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Puigdemont ya tiene hoja de ruta: "Afectar a los intereses económicos" del Estado español
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Puigdemont ya tiene hoja de ruta: "Afectar a los intereses económicos" del Estado español

Llama a "los ciudadanos y a los trabajadores públicos" a ser conscientes "de que la confrontación supone sacrificios personales y patrimoniales"

Foto: Carles Puigdemont, durante el acto inaugural del congreso fundacional de JxCAT. (EFE)
Carles Puigdemont, durante el acto inaugural del congreso fundacional de JxCAT. (EFE)

El fugado Carles Puigdemont quiere ‘marcha’. Esa ‘marcha’ significa confrontación con el Estado español. “Sin confrontación, difícilmente habrá una negociación real con el Estado español. Pero ha de ser una confrontación que ha de tener un límite absoluto e infranqueable, que es su carácter pacífico, democrático y no violento. Para culminar el proceso de independencia, es precisa una revuelta democrática como la que vivimos en octubre de 2017. El Estado no cederá y no respetará el derecho a la autodeterminación (ya ejercido) del pueblo de Cataluña y no se sentará a negociar si no se le fuerza a hacerlo mediante una confrontación democrática, pacífica y violenta”, dice la ponencia estratégica aprobada por Junts per Catalunya (JxCAT), el nuevo partido del fugado, aprobada este domingo.

En esa estrategia, Puigdemont apela a la desobediencia civil, pero, según señala el documento, “para que esta sea verdaderamente eficaz y nos permita avanzar de verdad, es imprescindible afectar a los intereses económicos del Estado español. La palanca económica es fundamental para que la confrontación pacífica con el Estado español sea realmente exitosa”. Por ello, llama a “los ciudadanos y a los trabajadores públicos” a ser conscientes “de que la confrontación, como aquella estrategia política que nos ha de llevar a la libertad de Cataluña, supone sacrificios personales y patrimoniales”.

Foto: El expresidente de la Generalitat Quim Torra recibe el aplauso del expresidente Carles Puigdemont (en la pantalla). (EFE)

Llama también a no tener miedo y a imitar a quienes se han puesto al frente y han sido multados o ‘represaliados’. Y para hacer frente a multas y responsabilidades, el ‘expresident’ propone crear un Fondo de Protección para los Defensores de la República y una red de personas y entidades con esta finalidad. "Es preciso crear un grupo o grupos (y contar con aquellos que existen) de abogados y procuradores coordinados en defensa de los represaliados". En definitiva, otra cuenta corriente y otro ‘chiringuito’ económico en el que los ciudadanos vayan depositando sus donativos, pero de los que, a la postre, no se rinden cuentas sobre los capítulos y detalles de gastos.

Solo un 27% votó el documento

La ponencia estratégica, que marcará la hoja de ruta de la última formación posconvergente que se ha creado, fue aprobada casi a la búlgara: votó a favor el 96,59% de los militantes, mientras que solo se opuso el 1,11%. Lo cierto es que, a pesar de que el partido tiene 4.100 militantes, solo “un 27% de personas afiliadas al partido participó en el último tramo de votaciones de las ponencias”. Eso significa que la hoja de ruta y las ideas vertidas en el documento estratégico de JxCAT solo han sido aprobadas por poco más de un centenar de militantes.

Esta ponencia estratégica es obra de un pequeño equipo encabezado por el encarcelado Jordi Sànchez (expresidente de la ANC) y del que forman parte Elsa Artadi, la persona de confianza de Puigdemont en Barcelona, jefa de JxCAT en el ayuntamiento barcelonés y exportavoz del Govern, el también encarcelado Josep Rull y el fugado Toni Comín, entre otros.

Con esos mimbres, se ha tejido una estrategia radicalizada y llena de grandes soflamas, maniquea en muchos de sus conceptos y con el único objetivo de atesorar el ‘patrimonio’ del 1-O y presentar a JxCAT ante los ojos de la opinión pública como el único garante de la independencia.

Así, la hoja de ruta pasa por utilizar todos los medios y subterfugios al alcance del independentismo. “La confrontación con el Estado ha de ser compatible con cualquiera de estos dos escenarios: forzar un diálogo y una negociación con el Estado (que desemboque en un eventual referéndum acordado), o conquistar la independencia al margen de toda negociación (vía unilateral), primero 'de facto' y después de derecho”, afirma el texto. Además, JxCAT asume plenamente como estrategia “la confrontación con el Estado español utilizando la desobediencia civil y la no cooperación de manera democrática”.

Exige un mediador internacional

El instrumento inmediato que pondrá en marcha el nuevo partido del fugado es “la confrontación sostenida, determinada y estratégica” para doblegar España y abocarla a una negociación con una agenda de diálogo y una “garantía externa [mediador]”.

Puigdemont es consciente de que le faltan manos para esa hoja de ruta, por lo que propone que “la confrontación se ha de impulsar simultáneamente desde las instituciones y desde la sociedad civil”. Además, la ponencia estratégica del ‘expresident’ explica que esa confrontación “no puede limitarse a buscar solo el desgaste reputacional y político del Estado (…) Es preciso activar estrategias también de desgaste a otros niveles”.

