La consejera de Salud catalana presenta un triunfalista plan a dos años contra el covid

Cataluña va bien. Ese es el mensaje que quieren transmitir las autoridades sanitarias catalanas. Un día después de que el ‘president’ Quim Torra lanzase un agónico llamamiento a seguir las indicaciones del Govern si los catalanes no quieren volver al confinamiento del mes de marzo, la consejera de Salud, Alba Vergès, presentó este martes un retrato muy positivo de la evolución de la pandemia. El mensaje de Torra apenas tenía nada que ver con el de la republicana, que presentó un triunfalista plan de control del covid-19 para aplicar durante los próximos dos años.

Ambos dirigentes de la Generalitat coincidieron en una cosa: en que hay que seguir extremando las medidas y cumpliendo los protocolos de higiene y seguridad (desplazamientos responsables, mascarillas, higiene y distancia social). Pero mientras el ‘president’ hacía hincapié en que las medidas que toma una parte de la población son insuficientes (y la prueba es que este mismo martes aprobó la prohibición de los botellones en la vía pública), Vergès ponía en acento en presentar una visión impoluta de su labor al frente del Departamento de Salud. Tanto es así que afirmó tener almacenados equipos de protección individual para cuatro meses, cuando 24 horas antes un sindicato pedía su dimisión porque las enfermeras no disponen de protección alguna.

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El plan de la republicana establece un baremo con seis niveles de alarma en cada uno de los cuales deberán aplicarse distintas medidas. El nivel cero es el que no existe. Se trata de un nivel sin casos de coronavirus durante, al menos, 14 días. A partir de ahí, el nivel 1 es cuando hay casos esporádicos vinculados a casos importados. “Es el goteo con un volumen bajo y el control es fácil de llevar”, dijo Vergès.

El nivel 2 son los brotes controlados e identificados, traduciéndose en casos esporádicos; el nivel 3 es un nivel superior, con brotes complejos que no son fáciles de seguir y que hay que acotar. De todos modos, en este caso todavía no hay un impacto de nivel asistencial hospitalario importante. “Asumimos que hay contagios, pero no tienen un gran impacto”, dijo la concejera.

El nivel 4 es la transmisión comunitaria. Es un nivel que está menos controlado, con un impacto hospitalario más relevante. Y el nivel 5, el último, sería un nivel de muy alta transmisión comunitaria, con la superación del nivel asistencial, que no está controlado. Se trataría de volver a una situación similar a la de abril, cuando “el número de casos impactaba en hospitales, hospitalizaciones y camas de críticos”.

Barcelona, en nivel 3

En estos momentos, la zona de Lleida, que lleva con confinamiento perimetral hace dos semanas, se encontraría en la situación 4 y Barcelona en el nivel 3. Tarragona, a pesar de tener un brote en una empresa de Amposta o un caso similar en Reus, se encontraría en el nivel 2. “La clave es actuar para no llegar nunca al nivel cinco”, subrayó Vergès. La aplicación de esos baremos se haría por demarcaciones territoriales, que pueden ir desde comarcas hasta barrios de ciudades.

El triunfalismo de la consejera la llevó a exponer los últimos movimientos de Salud. Porque uno de los instrumentos que prevé el plan, además de las campañas de publicidad y de concienciación, es la creación de la figura del 'gestor covid'. “Ya hemos creado el 'gestor covid' dentro de la atención primaria -dijo Vergès-, porque el usuario que es sospechoso se dirige a la primaria. Desde el momento en que es sospechoso ya le hacen las preguntas pertinentes y por eso es tan importante. Le preguntamos qué contactos puede generar y con eso controlamos la cadena. Ya tenemos 568 gestores Covid trabajando dentro de la primaria”.

También destacó que la última semana se hicieron 72.000 tests PCR, lo que es un salto cuantitativo importantísimo respecto a los 42.000 de la semana anterior. “Nuestra intención es que las cadenas de transmisión sean las mínimas posibles. Eso nos permite hacer cribajes específicos en empresas o residencias”. Otra cosa es quién los hará, porque no parece que haya mucho personal. Pero Vergès anunció que “contrataremos perfiles profesionales para realizar estos PCR, que son técnicos de laboratorio y técnicos de cuidados de auxiliares de enfermería”. En otras palabras: de ello se deduce que hay posibilidad de hacer tests pero en estos momentos no hay personal preparado para realizarlos.

Uno de los instrumentos que prevé el plan, además de las campañas de publicidad y de concienciación, es la creación de la figura del 'gestor covid'

Otro de los instrumentos es el refuerzo de la vigilancia epidemiológica, para lo que anunció que ya tiene 928 profesionales destinados para el rastreo y que son escalables hasta los 2.000, dependiendo de la situación en cada momento. Por otro lado, afirmó que tiene equipos de protección individual para el personal sanitario para cuatro meses: 38 millones de mascarillas, siete millones de mascarillas de alta protección, 6,4 millones de batas y 60 millones de guantes. Además, afirmó que su departamento está preparado para poner mañana mismo 930 camas de críticos que podrían ampliarse hasta las 2.023 en caso de necesidad. También puede tener a punto 2.384 respiradores. Todo un derroche de medios humanos y de material.

