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Así es la Barcelona que apoyan Colau y 48.000 vecinos y que cuesta 30 millones de euros
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LOS PRESUPUESTOS PARTICIPATIVOS DE BARCELONA

Así es la Barcelona que apoyan Colau y 48.000 vecinos y que cuesta 30 millones de euros

Un total de 204 proyectos, de los más de 800 presentados, darán forma a los presupuestos participativos del Ayuntamiento, que apuestan por el ecologismo y la sostenibilidad

Foto: La alcaldesa de Barcelona, Ada Colau. (EFE)
La alcaldesa de Barcelona, Ada Colau. (EFE)

La alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, destinará 30 millones de euros a 204 proyectos aprobados en el marco de los presupuestos participativos de la ciudad. Se trata de un instrumento financiero seña de identidad de las formaciones que nacieron y crecieron a rebufo de Podemos y de sus confluencias, pues reciben el apoyo directo de los vecinos. En Barcelona 48.000 han avalado las propuestas.

La intención de la regidora consiste en visualizar que el ayuntamiento es sensible con las propuestas de los ciudadanos, que expresan su parecer. Sin embargo, ello puede propiciar que algunas de las iniciativas, solo con apoyo de un par de docenas de ciudadanos, salgan adelante.

Es lo contrario de lo que ha ocurrido con la remodelación de la Diagonal a través del tranvía, lo que supondrá un coste de casi 40 millones de euros solo en una fase inicial. Esta actuación ya había sido rechazada en referéndum por los vecinos, pero Colau ha obviado esta cuestión y ahora relanza el proyecto con el apoyo de PSC y ERC. No solo eso: además de esa propuesta estrella de su programa, quiere reconvertir Barcelona y restringir duramente el tráfico, construyendo decenas de kilómetros de carriles bici (en una ciudad con poca tradición en esa locomoción), creando cortinas verdes por doquier e implantando huertos urbanos que costarán un riñón a los bolsillos de los barceloneses.

Foto: La alcaldesa de Barcelona, Ada Colau. (EFE)

Para la oposición, además, lo más grave es que muchos de los proyectos presentados están confeccionados por plataformas o militantes de Barcelona en Comú (Bec), el partido de Ada Colau. Los temas recurrentes del ideario de los comunes, de hecho, están presentes en muchas de las propuestas: eliminación del tráfico y de plazas de aparcamiento (en una ciudad con déficit de 'parkings'), apuesta por la ecología, 'pacificación de las calles', desarrollo del 'urbanismo táctico', construcción de carriles bici, potenciación del ecofeminismo e implantación de la perspectiva de género en todos los proyectos.

Alineación ideológica

De los casi 2.000 proyectos que se presentaron para los presupuestos participativos, ya han sido aceptadas 204 propuestas, algunas con poca concreción. De momento, Colau puede tener su propia cosecha ecológica ya que, relacionadas con espacios verdes y huertos urbanos, se han aprobado 24 propuestas. Un total de 78 barceloneses apoyan la realización de "huertos urbanos participativos e inclusivos en el Raval", en el distrito viejo de la ciudad. Se trata de "aprovechar espacios comunes en el Raval para hacer huertos urbanos autosugestionados (sic) y abiertos a tod@s los vecin@s (sic) con el fin de mejorar el tejido social y participativo del barrio, así como fomentar las estrategias de uso de lo común de crecimiento, alimentación saludable y ecológica de kilómetro cero".

Con esos huertos, se pretendería tener más espacios verdes, "mayor y mejor tejido vecinal", capacidad de generación de productos ecológicos, mayor cercanía a la naturaleza, generación de mayor biodiversidad y una concienciación medioambiental. El coste aproximado del proyecto se sitúa en 312.000 euros.

Foto: La alcaldesa de Barcelona, Ada Colau. (EFE)

El producto estrella de los 'presupuestos participativos' de Colau, sin embargo, es la creación de un "nuevo modelo de huerto urbano" en el barrio del Clot, con un presupuesto de 1,8 millones. Se trata de crear un espacio de 2.500 metros cuadrados presentado por la plataforma Green City Lab, que consiste en un espacio comunitario de "agricultura urbana y recuperación ambiental para la educación en permacultura, innovación tecnológica, modelos de gobernanza y autogestión". Pretende generar "verde urbano e impulsar huertos urbanos en espacios en desuso, creando al mismo tiempo talleres de educación y concienciación sobre residuos cero, emergencia climática y transición ecológica, que son las líneas maestras del Plan de Actuación Municipal (PAM)".

