Es noticia
Puigdemont tiene nueva fundación: la Crida se disuelve para ser su brazo 'intelectual'
  1. España
  2. Cataluña
EL 'INVENTO' DEL 'EXPRESIDENT' DESAPARECE

Puigdemont tiene nueva fundación: la Crida se disuelve para ser su brazo 'intelectual'

Este fin de semana, los militantes de la Crida decidieron, en una consulta de la dirección, disolverse para convertirse en la fundación de JxCAT, o sea, en la rama 'intelectual' o 'filosófica' de JxCAT

Foto: Carles Puigdemont. (Reuters)
Carles Puigdemont. (Reuters)

La Crida Nacional, el invento de Carles Puigdemont para dinamitar el PDeCAT en julio de 2018, ha muerto y será enterrado el próximo 25 de julio cuando se cree la nueva marca del ‘expresident’ fugado, Junts per Catalunya (JxCAT). Este fin de semana, los militantes de la Crida decidieron, en una consulta de la dirección, disolverse para convertirse en la fundación de JxCAT, o sea, en la rama ‘intelectual’ o ‘filosófica’ de JxCAT. Ni la condición de ‘exiliado’ de Puigdemont ni la condición de ‘preso político’ del presidente de la Crida, Jordi Sánchez, pudieron atraer la suficiente gente como para convertirse en una alternativa seria de poder. En otras palabras: la Crida ya es un cadáver, una muesca más en el revólver de Carles Puigdemont.

En realidad, la Crida nació para ser el partido sustituto del PDeCAT. Al ver que no tenía la mayoría en la cúpula de la organización heredera de Convergència, el fugado decidió aprovechar el tirón de su nombre y crear un partido paralelo al PDeCAT frente del cual puso al expresidente de la Asamblea Nacional Catalana (ANC), Jordi Sánchez, que cumple condena de nueve años en la prisión de Lledoners. El proyecto político, no obstante, nunca cuajó. La Crida ya nació con muchas dificultades y con más recelos, porque nunca fue bien vista por el PDeCAT, que sentía que le estaban intentando birlar el electorado. El hecho de que nunca atrajese ni a una militancia masiva ni a cuadros del PDeCAT propiciaron su desaparición.

Foto: El expresidente catalán Carles Puigdemont y el exvicepresidente Oriol Junqueras en una imagen de archivo de 2017. (Reuters)

Con el golpe de efecto de fundar otro partido, el mandatario fugado en Waterloo firmó la sentencia de muerte de la Crida. Esta semana, los socios de la entidad pudieron votar durante tres días, hasta este domingo, para responder a dos preguntas. La primera era: “¿Estás de acuerdo con la disolución de la Crida y su transformación en fundación de apoyo al nuevo partido para que todo su capital político y humano se integre en el nuevo proyecto que lidera el ‘president’ Carles Puigdemont con el objetivo de reforzarlo?”. La segunda pregunta decía: “¿Estás de acuerdo con que el gobierno de la Crida convoque una asamblea general la primera quincena de septiembre para debatir el resultado de la consulta e implementar la decisión mayoritaria de los socios?”.

Según los datos de la propia organización votó el 40% de los socios: un total de 7.952 personas. De ellas, la primera pregunta obtuvo 7.694 votos favorables frente a 207 en contra. La segunda logró 7.601 votos a favor y 222 en contra. Según sus propios números, la Crida tiene 16.954 ‘fundadores’, lo que vendría a ser algo parecido a socios, además de 54.467 ‘adheridos’ y 906 ‘voluntarios’.

¿Estás de acuerdo con la disolución de la Crida y su transformación en fundación de apoyo al nuevo partido?

El socio fundador es el que tiene “un cierto reconocimiento y ha hecho una aportación mínima de 10 euros, teniendo derecho a voto en el congreso”. La Crida, pues, es un partido en el que se puede ser fundador sin haberlo fundado. Todo es cuestión de dinero: si uno paga, se convierte en fundador por arte de magia. El hecho de ser fundador le da al militante la posibilidad de hacer aportaciones en las ponencias política y organizativa. Los adheridos son los que tienen derecho a recibir información de las actividades de la organización y a participar en ella.

