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Los 'indepes' prepararon dos caballos de Troya en Exteriores por si Illa era elegido 'president'
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DOS CONTRATOS PARA MANOS AMIGAS

Los 'indepes' prepararon dos caballos de Troya en Exteriores por si Illa era elegido 'president'

Toda una jugada maestra a las puertas de unas inciertas elecciones en la que todos los sondeos daban como candidato ganador al socialista

Foto: El líder parlamentario del PSC, Salvador Illa. (EFE)
El líder parlamentario del PSC, Salvador Illa. (EFE)

El fortalecimiento de la acción internacional para buscar apoyos a la secesión de Cataluña será una materia prioritaria del Govern para la próxima legislatura. A falta de conocer todavía el desenlace de la investidura del nuevo 'president', la Administración catalana no ha perdido el tiempo en los últimos meses y reforzó la estructura de la Agencia Catalana de Cooperación al Desarrollo (ACCD), la plataforma que utiliza la Generalitat para conceder ayudas a proyectos internacionales y proyectar su imagen en el mundo.

Apenas unos días antes de las elecciones autonómicas catalanas, con un Govern en funciones y la posibilidad de perder el poder, la cúpula del Govern blindó las asesorías de la ACCD y comprometió dos importantes contratos, según ha podido comprobar El Confidencial. Claro que esos contratos fueron a parar a 'manos amigas'. Toda una jugada maestra a las puertas de unas inciertas elecciones en la que todos los sondeos daban como candidato ganador al socialista Salvador Illa. En materia de proyección exterior, a Illa le dejaban de ese modo a un caballo de Troya en el área de Exteriores.

Foto: El portavoz de JxCat, Albert Batet, observa a Aragonès. (EFE)

Así, la ACCD fichó el pasado mes de enero a una especialista en dinamización internacional, Gemma Pinyol, por la nada despreciable cifra de 169.800 euros. El contrato tiene como objeto prestar "servicios de apoyo para consolidar la estrategia de la ACCD en materia de subvenciones y licitaciones internacionales de acuerdo con el plan director de cooperación al desarrollo". Pinyol comenzó a trabajar de manera efectiva para la Generalitat el pasado 12 de febrero.

Lo curioso es que desde el pasado mes de diciembre, Pinyol trabaja como 'Senior evaluation expert (Team Leader)' para el Instituto de las Naciones Unidas para la Capacitación y la Investigación (UNITAR, por sus siglas en inglés), por lo que su fichaje por la Generalitat tiene la doble interpretación de poder utilizar esa atalaya paralelamente para hacer llegar el mensaje independentista a foros internacionales. A fecha de casi finales de marzo, su curriculum oficial sigue manteniendo ese empleo pero no recoge el de la Agencia de la Generalitat.

Mismo trabajo, pero menos dinero

No es el primer contrato que tiene esta especialista: en 2020, obtuvo dos contratos de la ACCD por 14.500 euros y 3.500 euros. El primero también fue para asesorar a la entidad en materia de subvenciones. Es decir, en 2020 casi por el mismo trabajo cobró una determinada cantidad de dinero que en 2021 se multiplicó milagrosamente. El segundo contrato fue para apoyar "las tareas de recopilación de material para la definición del proyecto y compilación de las ideas clave para desarrollar el texto principal de la propuesta del proyecto 'Local Authorities: Partnerships for sustainable cities 2020' para presentar ante la Comisión Europea (CE)".

En 2019, esta especialista firmó otros cinco contratos con la ACCD, aunque dos de ellos fueron por sendos artículos que le reportaron apenas unos centenares de euros cada uno. En aquel año, no obstante, asesoró al Govern en materia de subvenciones internacionales con un contrato de 13.553 euros, pero se llevó otros dos por 9.000 y por 4.850 euros. El primero de ellos fue por su apoyo "para consolidar la estrategia de la ACCD en materia de subvenciones y licitaciones internacionales"; el segundo fue por trabajos técnicos para la identificación de proyectos a presentar ante la dirección general en las convocatorias internacionales.

