Aragonès se propone "culminar la independencia" siguiendo el ejemplo escocés

Pere Aragonès ha abierto el debate de investidura con pocas alusiones a la Mesa de Diálogo, pero ha dejado claro que su prioridad es una vía a la escocesa: “Estoy seguro de que los escoceses votarán y estoy seguro de que los ingleses harán lo imposible por seducir a los escoceses. Y lo que será posible para Escocia ha de ser posible para Cataluña. Lo que será posible en el Reino Unido ha de ser posible para el Estado español”. La vía eslovena queda para los fans de Quim Torra.

"Quiero un referéndum de autodeterminación donde aquellos que legítimamente defienden que Cataluña debe seguir formando parte del Estado español, en lugar de negarnos sistemáticamente el derecho a decidir que tenemos como nación, hagan una propuesta política para Cataluña. Que dejen tener miedo de las urnas y expliquen por qué debemos optar por quedarnos en España", ha explicado en el Parlament.

“Por primera vez en este siglo, Cataluña tendrá a la vez un presidente de izquierdas e independentista. Y por eso voy a gobernar”, ha añadido, “para ser un 'president' para todos”.

Tiende la mano a los comunes

Durante el debate, el candidato de ERC ha tendido la mano a los comunes, pidiendo su voto, recordando el apoyo que los republicanos han prestado al Ejecutivo de Pedro Sánchez con Podemos. Como si pensase en el apoyo que precisará de los comunes para aprobar los Presupuestos de 2022. Como si aún fuese 'conseller' de Economía. Como si no tuviese 'conseller' de Economía, que en este momento no lo tiene. Como si Elsa Artadi hubiese salido corriendo no por sus problemas en JxCAT, sino porque conociese de antemano el discurso radicalmente de izquierdas que ha hecho el candidato de ERC. Un discurso reformador, pero muy abierto a las clases medias bajas y urbanas nunca han votado a los independentistas.

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Agencias

Aragonés pide el apoyo a las fuerzas con las que comparte una misma idea de "progreso" y en la "libertad de los presos y presas políticos" y ha recordado que es “lo que nosotros hemos hecho en otros ámbitos”. El espíritu de Gabriel Rufián estaba en el hemiciclo del Parlament. Solo le aplaudían los de ERC. Los de JxCAT han permanecido helados en sus escaños.

Aragonés defendió “aprovechar cualquier grieta para hacer avanzar el país. Hoy pueden hacer lo que nosotros hemos hecho en otras ocasiones. No se opongan a la transformación verde, feminista y democrática”. La ironía es que Aragonès abandonó las negociaciones con los comunes para pactar con su socio histórico, JxCAT.

“Hay que gobernar a partir de las luchas compartidas”, ha insistido Aragonès, además de abogar por que “hay que dar a la mal llamada periferia el papel de centralidad que merece”. Desde el independentismo, una referencia a la periferia del área metropolitana, una opa hostil al granero de votos del PSC. “Aquellos que rechazan la república catalana han de saber que la república nunca les rechazará a ellos”, ha añadido el candidato a presidir la Generalitat.

Aragonès ha vestido su discurso del barniz programático que faltaba en el acuerdo de gobierno entre ERC y JxCAT, centrado en cuatro ejes: amnistía y autodeterminación, las políticas verdes, el feminismo y la regeneración democrática. Y al contrario de lo que hizo en su primer intento de ser 'president', ha hecho varias menciones a “una Generalitat comprometida con todo el país”. Por primera vez en muchos años, los votantes no soberanistas estaban en la mente del candidato a 'president'.

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Marcos Lamelas. Barcelona

"Presento mi candidatura a la presidencia de la Generalitat para culminar la independencia de Cataluña y hacer inevitable la amnistía y el derecho a la autodeterminación", ha sido la primera fase de su discurso. Por tanto se mantiene el mantra del independentismo, pero se alargan los tiempos. En varios momentos de su discurso ha hablado de “varias legislaturas”. El horizonte temporal ya no es el “tenim pressa” del puigdemontismo irredento.

Cambio de estilo

“Seré breve. Todos tenemos mucho trabajo pendiente… desde hace mucho tiempo”, ha sido la única ironía que se ha permitido el candidato republicano. Y ha anunciado un cambio de estilo alejado del reglamentarismo de la izquierda: “Nos hace falta una manera diferente de gobernar, una manera ágil, actuando con agilidad y claridad. Y nos tenemos que comprometer a rendir cuentas”. Y sí, el discurso fue breve, apenas 45 minutos.

El credo socialdemócrata ha impregnado buena parte del discurso, casi más que la independencia. “Vamos a garantizar casa y trabajo, educación y salud para todo el mundo”, ha asegurado. Y ha recordado su plan ya presentado en el anterior debate de 700 millones para un rescate social de urgencia.