Salvador Illa concreta personas y programas frente a un soberanismo más abstracto

El independentismo y el constitucionalismo operan en dos esferas de realidad separadas de un modo radical en esta campaña electoral. Así, para Salvador Illa, el candidato del PSC, la prioridad es gestionar la pandemia y la crisis económica que conlleva. En cambio, los partidos soberanistas fijan su primer objetivo en la relación con España, en el denominado "eje nacional". El principal problema en el que se centra el discurso independentista es en cómo conseguir la independencia. Pero, tal y como explican, el modo para alcanzarla, el argumento, tiende a la vaguedad. En cambio, Illa ha sido muy concreto y, al contrario de lo que han hecho el resto de formaciones, ha anunciado quién será su 'conseller' de Economía: el actual consejero delegado de Aena, Maurici Lucena. Y también la 'consellera' de Salud: Olga Pané, doctora en Medicina y gerente del Parc Salut de Mar. Dos fichajes de lujo, pero que sorprenden por concretos en una campaña abstracta.

Illa es el único candidato que lo ha hecho. Con estas dos decisiones define las dos piezas claves de su equipo de Gobierno, pero ha generado poco debate en el seno de la campaña. Cuando Illa fue ministro de Sanidad, se le criticó que su formación era estar titulado en Filosofía. Ahora, para gestionar la pandemia, Illa se pone en manos de una experta como Olga Pané, con un currículum espectacular, que incluye consultora de Consultoria del Consorci de Salut i Social de Catalunya, consultora de proyectos de reforma sanitaria en América Latina para el Banco Mundial y el BID y miembro del Comité de expertos para la Transformación del Sistema Público de Salud.

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El PSC está en una situación de triple empate con JxCAT, en ascenso; y ERC, en leve caída, según las encuestas. Pero sus más directos rivales no parecen ni preocupados por la pandemia ni por la crisis. ERC ha revalidado en sus listas a la 'consellera' de Salud, Alba Vergès, y al titular de Trabajo, Chakir El Homrani, pese a que ambos están muy cuestionados por su gestión del covid-19. Si Pere Aragonès prevé hacer cambios no lo ha desvelado. El discurso del PSC se ancla en la racionalidad: hay que luchar contra la pandemia. El del ERC y JxCAT en la emotividad: los presos, la denuncia de la represión judicial y el sueño de una Cataluña independiente.

En Economía, Aragonès está ahora dando más ayudas. Pero no ha explicado sus planes si llega a presidente de la Generalitat, y si aceptará al economista Ramón Tremosa para esa cartera. Tremosa tiene una buena relación con Junqueras, pero no se puede decir lo mismo en el caso Aragonès.

La vaguedad como programa

En clave sanitaria, Laura Borràs es un misterio. El programa electoral de JxCAT es tan extenso como vago respecto a cómo afrontar el covid. Un ejemplo: "A pesar de que el sistema ha ido evolucionando y adaptándose a los requerimientos sanitarios de cada momento, hay que hacer un salto cualitativo para reformular el modelo e incorporar nuevas herramientas y estructuras de gestión, con más protagonismo de los profesionales, apoderándose la ciudadanía, incrementando la participación, y con la evaluación y la transparencia".

Y otro: "Integraremos las políticas sanitarias en un único Departamento de Sanidad Integral y Salud Pública, asociado a un nuevo contrato social para la salud integral. Una gobernanza compartida con expertos, mundo local y ciudadanía. Esto permitirá dar una mejor respuesta a las necesidades globales de las personas en áreas clave como la cronicidad, la atención domiciliaria, las necesidades de las personas mayores, la fragilidad, la vulnerabilidad, la dependencia y la atención en el ámbito residencial". Se apunta a que se incrementará el presupuesto. Pero no se dice en cuánto.

El papel de Argimon

JxCAT le impuso a ERC al doctor Josep María Argimon como secretario de Salud Pública, después de que Alba Vergès dejase el cargo vacante durante meses en plena pandemia. Pero nadie ha hablado de ascender a Argimon a 'conseller'. De hecho, Argimon, que compagina su cargo con la dirección del ICS, es partidario de medidas restrictivas más duras de las que ha ido aplicando la Generalitat. Fuentes de la 'conselleria' de Salud aseguran que Argimon carece de interés político y que no quiere identificarse con ningún partido.

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En cambio, el soberanismo está cómodo con debates del estilo: desplegar la independencia con más del 50% de los votos, amenazar a Aragonès con no investirlo en caso de que gane o acusar a Oriol Junqueras de corrupción por el cargo de malversación que le cayó en el juicio del Tribunal Supremo.

Cierto que el lema de ERC sí que está más centrado en la gestión 'al costat de la gent' –al lado de la gente–, pero de nuevo la vaguedad es la norma. Borràs no explica cómo conseguirá la independencia y Aragonès sigue sin desvelar con qué equipo afrontará la crisis económica y sanitaria, pendientes ambos de si ERC y JxCAT podrán ponerse de acuerdo tras las elecciones. Illa no tiene ninguno de esos dos problemas. Por eso, concreta más.