La ponencia de JxCAT afirma que “la movilización ciudadana y la desobediencia civil son hoy el principal activo del independentismo para culminar el ‘procés”. Señala en otro párrafo la sociedad civil y la movilización como el “principal motor para seguir avanzando hacia la república”, pero eso solo no puede culminar el proceso.

Y en ese punto, desliza por sorpresa que es el Consell per la República (un órgano virtual que preside el propio Carles Puigdemont) el que tome las riendas. Y ello porque este órgano “se construyó a partir del Govern en el ‘exilio’ y su ‘president’, Carles Puigdemont, como depositarios directos de la legitimidad surgida del referéndum del 1 de octubre y de la declaración del 27 de octubre”. Se refiere a la aprobación de la independencia en una surrealista sesión del Parlamento catalán en el pleno del 27 de octubre de 2017. Tras esa sesión, el presidente del Gobierno español, Mariano Rajoy, aplicó el artículo 155 de la Constitución y Puigdemont huyó a Bélgica.

Foto: Concentración convocada por los CDR con motivo del tercer aniversario del 1-O. (EFE)

Aboga, al mismo tiempo, por la creación de una Asamblea de Cargos Electos, formada por todos los cargos electos de Cataluña (independentistas, por supuesto), cuya principal misión es suplantar al Parlamento catalán. La ponencia detalla que ese órgano supremo de Cataluña estará compuesto de cargos “comprometidos en la estrategia hacia la independencia”, barriendo del mismo a todos los representantes que no sean de partidos independentistas.

Así pues, el camino de Puigdemont hacia la independencia tiene tres instrumentos o vías para avanzar: “Las instituciones catalanas estatutarias; la sociedad civil como protagonista de la movilización ciudadana y la desobediencia, y la nueva institucionalidad republicana”. Asegura el texto que “la unión estratégica de todos los actores del independentismo hará más robusta esta confrontación”.

Afirma que el Estado español "no ha tenido nunca la voluntad de garantizar la separación de poderes, aunque la Constitución así lo preceptúa"

En otro de sus apartados, la ponencia base de JxCAT advierte de que la lengua propia de Cataluña es el catalán, aunque reconoce una excepción con el occitano en al valle de Arán. Y añade: “Será preciso actualizar las políticas de impulso de estas lenguas propias, velar por sus usos y protegerlas de la imposición y del dominio de la legislación española a favor del castellano como lengua prevalente en todo el Estado español”. Asegura también que el catalán ha de ser la lengua vehicular en la enseñanza y la lengua de las administraciones públicas y de los medios de comunicación públicos de Cataluña.

Críticas a España

De la ponencia aprobada se deduce que el partido de Puigdemont no tiene mucha ideología, pero en cambio tiene mucha literatura. Afirma en uno de sus párrafos que el Estado español “no ha tenido nunca la voluntad de garantizar la separación de poderes, aunque la Constitución así lo preceptúa”. Lo dice un colectivo que aprobó una ley de transitoriedad en el Parlamento autonómico que dinamitaba la separación de poderes y hacía depender a los jueces directamente del consejero de Justicia. Además, acusa a España de que “no permite a sus ciudadanos el normal ejercicio de derechos y libertades”.

Sin embargo, adopta como única ideología la conquista de la independencia. “Del 1 de octubre se deriva un mandato: hacer de Cataluña un Estado en forma de república. El 1-O es el momento fundacional de la república catalana. Es la semilla que nos muestra culminar con éxito nuestro proceso de independencia. El 1-O nos indica que con una determinación política firme y una movilización ciudadana continua, el proceso de independencia es irreversible”.

En una comparecencia virtual para su militancia, Puigdemont resaltó este domingo que JxCAT será el garante de una mayoría nítidamente independentista en el Parlament y que esta formación hará que “el Govern tenga un norte. Con las ponencias que hemos aprobado, podemos decir alto y claro que Junts será fiel al mandato del Primero de Octubre”. El fugado aseguró que su partido "no tiene miedo a ganar ni a superar el 50% de los votos independentistas en las próximas elecciones" y afirmó que su intención es construir la república catalana como mejor herramienta “para servir a los intereses de los 7,5 millones de catalanes y preservar sus derechos. Para nosotros, no habrá nunca un buen gobierno sin derechos fundamentales”. Pero avisó de que no podrán "dar grandes saltos" si el independentismo no supera el 50% de los sufragios.

El fugado Carles Puigdemont quiere ‘marcha’. Esa ‘marcha’ significa confrontación con el Estado español. “Sin confrontación, difícilmente habrá una negociación real con el Estado español. Pero ha de ser una confrontación que ha de tener un límite absoluto e infranqueable, que es su carácter pacífico, democrático y no violento. Para culminar el proceso de independencia, es precisa una revuelta democrática como la que vivimos en octubre de 2017. El Estado no cederá y no respetará el derecho a la autodeterminación (ya ejercido) del pueblo de Cataluña y no se sentará a negociar si no se le fuerza a hacerlo mediante una confrontación democrática, pacífica y violenta”, dice la ponencia estratégica aprobada por Junts per Catalunya (JxCAT), el nuevo partido del fugado, aprobada este domingo.

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