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ERC abandona a los socialistas en Badalona y les hace perder la cuarta ciudad de Cataluña
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LAS CLAVES DE UNA 'TRAICIÓN' ANUNCIADA

ERC abandona a los socialistas en Badalona y les hace perder la cuarta ciudad de Cataluña

Los republicanos han dado calabazas al PSC para que este partido siga teniendo la alcaldía de la ciudad, cuyo alcalde dimitió tras ser detenido conduciendo durante el confinamiento

Foto: Dolors Sabater (Guanyem), durante su intervención en la toma de posesión de Pastor en junio de 2019 como alcalde de Badalona. (EFE)
Dolors Sabater (Guanyem), durante su intervención en la toma de posesión de Pastor en junio de 2019 como alcalde de Badalona. (EFE)

La dirección de ERC da una de cal y una de arena. Si hasta ahora había mantenido una estrategia de apoyo a las razones de Estado que podía tener Pedro Sánchez para decretar el estado de alarma e incluso para tomar el mando único de la lucha contra la pandemia, el revuelto río del independentismo le ha hecho variar el tacticismo. Y lo ha hecho no solo negándose a apoyar la prórroga del estado de alarma en Madrid.

En Cataluña, la cúpula republicana ha dado calabazas al PSC para que este partido siga teniendo la alcaldía de Badalona, la cuarta ciudad catalana, cuyo alcalde, Àlex Pastor, dimitió tras ser detenido conduciendo durante el confinamiento.

Foto: Álex Pastor. (EFE)

El nuevo candidato socialista, Rubén Guijarro, que ya era el hombre fuerte del PSC en la ciudad, ha tomado ahora las riendas de la situación y se presentará como alcaldable el próximo 12 de mayo para ocupar el sillón dejado vacante por Pastor. Pero ese sillón tiene demasiados pretendientes: el popular Xavier García Albiol, que con 11 concejales sobre 27 ganó las elecciones, es uno de los aspirantes.

Dolors Sabater, que concurrió en una lista que agrupaba a miembros de la CUP y de ERC (sacó siete concejales) es otra rival. El grupo de Sabater, no obstante, se rompió tras los comicios y Esquerra se desgajó del mismo con tres concejales, por lo que la activista social se quedó con cuatro ediles.

placeholder El popular Xavier García Albiol, en el pleno de Badalona. (EFE)
El popular Xavier García Albiol, en el pleno de Badalona. (EFE)

Guijarro, con seis concejales, comenzó una serie de contactos la pasada semana para tratar de llegar a un acuerdo y evitar que García Albiol se haga con la alcaldía. De hecho, según ha podido conocer El Confidencial de fuentes solventes, el socialista ofreció a Dolors Sabater un pacto: que ella gobierne los dos próximos años y el PSC asume la alcaldía en el último año de legislatura. El ofrecimiento cayó en saco roto, porque Sabater no está dispuesta a ceder.

También realizó una oferta similar a Àlex Montornés, líder de ERC en Badalona. Las conversaciones iban por buen camino y las direcciones locales de los dos partidos la daban por correcta… hasta que se metió por el medio la dirección de Esquerra, que dio orden de vetar al socialista y apoyar a su antigua aliada, Dolors Sabater.

El aviso de la CUP

Los independentistas han logrado, así, parar la andanada socialista que reclamaba para su lista los honores de ser la candidatura que más apoyos suscitaba entre todos los grupos frente al PP. La decisión de Esquerra tiene su justificación en tres motivos fundamentales.

En primer lugar, se desmarca del PSOE y de su gestión de la crisis del coronavirus. Ya no es el principal apoyo parlamentario del Gobierno español en el Congreso y ya no es solo que esté en contar de la prórroga del estado de alarma: hay vida más allá del coronavirus y la pugna por la alcaldía de Badalona es un buen ejemplo de ello.

Foto: El líder del PP catalán, Xavier García Albiol. (EFE)

En segundo lugar, los republicanos se sacan así la etiqueta de 'blotiflers' (traidores) que el independentismo les va endosando como gota malaya desde hace meses, con medidas acusaciones desde la CUP y desde JxCAT. Desde la propia CUP, el pasado 29 de abril se difundió un artículo de Xavi Oya (de Poble Lliure, el mayor partido que compone la CUP) sobre ERC en el que acusaban al partido republicano de crear cortinas de humo para disimular su no independentismo. Y advertía que algunas élites del soberanismo “miran de desenmascarar su renuncia a la ruptura y su subordinación al régimen y a los dictados del capital”.

Los anticapitalistas ven en el panorama político catalán una lucha encarnizada entre JxCAT y ERC para hacerse con las riendas del nacionalismo e intentar “diferenciarse en el campo del marketing político cuando, en realidad, no existen diferencias de fondo, sino luchas oportunistas para ocupar un mismo espacio electoral y ocupar exiguos espacios de poder con pactos de corto vuelo”.

Los anticapitalistas ven en el panorama político catalán una lucha encarnizada entre JxCAT y ERC para hacerse con las riendas del nacionalismo

Tras el rapapolvo, la cúpula de ERC ha reaccionado, precisamente, apostando en la cuarta ciudad catalana por la candidata que apoya la CUP, desmarcándose así del PSC y rompiendo no solo una tendencia a la moderación que la había distinguido los últimos meses, sino también visualizando gráficamente el puñetazo en la mesa de la cúpula republicana: pese al asamblearismo de que presume Esquerra, hay decisiones políticas que afectan a la estrategia troncal de la formación y ninguna asamblea local le va a aguar la fiesta a la dirección de ERC.

Y en tercer lugar, con la desautorización de Montornés, quien más sale perdiendo es el PSC, que se queda sin una plaza emblemática. Pero es preciso señalar en este sentido que, en algunos círculos republicanos, recuerdan todavía cuando el PSC vetó la llegada de Ernest Maragall al Ayuntamiento de Barcelona, a pesar de haber ganado las elecciones en mayo del año pasado. La ‘traición’ de Badalona es vista, así, como una justa compensación, que no pudo cumplirsetras las elecciones municipales por la debilidad de Dolors Sabater al haberse roto su candidatura. Hoy, las cosas han cambiado: Sabater se siente más fuerte y ha recuperado apoyos. La venganza es un plato que se sirve frío.

La dirección de ERC da una de cal y una de arena. Si hasta ahora había mantenido una estrategia de apoyo a las razones de Estado que podía tener Pedro Sánchez para decretar el estado de alarma e incluso para tomar el mando único de la lucha contra la pandemia, el revuelto río del independentismo le ha hecho variar el tacticismo. Y lo ha hecho no solo negándose a apoyar la prórroga del estado de alarma en Madrid.

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