Foto: Pere Aragonès, cadidato de ERC. (EFE)

En su curriculum, Pinyol señala que tiene 12 años de experiencia en políticas, investigaciones y programas de desarrollo internacional y afirma que tiene experiencia de campo en lugares tan distintos como "Armenia, Bielorrusia, Benin, Camerún, Fiji, Georgia, Haití, India, Kenia, Liberia, Moldavia, Marruecos, Myanmar, Nepal, Nicaragua, Senegal, Islas Salomón, Tonga, Vanuatu y Zambia".

Solo dos contratos importantes

El de Pinyol fue uno de los dos únicos contratos firmados por la ACCD durante el año 2021 (solo se firmaron cinco contratos en lo que va de año, pero tres fueron de pequeñas suscripciones a medios). La otra gran adjudicación también tiene miga: contrató el pasado mes de enero a la empresa Airun Serveis Culturals SL para la "gestión, organización, dinamización, coordinación, ejecución y valoración de actos y de implementación de actuaciones previstas en el Plan de Formación de la ACCD en el ámbito de la cooperación al desarrollo y la coherencia de políticas para el desarrollo".

La empresa comenzó a trabajar en esa tarea el pasado 11 de febrero y sus trabajos se alargarán durante 1 año, 10 meses y 21 días, según la ficha del contrato que consta en la ACCD. Aunque esta compañía ha tenido diversos contratos con la Generalitat o con organismos que dependen de ella, la última gran adjudicación que tuvo con la ACCD fue el 11 de junio de 2018, fecha en la que firmó un contrato similar al de este año por un monto de 200.000 euros.

Airun Serveis Culturals es una sociedad que vive de contratos públicos, tanto de la Generalitat como de ayuntamientos, especialmente del de Barcelona. Pero una de sus mayores curiosidades es su vinculación a Albert Poch Codinas, presidente de la fundación Institut Nova Historia, la plataforma que da cobijo a los pseudohistoriadores revisionistas que reivindican la catalanidad de, entre otros, Cristóbal Colón, Miguel de Cervantes, Santa Teresa de Jesús, Leonardo da Vinci, Erasmo de Rotterdam, Garcilaso de la Vega, Francisco Pizarro e incluso William Shakespeare, y que denuncian un complot histórico durante siglos contra Cataluña.

Foto: Pere Aragonès (i) y la presidenta del Parlament, Laura Borrà. (EFE)

Codinas, hombre próximo a la presidenta de la ANC, Elisenda Paluzie, y al ahora diputado de JxCat y vicepresidente de la Cámara de Comercio de Barcelona, Joan Canadell, ha tenido históricamente un discurso supremacista y de rechazo a todo lo español. Tanto que llegó a asegurar que muchos andaluces no pronuncian bien la z por influencia de los catalanes “que habían conquistado y parcialmente repoblado Granada, parte de Almería y parte de Málaga”. Alrededor de Poch se ha creado un 'pool' de empresas que se llevan un buen puñado de suculentos contratos públicos.

Durante el año 2020, la ACCD firmó 67 contratos, el mayor de los cuales ascendía a 140.000 euros pagados a Traducciones Técnicas Metzger SL por el servicio de traducción y corrección de documentos de la entidad. El siguiente contrato más oneroso fue de 94.389 euros, en febrero de 2020, a Ara Vinc Gestió Documental, por "los servicios de recogida, traslado, custodia, tratamiento, consulta, restitución y destrucción administrativa generada por la ACCD". El tercero fue de 66.450 euros a la empresa Startuk por los servicios de interpretación. A partir de ahí, los demás contratos fueron muy inferiores en montante económico, lo que da una idea de la importancia que tiene conceder dos contratos de cientos de miles de euros en un momento en que el Govern está en funciones y con unas elecciones a la vuelta de la esquina. En su último informe fechado a finales de 2019 sobre la acción exterior de la Generalitat, el Tribunal de Cuentas ya lo advertía: "Con carácter general, no se cumplen [en la ACCD] los requisitos de transparencia previstos" en materia de contratación pública.

El fortalecimiento de la acción internacional para buscar apoyos a la secesión de Cataluña será una materia prioritaria del Govern para la próxima legislatura. A falta de conocer todavía el desenlace de la investidura del nuevo 'president', la Administración catalana no ha perdido el tiempo en los últimos meses y reforzó la estructura de la Agencia Catalana de Cooperación al Desarrollo (ACCD), la plataforma que utiliza la Generalitat para conceder ayudas a proyectos internacionales y proyectar su imagen en el mundo.

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