Se trata, pues, de un proyecto que casa a la perfección con las estrategias ecologistas de los comunes. En ese modelo de huerto se quiere incorporar otro de los elementos fuertes de la ideología de Barcelona en Comú (BeC), la perspectiva de género. Así, se realizará ese proyecto "desde el ecofeminismo, donde las relaciones se den horizontalmente independientemente del género". Además, quiere ser un modelo "de transición ecológica y un pulmón verde para el distrito". El proyecto ha sido votado por 279 vecinos de Barcelona.

La Barcelona de los huertos

Se escogieron 20 proyectos por distrito, aunque algunos son duplicados, tienen poca viabilidad o resultan meros planteamientos intelectuales. De ellos, el más votado, con 2.441 apoyos, es el de la reforma del campo deportivo Julià de Capmany para la práctica de deportes minoritarios. El siguiente, la creación de patios deportivos inclusivos en la escuela Pau Casals del barrio de Gràcia, obtuvo 705 votos. A partir de ahí, el apoyo a los proyectos cae en picado, hasta el punto de que dos de ellos, aceptados por el consistorio, solo satisfacen a 24 barceloneses. Colau, sin embargo, sacó pecho este jueves por la noche asegurando a través de su canal de Telegram que las 822 propuestas iniciales habían recibido el apoyo de casi 48.000 ciudadanos.

La Barcelona verde, de los huertos urbanos y paredes vegetales, con vallas vegetales y jardines colgantes, parece ser uno de los ejes preferidos en estos 'presupuestos participativos'. En Nou Barris, por ejemplo, también está previsto un 'eje verde' a partir de la eliminación de un solar que ahora se utiliza como aparcamiento. Ese eje incluiría "huertos urbanos, un obrador, compostadoras, ágora, sala de creación artística, y espacios de retención y conducción de agua creando un espacio de biodiversidad". Con un presupuesto de 1,8 millones de euros, este proyecto tiene el voto favorable de 124 barceloneses.

Foto: La alcaldesa de Barcelona, Ada Colau. (EFE)

La creación de jardines, 'paredes verdes' y zonas con vegetación es una de las constantes en muchos de los proyectos. Algunas propuestas pretenden directamente la eliminación de carriles, la conversión de amplias zonas en áreas vetadas a los coches y la eliminación de las zonas de aparcamiento. Así, una de las propuestas que tiene 152 votos pretende reducir la circulación en todo el centro de Barcelona a un máximo de dos carriles de circulación. Y en el barrio del Clot se pretende crear un eje verde en un tramo de la calle Muntanya: a cambio de 1,8 millones de euros, se veta el tráfico y se crea una plataforma para mejorar la conexión de la red de movilidad a pie, con la creación de "itinerarios seguros sensibilizados en la perspectiva de género" y que debería reportar “beneficios para la salud con menos contaminación acústica y ambiental, beneficios para la economía con el favorecimiento del comercio de proximidad, beneficios para la movilidad con la disminución del tráfico rodado y beneficios para la comunidad con la creación de espacios para la interacción de la gente del barrio". La propuesta es apoyada por 174 barceloneses.

Los revolucionarios 'ecochaflanes'

Una de las propuestas estrella es la creación de 'ecochaflanes' en la calle Aragó. Se trata de eliminar los aparcamientos y "recuperar espacio para las personas, en detrimento de los vehículos que ahora los ocupan". El proyecto prevé "reconvertir 14 chaflanes, actualmente dedicados a aparcamientos, en espacios de estancia diseñados con urbanismo táctico: vallas vegetales, bancos, sillas, tiestos con árboles, pintura, etcétera". Los beneficios serán "recuperar 1.000 metros cuadrados para las personas, contribuir a la creación de una calle más amable y tranquila, el aumento de relaciones sociales en el barrio, la mejora paisajística del entorno y el aumento del verde urbano".

El ayuntamiento solo le ve una pequeña pega: quiere evitar que esos 'ecochaflanes' (cuya ubicación será entre Independencia y Entença) puedan interferir en alguno de los carriles bici perpendiculares, otra de las manías de Ada Colau y su equipo, por lo que se escogerán chaflanes para esos reductos 'paradisiacos' que no entren en colisión con las bicicletas.

