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La CUP no dará tregua a Aragonès: "ERC, cumple, ¡vamos a por vosotros!"
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La CUP no dará tregua a Aragonès: "ERC, cumple, ¡vamos a por vosotros!"

Los anticapitalistas, socios del nuevo Govern, ponen en marcha los comandos Acabem la Partida, más radicalizados y politizados que los propios CDR

Foto: El 'president', Pere Aragonès, con la portavoz de la CUP, Dolors Sabater. (EFE)
El 'president', Pere Aragonès, con la portavoz de la CUP, Dolors Sabater. (EFE)

Pere Aragonès empieza con mal pie su etapa de ‘president’. A los resquemores que despierta en sectores relevantes de su socio de gobierno, JxCAT —pues incluso hay quienes pretender reventar la legislatura al cabo del primer año—, tiene que sumar las suspicacias que genera en el otro aliado, la CUP. La formación 'antisistema' dejó muy claro, en el primer día tras la investidura, que su actitud y su estrategia no serían precisamente condescendientes.

La primera herida la asestó al protagonizar una sonora protesta contra un desahucio cuando Aragonès ni siquiera había formado Gobierno. Desde primera hora de la madrugada, algunas plataformas radicales de Barcelona comenzaron a propagar un mensaje urgente: “A las 8.00 de la mañana, desahucio de Axel, Arkaitz y Manel. Calle Lleida, 38. No nos echarán. Ningún desahucio más”. Minutos más tarde, otro mensaje reclamaba: “Cada vez somos más en calle Lleida con calle Joaquim Blume porque el barrio no está en venta. El barrio se defiende. Pere Aragonès, ¿un desalojo más?”. Quien movía los hilos de los mensajes eran dos organizaciones de las más activas de Barcelona: Sindicat de Barri del Poble Sec y Sindicat d’Habitatge del Raval, las dos plataformas antidesahucios más activas de Barcelona.

Foto: Ocupación de la sede de ERC. (EFE)

Poco después de las siete de la mañana, de nuevo llamaban a la movilización. “Necesitamos ser muchos a Lleida 38 para parar el desahucio. Sigue la violencia policial, pero sigue llegando la solidaridad de las vecinas. La clase trabajadora no se rinde tan fácilmente. Este desalojo lo pararemos”. Cuando ya el sol calentaba las aceras, en la concentración, que reunía a un centenar de activistas, llegó la plana mayor de la CUP parlamentaria: los diputados Dolors Xabater, Carles Riera, Eulàlia Reguant y Xavier Pellicer se situaron entre el grueso de los activistas y el cordón policial que defendía un pasillo para que pudiese pasar la comitiva judicial que procedía al desahucio.

"¡Vamos a por vosotros!"

La asistencia de la plana mayor de los ‘cuperos’ no es una anécdota. Hay una intención de fondo. Un plan. La CUP, junto con los comités de defensa de la república (CDR), ha puesto en marcha unos grupos de choque denominados Acabem la Partida (Acabemos la Partida) para movilizar la calle. Son una especie de CDR más radicales y politizados. “Después de ver la brutalidad policial y de ver que ERC no está cumpliendo, no pararemos. Basta de desalojos. ERC, cumple. ¡Vamos a por vosotros!”, reclamaban hace unos días en unos mensajes distribuidos a través de plataformas creadas en las redes sociales.

En esos momentos, el Sindicat de Barri Poble Sec y el Sindicat d’Habitatge del Raval distribuían un cartel con la cara de Aragonès en el que decían que habían ocupado la sede de ERC, en la calle Calabria, “hasta que paren el desalojo de Axel, Arkaitz y Manel”. Decía el mensaje adjunto: “No pensamos marchar hasta que paren esta barbarie. Pere Aragonès: nos retiraremos cuando retires la Brimo. Hoy toca decidir si estás con la gente o con los fondos buitre. Bienvenido, Aragonès”. Entre la cuarentena de 'asaltantes' de la sede, sin embargo, se encontraban algunos activistas de Arran, las juventudes de la CUP.

Los alborotos se saldaron con cinco activistas detenidos, dos de ellos por lanzar objetos a la policía desde un sexto piso y tres por coacciones

Los mensajes de uno de los comités de defensa de la república (CDR) llamando a asaltar la sede republicana incluían un documento: el pacto firmado días antes entre ERC y la CUP. En él, Esquerra se comprometía a modificar el protocolo de los desahucios —y, entre otras cosas, citaba textualmente que tanto los ARRO (grupos de intervención territoriales) como la Brigada Móvil (Brimo) no intervendrían en los desalojos de familias o personas vulnerables—, así como a desplegar herramientas para “suspender los desahucios hasta que no se garantizase el derecho a la vivienda a través del parque público”.

Los alborotos se saldaron con cinco activistas detenidos, dos de ellos por lanzar objetos contundentes a la policía desde un sexto piso y tres por coacciones. Unos días antes, el 7 de mayo, fueron desalojadas tres familias, una de ellas con una niña y una anciana enferma de párkinson. La madre de familia de una de ellas se autoapuñaló cuando la policía entró en su piso. Apenas hubo repercusión mediática. Las Asambleas de Barrios, una plataforma que trata de coordinar los diferentes movimientos antidesahucio, calificó la situación de “insoportable” porque los desalojos afectaban especialmente a familias.

Vigilancia estrecha de los socios

Pere Aragonès es el protagonista indirecto de la estrategia de la CUP. Fuentes cercanas a esta plataforma señalan a El Confidencial que la labor esencial es vigilar al 'president' y hacer que cumpla sus compromisos. “Nuestra meta es acelerar la independencia y provocar que haya cambios sociales de verdad. Desde el primer momento, exigimos que haya un plan de rescate social y que se apliquen medidas concretas desde el inicio de la legislatura con las que se cambie el 'statu quo”.

En JxCAT, la sensación es parecida. Por ejemplo, poco después de la investidura, en las plataformas controladas por grupos cercanos a Carles Puigdemont se comenzó a difundir una esquela del 29 de noviembre de 1973, firmada por José Aragonés Montsant, abuelo de Pere Aragonès y alcalde de Pineda de Mar, en la que lamenta el atentado del almirante Luis Carrero Blanco. “El grave error es que este personaje [Pere Aragonès] haya podido llegar al politburó de ERC sin que las bases se le hayan echado encima por ser quien es, por lo que hace y por lo que piensa; todo bastante contrario de lo que te ‘venden’ en el programa del partido”, se quejaba un internauta tras recordar que la familia del nuevo ‘president’ ha heredado “un imperio hotelero”.

Foto: Pere Aragonès. (EFE)

Es quizás el leve síntoma de una actitud. Como adelantaba este domingo pasado El Confidencial, un destacado sector de la formación que dirige Puigdemont desde Waterloo (Bélgica) prefiere estrechar el cerco al presidente y vigilarle de cerca, no sea que se le escapen los hitos de la agenda independentista. A la expectativa de Junts, se une la supuesta beligerancia de la CUP. Son sus socios. No la oposición. Difícil papeleta la de Aragonès.

Pere Aragonès empieza con mal pie su etapa de ‘president’. A los resquemores que despierta en sectores relevantes de su socio de gobierno, JxCAT —pues incluso hay quienes pretender reventar la legislatura al cabo del primer año—, tiene que sumar las suspicacias que genera en el otro aliado, la CUP. La formación 'antisistema' dejó muy claro, en el primer día tras la investidura, que su actitud y su estrategia no serían precisamente condescendientes.

Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) CDR
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