La salida de ERC del Consell per la República sella la ruptura Junqueras-Puigdemont
Desde ERC, se defiende que la estrategia de duplicar instituciones como la Generalitat y el Parlament solo va en detrimento de las entidades catalanes y del poder del soberanismo
ERC ha sellado su ruptura con el mundo de Waterloo en su decisión de dejar de asistir al Consell per la República y su ausencia en la Asamblea de Representantes Electos, el Parlament paralelo que quiere impulsar Puigdemont. Supone la consumación de la ruptura entre Oriol Junqueras y Carles Pugidemont, según apuntan fuentes de los republicanos. Puigdemont no ha hecho ni una llamada a los líderes de ERC. Y por otra parte, ERC da por zanjada esta fase de internacionalización del conflicto que el independentismo vendía desde Bruselas. Si el Consell y su idea de ir doblando instituciones continúa, se tratará de un proyecto del puigdemontismo en solitario.
Cuando el pasado sábado Puigdemont reunió de manera virtual la Asamblea de Representantes Electos, se quedó con cerca del 20% de los votos representados en el Parlament. Solo los diputados de JxCAT y Demòcrates. Ni la CUP le votó. Con esta base, fue escogido formalmente presidente del Consell per la República. Una legitimación muy escasa para un organismo que se autoproclama “autoridad nacional” y que aspira a marcar las políticas que despliegue la futura Generalitat que salga de las urnas el 14-F.
Hay que recordar que el apoyo al Consell per la República formaba parte del acuerdo de gobierno entre JxCAT y ERC para repartirse la Generalitat. Ahora, ese respaldo ha desaparecido, aunque ambas formaciones siguen gobernando juntas. Y la base de todo, que es la relación Junqueras-Puigdemont, se da por definitivamente rota.
A partir de aquí, hay dos discursos muy diferentes. Fuentes de JxCAT aseguran que justo ahora es el momento del Consell per la República y que ahora más que nunca se refuerza la estrategia de visibilidad internacional del conflicto político en Cataluña. Algo que será más evidente cuando se apruebe el suplicatorio contra Puigdemont en la Eurocámara, que su partido quiere utilizar como baza electoral. Esta línea de pensamiento asegura que son los únicos éxitos de esta legislatura.
Desde ERC, se defiende justo lo contrario: que la estrategia de duplicar instituciones —Consell per la República/Generalitat y Asamblea de Representantes/Parlament— solo va en detrimento de las instituciones catalanas, donde precisamente el independentismo preside el Parlament (Roger Torrent) o la Generalitat de manera interina (Pere Aragonès). Que ambos sean de ERC no quiere decir que haya que devaluar dos entidades cuando precisamente en ellas se refleja el poder político real que ostenta el soberanismo catalán.
También se pone en duda que la estrategia europea haya sido un éxito. No solo por la imagen de Puigdemont solo en el Parlamento Europeo hablando ante escaños vacíos. Los problemas son más de fondo y por mucha gesticulación que se haga la posición europea es la que es, como ha demostrado el caso del escaño de Junqueras.
Europa, contra la autodeterminación
El pasado 26 de noviembre, el Parlamento Europeo votó en contra del derecho a la autodeterminación, algo que ERC quería que se incluyese en el informe sobre derechos humanos de la UE. TV3 y otros medios independentistas lo han obviado. Pero la resolución está ahí.
El texto de los republicanos hacía “un llamamiento a las instituciones europeas y los Estados miembros a respetar y defender el derecho de los pueblos a la autodeterminación, así como las ambiciones culturales, identitarias, lingüísticas y las ambiciones democráticas y pacíficas de los ciudadanos europeos”. La propuesta fue rechazado por 487 votos en contra, 170 a favor y 37 abstenciones. Es decir, ya no es que tal derecho como tal no se reconozca en la UE. Es que su Parlamento vota en contra.
El europarlamentario Puigdemont fracasó en evitar el voto contra la autodeterminación
Pero es que Puigdemont no ha encontrado un grupo parlamentario europeo que le acoja, y con este margen resulta muy difícil conseguir victorias políticas, más allá de la de haber sido escogido.
Sin ERC
A partir de ahora, la aventura europea de Puigdemont tendrá que llevarse a cabo en solitario. Y no es el único problema del Consell per la República. El mayor es el bajo número de afiliados, más de 91.000, muy pocos cuando en Cataluña hay 5,6 millones de personas con derecho a voto. Y también la escasa participación de los mismos. Apenas 25.000 se han bajado la aplicación móvil para votar. Si además se resta a ERC de la ecuación, el proyecto de Puigdemont y los suyos de crear algo parecido a una Generalitat en el exilio queda muy tocado.
Fuentes de ERC aseguran que no tienen presión de sus bases por volver al redil de Waterloo. Hay muchas voces a favor de proyectos como la amnistía, los cuales también pueden tener valor simbólico en un entorno como el actual, con 52 diputados de Vox en el Congreso. Pero no es el caso con el Consell per la República y la nueva fase en que entra.
ERC ha sellado su ruptura con el mundo de Waterloo en su decisión de dejar de asistir al Consell per la República y su ausencia en la Asamblea de Representantes Electos, el Parlament paralelo que quiere impulsar Puigdemont. Supone la consumación de la ruptura entre Oriol Junqueras y Carles Pugidemont, según apuntan fuentes de los republicanos. Puigdemont no ha hecho ni una llamada a los líderes de ERC. Y por otra parte, ERC da por zanjada esta fase de internacionalización del conflicto que el independentismo vendía desde Bruselas. Si el Consell y su idea de ir doblando instituciones continúa, se tratará de un proyecto del puigdemontismo en solitario.
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