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El proyecto está firmado por la asociación Eixample Respira, una plataforma que se autodefine apartidista, pero a nadie se le escapa que sus planteamientos están alineados con los de Barcelona en Comú (Bec) y que forma parte de una red de plataformas similares creadas en varias ciudades e interconectadas entre sí. Desde la oposición apuntan a que la creación de plataformas afines es solo una de las fórmulas que los comunes tienen de hacer valer sus propuestas, colocándolas en la mesa de los responsables municipales como si fuesen iniciativas ciudadanas. El proyecto, no obstante, solo cuenta con 204 votos y su coste aproximado está en 1,4 millones de euros.

Otra propuesta similar, la de "hacer crecer el verde en todos los edificios y espacios públicos de Les Corts", solo ha recibido 33 votos, pero puede salir adelante. El verde es una de las obsesiones de los comunes. El proyecto citado tiene un coste estimado de un millón. Pero la idea no tiene mayor concreción, hasta el punto de que el propio ayuntamiento señala que "este importe contempla la introducción de verde y naturaleza en espacios del distrito que sería preciso acabar de definir, puesto que el proyecto es poco concreto para hacer una valoración [económica] adecuada". Ese proyecto se discutió el pasado 20 de febrero en una reunión en la sede del distrito de Les Corts en la que participaron 17 personas. Con eso se le dio pátina de legitimidad a la iniciativa, uno de los ejes fundamentales de la estrategia de los comunes.

La 'ciudad jugable'

Uno de los proyectos aprobados (con solo 35 apoyos) es el del 'Despliegue de la medida Ciudad jugable en el Raval'. Se trata de crear "más elementos de juego infantil distribuidos por el barrio". Su coste es de 700.000 euros y ha de llevar, como todos los proyectos, una "perspectiva de género".

La reducción de las barreras arquitectónicas en las calles del Raval, por ejemplo, solo recibió 35 votos, mientras que rehabilitar viviendas para mujeres víctimas de violencia machista recibió 47. Hay duplicidades cuando, por ejemplo, el proyecto para crear un carril bici en la Vía Augusta, entre las calles Vergós y Muntaner, fue votado por 48 ciudadanos, con un coste de 1,1 millones de euros; pero otro genérico carril bici en la misma vía ha sido seleccionado y recibió 56 apoyos. Este segundo proyecto costaría más de 2,4 millones de euros. Las propuestas se discutieron en una reunión en la sede del distrito el 21 de febrero pasado. A esa reunión asistieron solo 10 vecinos.

Los carriles bici, una de las obsesiones del Gobierno de los comunes, es uno de los motivos recurrentes en las propuestas: un total de 21 proyectos contemplan la ampliación de la red. Carriles en la calle Balmes, en plaza de Cataluña, en Vía Laietana, en Fabra y Puig y en céntricas vías de la ciudad han sido aprobados aunque tienen apenas unas decenas de votos ciudadanos. Sus costes, en cambio, son millonarios.

Foto: La alcaldesa de Barcelona, Ada Colau. (EFE)

La gran cantidad de proyectos relacionados con carril bici es un reflejo de las prioridades del ayuntamiento y de la estrategia de este de poner en manos de la ciudadanía una iniciativa que se reduce solo a un tema de voluntad política que en ocasiones choca con los intereses del vecindario. Otro de los ejes de los comunes, la 'pacificación de las calles' (36 proyectos aprobados), es un recurrente común en estos ‘presupuestos participativos’. Esa 'pacificación' de las calles significa restricción drástica de la circulación de vehículos.

Uno de los proyectos más llamativos es el de "dotar de más espacios para la higiene personal a las personas sin techo, especialmente cerca de los comedores sociales". Es un servicio que debería ser público y a iniciativa de los servicios sociales del ayuntamiento, pero aparecen enmarcados en estos presupuestos participativos con un monto de inversión de 70.000 euros.

La alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, destinará 30 millones de euros a 204 proyectos aprobados en el marco de los presupuestos participativos de la ciudad. Se trata de un instrumento financiero seña de identidad de las formaciones que nacieron y crecieron a rebufo de Podemos y de sus confluencias, pues reciben el apoyo directo de los vecinos. En Barcelona 48.000 han avalado las propuestas.

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