Carta a Torra pidiendo su dimisión

Estas declaraciones de Vergès contrastan con los números del sector. Tanto médicos como profesionales de la sanidad o sindicatos coinciden en afirmar que la mayor parte de las noticias que vende la consejería son humo. La pasada semana, el Sindicat d’Infermeres de Barcelona exigía medidas de control de la salud de los trabajadores y la realización de pruebas de PCR de forma periódica a los profesionales en contacto directo con infectados y amenazaba con acciones judiciales.

Y este lunes, el mismo sindicato enviaba una carta a Torra exigiendo la dimisión de Vergès, a la que acusan de tomar “decisiones difíciles y de forma acelerada por falta de previsión y de conocimiento sobre esta enfermedad”. Le exponían un listado de actuaciones bajo sospecha: desde las “contrataciones millonarias a empresas privadas para llevar a cabo los rastreos” hasta el “menosprecio a las enfermeras de atención primaria” pasando por la falta de equipos de protección individual.

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El secretario de Salud Pública, Josep Maria Argimon, presente en la rueda de prensa, matizó algunos de los posicionamientos de Vergès. Admitió que no es fácil encontrar a enfermeros o enfermeras ni a técnicos de laboratorio “pero con el entrenamiento adecuado pueden hacer la recogida de muestras. Cada centro se organizará según sus necesidades con equipos covid. Ahí tendremos a la persona que recoge muestras y al gestor o gestores covid, además del supervisor de procesos, que también puede ejercer de cierto enlace con la comunidad”.

También dijo Argimon que en estos momentos la tasa de replicación en Lleida, por ejemplo, ya está por debajo de 1, aunque aún hay un cierto impacto en el ámbito asistencial. No hay que olvidar que la tasa de infectados llegó en las comarcas del Segrià a los 600 casos sobre 100.000 habitantes. En cambio, Badalona, con 50 infectados por 100.000 habitantes tiene una tasa de replicación del 1,3. “Lleida evoluciona muy favorablemente, pero ha tenido un impacto asistencial en el hospital muy relevante. Hoy tiene solo 21 pacientes en la UCI”. Argimon anunció también un plan piloto que comenzará a ensayarse en Badalona para realizar testajes rápidos y controlar los rebrotes en tiempo récord.

Los PCR previenen poco el virus

El secretario de Salud Pública fue también muy gráfico: “Es cierto que estamos en un momento crítico. Por eso hemos de tomar todas las medidas de prevención. El virus, en estos momentos, va por delante y se nos escapa. Ahora hay un goteo de gente que va llegando a los hospitales, pero si comienzan a llegar muchos, el virus se nos va. Por eso hemos de doblegar la curva”. Y resaltó que “cuando nosotros detectamos un aumento de la incidencia, dos semanas después se traduce en ingresos hospitalarios, una parte de los cuales se irá a la UCI y otra parte a defunciones. En Barcelona, por ejemplo, ahora no tenemos un impacto tan relevante como para pasar al nivel 4, pero lo que debemos hacer es no pasar de fase. No debemos esperar diez días, sino aplicar las medidas ahora”. Y esas medidas, repitió por enésima vez, son la mascarilla, la distancia social, la higiene y los contactos sociales muy controlados y reducidos.

Jacobo Mendioroz, coordinador de la unidad de seguimiento del covid-19 (el doctor Fernando Simón de Cataluña), fue más realista todavía. Advirtió que está muy bien hacer tests, pero “lo que rompe las cadenas de transmisión son los hábitos, no los PCR. Los contactos pueden evitar un poco la transmisión, pero los sistemas imperfectos y se nos escaparán casos. En la medida en que interioricemos las medidas de protección, seremos más capaces de contener la pandemia”.

Mendioroz también explicó que su equipo estudió la creación de un pasaporte inmunitario, pero se rechazó por dos razones: “En primer lugar, porque no hay evidencia científica de que el haber tenido una infección puede dejar a una persona inmune. Además, a lo mejor, esa persona está en fase de contagio y no es bueno que tenga más movilidad porque irá contagiando a más gente. En segundo lugar, porque la gente podría querer contagiarse para poder moverse más libremente. Es decir, que puede ser tentador exponerse al virus, a pesar de que puede tener consecuencias graves, para poder tener luego privilegios a la hora de moverse más libremente”. El peligro añadido es que hay personas que pueden ser muy vulnerables sin saberlo y contagiarse a propósito. En definitiva, que puede ser peor el remedio que la enfermedad.