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Separatismo de talonario: Cataluña destinó miles de euros en comprar 'amigos' fuera
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Fiscalización de la 'política exterior'

Separatismo de talonario: Cataluña destinó miles de euros en comprar 'amigos' fuera

En la última década, la Generalitat ha destinado a su acción exterior casi 500 millones de euros con los que intentaron comprar 'amigos' y complicidad a la causa independentista

Foto: Carles Puigdemont, junto a Comín y Ponsatí. (EFE)
Carles Puigdemont, junto a Comín y Ponsatí. (EFE)

Los independentistas intentaron separarse de España a golpe de talonario. Millones de euros se fueron en gastos que no sirvieron para nada. En la última década, se destinaron a la acción exterior casi 500 millones de euros. Con ellos, se intentaron comprar amigos, voluntades, guiños cómplices de gobiernos y personalidades. Solo algunos políticos de segunda fila mordieron el anzuelo, tras ser generosamente regados con viajes gratis total a Cataluña o con agasajos diversos.

En cambio, ningún alto cargo gubernamental de ningún país se dignó a apoyar el referéndum de Cataluña. La estrategia del talonario no dio sus frutos, aunque sirvió para una cosa: desvelar las malas artes del soberanismo. Por ejemplo, la espléndida Cataluña llegó a subvencionar con 100.000 euros a la Oficina del Alto Comisionado para los Derechos Humanos de la ONU en 2017.

Foto: El exconseller de Exteriores Raül Romeva. (EFE)

Fue una “contribución voluntaria” oscura y realizada con asientos contables que rezuman irregularidades, pero le sirvió para decir después que la ONU criticaba a España por los ‘presos políticos’. Nada más lejos de la realidad. Esa oficina sí elaboró un informe de apoyo a los ‘presos políticos’, pero dicho informe no fue aprobado por el pleno, por lo que no puede atribuírsele a la ONU.

Subvención al Banco Mundial

También se intentó con el Banco Mundial, al que el Govern dirigió otros 100.000 euros. Lo hizo en julio de 2017, a las puertas del referéndum ilegal, con la socapa de ser para la “promoción de un enfoque conductual en proyectos de reducción de la pobreza en Líbano, Etiopía y Nicaragua”, mientras los altos cargos del Govern recorrían medio mundo buscando financiación para la nueva República Catalana.

El propio Artur Mas, cuando era ‘president’, vendía la independencia de Cataluña en Europa, Asia y América sin reparar en gastos

En su informe de fiscalización, el Tribunal de Cuentas advierte de que “es necesario que las actividades de cooperación al desarrollo se realicen por la entidad que tiene encomendadas esas tareas por la legislación catalana (la agencia catalana de cooperación, ACCD), clarificando la gestión de esas ayudas y evitando que, a su amparo, otros departamentos atribuyan irregularmente subvenciones de ese carácter a organismos internacionales como instrumento para facilitar su aceptación en los mismos”. Ese párrafo, advierte a pie de página, se refiere a la subvención al Banco Mundial.

El propio Artur Mas, cuando era ‘president’, vendía la independencia de Cataluña en Europa, Asia y América (a África, por su poco peso político, nunca se le hizo caso) sin reparar en gastos. En uno de sus viajes a los Estados Unidos llegó a gastar 136.000 euros. Y, para sentarse en la misma mesa que el presidente de Francia, viajó a París con un séquito de 21 personas.

Los viajes de Puigdemont

Puigdemont no se queda atrás: del 26 al 31 de marzo de 2017, viajó a USA con el entonces consejero de Exteriores, Raül Romeva, para “extender el conocimiento de lo que está pasando en Cataluña y por qué está pasando”. Visitó Boston, Washington y Nueva York para acabar pronunciando la conferencia ‘Cataluña hoy y mañana’. El viaje costó 81.061 euros de gastos del ‘president’, 8.218 euros de gastos de Romeva y 19.186 euros más de diversos costes abonados por la ‘embajada’ de la Generalitat. Una semana más tarde, Puigdemont volvió a USA donde se reunió con Jimmy Carter “para explicarle la situación política de Cataluña”. La Generalitat intentó rentabilizar el encuentro dando a entender que la entidad apoyaba la independencia, pero la Fundación Carter emitió un duro comunicado desmarcándose del referéndum. La ‘broma’ costó al erario público 18.798 euros.

El Govern llegó a pagar 30.000 euros para que le permitiesen dar una charla a Puigdemont. Fue en mayo de 2016, fecha en la que le organizaron una conferencia en Londres bajo el lema ‘Trazando un camino hacia la independencia catalana’. El viaje de Puigdemont costó a los catalanes 16.897 euros; el del consejero de Exteriores, 1.615 euros, y la delegación pagó por el hecho de que pudiese presentar esa conferencia 8.278 euros. El 24 de enero de 2017, Carles Puigdemont fue a Bruselas para pronunciar la conferencia ‘El referéndum catalán’. Su viaje costó 7.373 euros; el de Oriol Junqueras, 3.345 euros; el de Romeva, 2.707 euros.

