3.

Larga lucha judicial

Tras esta batalla judicial, el trabajador siguió con su pulso, esta vez enfocándolo desde el punto de vista de la cláusula de conciencia, un elemento constitutivo del derecho a la información en la medida en que se configura como una garantía para su ejercicio efectivo. A esas alturas ya le habían degradado a redactor de mesa del 3/24, el canal de noticias 24 horas en catalán de la CCMA, un puesto para redactores jóvenes que acaban de entrar y que no permite, en la mayoría de los casos, elaborar material propio, que había sido hasta entonces la especialidad de Santiago Torres.

Torres alega en su demanda que David Bassa ha demostrado una clara voluntad de control sobre los periodistas, con el objetivo de que los mensajes emitidos respondan siempre a una determinada visión política e ideológica.

Santiago Torres lleva cuatro años con diversos pleitos con TV3 por esta cuestión

Sin embargo, no se trata de un problema de la dirección de TV3 contra un periodista constitucionalista. En el fondo, es un conflicto de periodistas independentistas contra periodistas independentistas, con trasfondo profesional. Como no ha habido un sesgo ideológico, el Colegio de Periodistas no ha entrado en la cuestión, aunque en puridad debería pasar lo contrario, cosas de la Cataluña del 'procés'. Lo mismo ha hecho el Comité Profesional de TV3, que ha preferido ponerse de perfil en este pulso profesional.

Cuestión incómoda

Como no era conflicto entre independentistas y españolistas y no se podía buscar un villano desde el punto de vista ideológico, durante todo el conflicto muchos colectivos han preferido ponerse de perfil. El comité de empresa de TV3 le prestó apoyo jurídico pero prefirió no pronunciarse sobre el caso hasta que no se cambiase el protocolo de acoso laboral.

La polémica debilita la posición de Vicent Sanchis, que ha de afrontar su relevo o intentar seguir presentándose a un concurso público para que se le escoja como director profesional, en caso de que quisiese continuar.

TV3 afronta el primer caso en su más de 30 años de historia de un periodista que exige dejar la empresa invocando la cláusula de conciencia, el recurso ético que tienen los periodistas para preservar su profesionalidad por encima de los intereses empresariales. La demanda se ha presentado en el juzgado número 6 de lo Social de Barcelona y llega en el peor momento, cuando la nueva Generalitat de Pere Aragonès tiene que negociar con el PSC la presidencia de la Corporació Catalana de Mitjans Audiovisuals (CCMA) y cuando debe de abrir un concurso para nombrar un nuevo director de TV3 que sustituya a Vicent Sanchis.

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