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JxCAT aprieta las tuercas a ERC y ofrece la expectativa de un pacto de última hora
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JxCAT aprieta las tuercas a ERC y ofrece la expectativa de un pacto de última hora

Los de Puigdemont han aumentado la dificultad del pacto con una pinza entre la presidenta del Parlament, Laura Borràs, y las bases de la formación, que ahora deben dar el visto bueno

Foto: El candidato de ERC a la presidencia de la Generalitat, Pere Aragonès. (EFE)
El candidato de ERC a la presidencia de la Generalitat, Pere Aragonès. (EFE)

JxCAT está apretando las tuercas a ERC con la expectativa de un pacto de última hora, que ya no será esta semana de mayo, sino que se cerraría en última instancia cerca del día 26, cuando vence el límite para la repetición electoral. Se están discutiendo las 'conselleries' casa por casa, según detallan fuentes conocedoras de los contactos. Pero JxCAT ha subido el precio, aspira a todo —por otra parte, igual que ERC— y el mensaje que está lanzando es aumentar la dificultad del pacto con una pinza entre la presidenta del Parlament, Laura Borràs, y las bases de la formación, a las que ahora se ofrece la potestad de la última palabra para que den su visto bueno a lo que se acuerde.

En una jugada típica de la CUP, JxCAT anunció ayer que las bases de su partido tendrán que refrendar el acuerdo. Como están mucho más radicalizadas que sus dirigentes, la perspectiva que tiene ERC es un nuevo peaje que encarecerá el precio del acuerdo. De alguna manera, pasó lo mismo en la legislatura anterior, cuando ERC logró controlar el 70% del presupuesto de la Generalitat para ceder en sus posiciones.

Foto: Pere Aragonès y Laura Borràs. (EFE)

Laura Borràs, por su parte, ya ha advertido de que no convocará otro pleno de investidura si Pere Aragonès no cuenta con las mayorías necesarias, lo que impediría que ERC pudiese hacer que los votantes soberanistas visualizasen que los culpables de la repetición electoral son los de Puigdemont.

La única buena noticia para ERC ayer fue la salida del diputado Francesc Dalmases del grupo negociador de JxCAT, según explican fuentes parlamentarias cercanas a las conversaciones para constituir la nueva Generalitat. Dalmases era el representante del sector más duro de JxCAT, el de Laura Borràs, que aboga por que no haya pacto y que su formación pase a la oposición.

Foto: Francesc Dalmases de Jxcat. (EFE)

El pasado viernes JxCAT elevó el precio de la negociación: exige las 'conselleries' de Economía, de Exteriores, de Salut, que encabezará Josep Maria Argimon; además de Interior: lo que les daría como resultado el control del comité de emergencias, el Procicat; mantener la Conselleria de Políticas Digitales, con el 'conseller' y hombre de confianza de Carles Puigdemont, Jordi Puigneró, al frente; la Dirección General de Medios Audiovisuales, y retener la presidencia de la CCMA, la corporación pública que controla TV3. Jordi Sànchez lo quiere todo y considera que el tiempo juega a su favor.

Problema de fondo

Además, hay un problema de fondo. JxCAT acepta que ERC tenga dos años para reactivar la mesa de diálogo. Pero ambas formaciones discrepan sobre qué hacer después. JxCAT quiere, al menos de formar retórica, recuperar la ruptura unilateral. Los de Oriol Junqueras prefieren continuar con el diálogo y alargar los plazos. De fondo está que los dos partidos se han comprometido a aprovechar lo que consideran oportunidad histórica por tener el 52% de los votos emitidos con un enfoque independentista. Pero en la práctica esto es algo muy difícil de implementar.

Desde los fondos europeos hasta las políticas digitales, todo es trinchera

Por tanto, hay problemas prácticos de encaje en el reparto de carteras, pero también filosóficos: cómo justificar que se aparca el proyecto independentista, como mínimo dos años. Tres si se quieren aprovechar los fondos europeos, por los que en teoría también se está luchando a brazo partido.

Foto: Parlament de Cataluña. (iStock)

Y en esos dos o tres años, ¿qué se hace? ¿Se renuncia a nueva financiación autonómica, por ejemplo? Nada está claro y la negociación se va complicando. ERC tampoco quiere renunciar a sus exigencias: una 'superconselleria' de Presidencia, que controle Difusión y Medios Audiovisuales, Mundo Local y Políticas Digitales (eso deja fuera de juego a Puigneró); separar Economía y Hacienda, quedándose esta última; fusionar Exteriores y Acción Climática, una propuesta sin precedentes en otras administraciones.

Programa de gobierno

Sí que se avanza en el programa de gobierno de la nueva Generalitat, pero no se ofrecen detalles al respecto. También se ha pactado una estrategia conjunta en el Parlament. Sigue habiendo discrepancias en la estrategia a seguir en el Congreso y en el papel del Consell per la República.

Tras el día de ayer, cada vez hay más factores que pueden hacer descarrilar las conversaciones: Puigdemont, ahora Oriol Junqueras, al sumarse a la negociación; las bases de JxCAT, la CUP e incluso hasta Jordi Sànchez. Aunque todos aseguran que al final se llegará a un acuerdo, la arquitectura del mismo cada vez parece más alambicada y más frágil.

JxCAT está apretando las tuercas a ERC con la expectativa de un pacto de última hora, que ya no será esta semana de mayo, sino que se cerraría en última instancia cerca del día 26, cuando vence el límite para la repetición electoral. Se están discutiendo las 'conselleries' casa por casa, según detallan fuentes conocedoras de los contactos. Pero JxCAT ha subido el precio, aspira a todo —por otra parte, igual que ERC— y el mensaje que está lanzando es aumentar la dificultad del pacto con una pinza entre la presidenta del Parlament, Laura Borràs, y las bases de la formación, a las que ahora se ofrece la potestad de la última palabra para que den su visto bueno a lo que se acuerde.

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