Foto: Los expresidentes de la Generalitat Carles Puigdemont (d) y Artur Mas. (EFE)

El 26 de junio de 2017, el consejero de Exteriores también pagó 4.200 euros a una fundación para que le permitiese dar una charla en Bratislava, y 685 euros de gastos diversos. Esos dispendios fueron pagados por la delegación de la Generalitat en Austria. La consejería abonó otros 729 euros de gastos de Romeva. El 18 de septiembre, el 'conseller' pronunció la misma conferencia en Praga. Su viaje costó 1.340 euros. Romeva también pagó a una empresa 8.475 euros para pronunciar una conferencia en Eslovenia el 17 de marzo de 2017, titulada ‘Construyendo Europa por procesos democráticos’. Pero el acto estrella fue en junio de ese año, cuando acudió a un festival político en Dinamarca bajo el lema ‘¿Cataluña puede convertirse en el próximo Estado de la UE?’. El viaje de Romeva costó 11.532 euros, aunque luego cargó a las cuentas de la Generalitat otros 1.772 euros en gastos. Un viaje a Nueva York del 'conseller' el 13 de septiembre de 2016 costó 26.179 euros, a los que hay que añadir 4.966 euros de los pasajes.

Dos conferencias sobre el proceso de autodeterminación de Cataluña en Buenos Aires y en Montevideo costaron en mayo de 2015 un total de 6.944 euros. Y una jornada sobre los movimientos independentistas en septiembre de ese año en Vilnius (Lituania) provocó gastos por 6.192 euros. Semanas más tarde, hubo otra jornada sobre la independencia catalana en Berlín, seguida por la presentación de un libro (realizada por la coordinadora de la ANC en Alemania y un debate). Los gastos del secretario general del Diplocat fueron de 5.883 euros. En Luxemburgo, por otro acto similar del 10 de noviembre se pagaron 11.367 euros.

De todos estos pagos se deduce que no eran las instituciones internacionales las que estaban interesadas en el ‘procés’ de Cataluña: era el ‘procés’ de Cataluña el que estaba interesado en las instituciones internacionales para utilizarlas como altavoz político.


El favor de una interpelación suiza

En la fiscalización de los gastos figuran, por ejemplo, 2.008 francos suizos (más de 1.900 euros) por una cena con un “intergrupo de diputados suizos” (una especie de grupos con ‘diputados amigos’ en algunos países como Finlandia o Suiza) en noviembre de 2016, ya con Puigdemont en el poder. En abril de 2017, cuatro diputados suizos fueron invitados a Barcelona, otros 4.157 euros sufragados por la Generalitat. Dos de ellos, ya invitados en Suiza a la cena, habían presentado una interpelación al Consejo Federal de su país pidiendo explicaciones por procesos judiciales abiertos en España contra independentistas. Interpelación que los órganos helvéticos rechazaron.

En Londres, figuran comidas por importe de entre 2.500 y 3.000 euros cada una en 2013 y 2014 (los siguientes años se recortó un poco la asignación de esos encuentros, excepto en 2017, en que costó más de 2.800 euros), a las que se invitaban a periodistas seleccionados para explicarles las movilizaciones en las calles de Cataluña y los objetivos soberanistas. Por asistir a las conferencias de tres partidos, el ‘embajador’ en Londres pagó 7.520 euros. Y por un debate el 4 de septiembre de 2017 en un centro universitario, pagó 4.813 euros.

Foto: El expresidente de la Generalitat Carles Puigdemont. (Reuters)

En junio del 2015, el delegado del Govern en la capital británica acudió a un homenaje al independentista irlandés Terence Mac Swiney y en el acto anunció que las elecciones del 27 de septiembre de 2015 “eran de carácter plebiscitario, ya que es el único instrumento de que ha dispuesto el Gobierno catalán para ver si hay suficiente apoyo popular para la creación de un Estado catalán”. Ese viaje costó 1.243 euros. El 17 de septiembre de 2015, el ‘embajador’ en Estados Unidos y su adjunto viajaron a Ciudad de México para explicar el proceso catalán y el delegado participó en un coloquio organizado por la ANC. Gastaron 3.850 euros.

En Italia, de 2015 a 2017, se pagaron más de 25.000 euros a una empresa para “actividad continua de actualización, preparación de documentos estratégicos y mapeo de ‘stakeholder’ relevantes para la Generalitat”. Nadie conoce qué se hizo, ni las horas invertidas en ello. Solo lo que se pagó. Entre noviembre de 2016 y junio de 2017, se abonaron 29.000 euros a otra empresa para el “asesoramiento y asistencia profesional”. El contrato especificaba que la empresa debía “llevar a las instituciones italianas las demandas de autonomía del Gobierno catalán y abrir un diálogo fructífero y constante sobre la evolución política española”, lo que desborda el ámbito competencial de la Generalitat. En 2017, dos pagos más por 15.225 euros fueron por “asesoramiento legal a la delegación del Gobierno de Cataluña”. No hubo contrato ni rastro del trabajo hecho.

Los independentistas intentaron separarse de España a golpe de talonario. Millones de euros se fueron en gastos que no sirvieron para nada. En la última década, se destinaron a la acción exterior casi 500 millones de euros. Con ellos, se intentaron comprar amigos, voluntades, guiños cómplices de gobiernos y personalidades. Solo algunos políticos de segunda fila mordieron el anzuelo, tras ser generosamente regados con viajes gratis total a Cataluña o con agasajos diversos.

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