Para la Crida, el nuevo partido que piensa lanzar Puigdemont el próximo fin de semana “se convertirá en el referente social y político que defenderá el mandato del 1 de octubre. Por eso, consideramos necesario reforzar esta nueva organización. Eso implica dedicarle todos nuestros esfuerzos a la disolución de la Crida. No solo es una decisión coherente para evitar duplicidades y sobrecostes, sino que, además, es fundamental porque nos hará ganar eficacia y efectividad de cara al objetivo final”.

El último llamamiento, contra la monarquía

En su ‘gobierno de dirección política’ están, entre otros, la portavoz de la Crida en el Congreso, Laura Borràs; el portavoz de JxCAT en el Parlament Albert Batet; la portavoz adjunta, Gemma Geis; la concejal de Barcelona Elsa Artadi; el también concejal Ferran Mascarell; o el consejero de Territorio, Damià Calvet. De su coordinación forman parte Artadi, Batet, Geis, Mascarell, Eduard Pujol (presidente del grupo de JxCAT en el Parlament) o Josep Lluís Alay (director de la oficina de Puigdemont, con rango de director general de la Generalitat).

Con la desaparición de una de sus creaciones estrella, Puigdemont acaba siendo como uno de los planetas gaseosos que giran alrededor del sol: en torno al ‘expresident’ también giran toda una serie de entidades vacías de contenido que solo dan lustre a una opción política independentista.

Curiosa paradoja: el último comunicado de esta entidad fue para pedir la movilización de la población "para mostrar el rechazo a los Borbones". "Es urgente decir adiós a la monarquía y construir las repúblicas de los pueblos", expresa. En este comunicado, que también suscribían JxCAT, la CUP, el PDeCAT, ERC, BNG o EH Bildu, se afirmaba que “después de utilizar la emergencia sanitaria, social, económica y de cuidados que estamos padeciendo para blanquear su historial lleno de denuncias de corrupción, la monarquía impuesta por el franquismo pretendía visitar nuestros pueblos con el objetivo de seguir adelante con su campaña de imagen”.

Este llamamiento se realizó el pasado viernes, cuando la militancia ya estaba votando la disolución de la Crida. Y al final, quien dice adiós es la propia organización que estaba llamada a ser el organismo aglutinador del independentismo catalán. Porque la monarquía, de momento, parece haber sobrevivido al embate: los monarcas aterrizaron en Tarragona este lunes en medio de un gran despliegue de seguridad.

Foto: Fachada del Tribunal Supremo. (EFE)

Desde este domingo, multitud de plataformas soberanistas y de entidades independentistas (como la ANC y Òmnium Cultural) bombardearon a sus activistas con mensajes para ir a bloquear las carreteras cercanas al Monasterio de Poblet, donde iban a estar los Reyes. Incluso se llegaron a distribuir fotos aéreas y planos de la zona con las vías por donde ‘asaltar’ el Monasterio (algunos manifestantes llegaron al mismo sorteando a los controles policiales y caminando entre los viñedos circundantes).

En Girona, en cambio, los CDR lograron sabotear la línea férrea, quemando neumáticos en las vías del AVE, actuación que afectó, al menos, a cuatro trenes. Pero poco más pudieron hacer: algunas cargas policiales y un detenido es lo más reseñable de la protesta contra los Borbones.

La Crida Nacional, el invento de Carles Puigdemont para dinamitar el PDeCAT en julio de 2018, ha muerto y será enterrado el próximo 25 de julio cuando se cree la nueva marca del ‘expresident’ fugado, Junts per Catalunya (JxCAT). Este fin de semana, los militantes de la Crida decidieron, en una consulta de la dirección, disolverse para convertirse en la fundación de JxCAT, o sea, en la rama ‘intelectual’ o ‘filosófica’ de JxCAT. Ni la condición de ‘exiliado’ de Puigdemont ni la condición de ‘preso político’ del presidente de la Crida, Jordi Sánchez, pudieron atraer la suficiente gente como para convertirse en una alternativa seria de poder. En otras palabras: la Crida ya es un cadáver, una muesca más en el revólver de Carles Puigdemont.

Carles Puigdemont Parlamento de Cataluña
El redactor recomienda